Cerco a la presa (Request para Bolk)
Anteriormente ya le habia escrito un texto a Bolk tomando como personaje protagonista a su fursona, y como le gustó, optó por que se lo continuara.
Aqui podeis leer la primera parte
http://www.furaffinity.net/view/9423480/
Y aqui la segunda y nueva parte ;)
Cerco a la presa.
Ha pasado una semana desde el incidente con Angel, y en este tiempo las heridas que Bolk y Cola tenían, se han curado casi en su totalidad. Lo único que han podido averiguar de lo ocurrido, ya que apenas se han podido mover, es lo que la enfermera les ha relatado, que fueron rescatados en alta mar, pero nadie sabe nada de la misteriosa chica que intentó pincharles.
-Buenos días. –Expresó la enfermera entrando en la habitación y corriendo las cortinas para que entrara la luz del sol.
-Buenos días… -Murmuró Bolk entreabriendo los ojos e incorporándose levemente en la cama.
-¿Qué tal amanecemos hoy? ¿Listos para regresar a la normalidad? –Les preguntó la enfermera cogiendo la ficha de estado junto a la cama, y comprobando que ya le habían dado el alta.
Sí, eso creo. –Comentó Bolk estirándose y seguidamente bajándose de la cama, ataviado con una bata que dejaba toda su espalda y trasero al aire-. Aaahh… Ya tenía ganas de estirar las piernas.
-Auch… Cuando salgamos de aquí te voy a dar de latigazos… -Susurró la cola estirándose con todo el pelaje encrespado.
-¿Qué he hecho ahora? –Preguntó Bolk extrañado tragando saliva y mirando sobre su hombro izquierdo.
-Aplastarme con tu culo gordo cada noche. ¿Cuándo diantres vas a aprender a dormir sin dar tantas vueltas?
-He he. Veo que tu acompañante anexo sigue de tan mal humor como cada día. Lamento que tuviéramos que atarlo en días pasados, pero es que no se quedaba quieto a la hora de recibir pinchazos. –Comentó la enfermera llevándose una mano ante la boca para intentar ocultar su risa.
-No te preocupes. –Le indicó Bolk rascándose la nuca-. Las agujas le gustan tan poco como a mí.
-Yo estaba perfectamente. No necesitaba curitas ni pinchazos. –Aclaró la cola girándose hacia la enfermera.
-Los Lutrix no suelen dejarse caer por los hospitales, así que admito en nombre de mis compañeros que vuestra estancia fue un tanto excéntrica, pero un paciente es un paciente, así que era nuestra responsabilidad hacer cuanto estuvieran en nuestras manos para cuidaros bien. –Explicó la enfermera sin hacer desaparecer la sonrisa de su cara.
-Vaya cara que os gastáis… -Murmuró la cola-. No teníais derecho a sedarme.
-Si te hubieras quedado quieta mientras te intentábamos lavar, no hubiera sido necesario. Al doctor aun le duele la cara del latigazo que le diste. –Le explicó la enfermera colocando los brazos en jarra y mirándola seriamente.
-Él se lo ganó por el estiramiento que me dio sin avisar. Ese patán me hizo crujir todas las vértebras.
-Ok ok, Cola, tranquila. –Expresó Bolk volviéndose hacia la enfermera tras mirar a su alrededor-. Esto… ¿Dónde están nuestras cosas?
-En la bolsa de aquel rincón, y no olvidéis antes de dejar el hospital, hablar con el chico de recepción para reclamar vuestras armas.
-Gracias por toda la atención prestada, y espero que no hayamos sido un verdadero incordio.
-Descuida. Te aseguro que los hemos tenido peores. –Le aclaró la enfermera riéndose-. Cuidaos ahí fuera para que no volver a vernos en mucho tiempo.
Diciendo esto, la enfermera finalmente se marchó por lo que Bolk recogió su ropa y terminó de vestirse.
-Bueno, ya me siento más cómodo. ¿Cuál crees que debería ser nuestro primer paso para averiguar qué fue lo que nos pasó?
-Mmm… Quizás alguien pueda soltar algo de información si preguntamos en el Pony Decapitado. –Le indicó Cola.
-Es posible, pero no lo harán por las buenas o gratis.
-No te preocupes por tonterías, así que dejame a mí la diplomacia. Vamos, muévete. –Le indicó Cola golpeándole la espalda-. Quiero salir de este condenado lugar de una maldita vez.
-Suspiro-. Ya va, ya va… -Suspiró Bolk encorvándose y dejando colgar los brazos mientras ponía cara de derrotado-. Alguien ahí arriba me debe de odiar mucho para haberme atado a ti.
-Eso debería decirlo yo.
Entre quejas y regañinas, Bolk se dirigió hacia la salida siguiendo las indicaciones que le fueron dando, y allí recogió su lanza en la recepción tras rellenar un formulario. Entonces salió del edificó y con cara de estupefacción miró a su alrededor, ya que no se encontraban donde imaginaban, sino más bien sobre lo que parecía una construcción flotante en medio del mar.
-¿Pero qué demo…? ¿Dónde estamos? –Preguntó Cola.
-Err… Ni idea. Deja que pregunté. Discúlpeme. –Le indicó al primero que pasó por su lado-. ¿Podría decirme dónde estoy?
-¿¡Tengo cara de puesto de información!? –Le gritó este sorprendiendo a Bolk y Cola.
-Yo solo quiero… -Intentó decirle Bolk con cara de espanto.
-¡Estás en Harlandier, marinero de agua sucia! –Le gritó nuevamente, y esta vez además empujándolo y haciendo que cayera sobre unas cajas.
-Auch. ¿¡Pero quien se ha creído este!? ¡Ahora veras! –Exclamó Cola haciendo que el cuerpo de Bolk se incorporara y caminara de espaldas hacia el agresor.
En ese momento Cola se ciñó en una de las piernas del matón, jaló con fuerza tirándolo al suelo y a continuación lo lanzó por los aires haciendo que cayera al mar.
-¡Maldito filibustero y malandrín del tres al cuarto! -Exclamaba el bravucón chapoteando-. ¡Que un rayo te parta, sucio arrapiezo, berzotas y ceporro!
-Suspiro-. Siempre haciendo amigos. –Comentó Bolk mirándolo.
-Él se lo buscó. Ahora consigamos un barco para regresar a Estelorarian.
-¡Ha ha ha! –Se escuchó una risa cercana, y segundos después apareciendo una furry nutria de corta estatura-. Parece que finalmente alguien le ha dado una lección al viejo gruñón.
-Lamento lo sucedido. –Le indicó Bolk mirándola.
-No hay nada que disculpar. –Respondió la nutria sonriendo y encogiéndose de hombros-. Ese carcamal siempre trata a todo el mundo igual, así que era cuestión de tiempo que alguien lo remojara. ¿Quiénes sois?
-Soy Bolk y esta es Cola.
-Err… ¿Le has puesto nombre a tu cola? –Preguntó la nutria extrañada viéndolo como se sujetaba la cola.
-Es algo más complicado que eso… Intentó Bolk explicarle.
-Dejate de cuentos y dile claramente a esta chica que es lo que necesitamos.
-¡Hey! –Exclamó la nutria dando un salto por la sorpresa al escuchar en su mente la voz de Cola.
-Lo único que sabemos es que acabamos en el mar y alguien nos trajo a este lugar, donde hemos pasado una semana recuperándonos en el hospital.
-¡Oh, ya recuerdo! Me padre me comentó que había tenido una pesca extraña, que acabó en el hospital, así que debía tratarse de vosotros.
-Bravo lumbreras. Que perspicacia la tuya. –Comentó Cola haciendo movimientos erráticos.
-Oye oye, no seas grosera. –Le replicó sorprendido Bolk-. Te pido que la disculpes ya que a veces es un poco arisca.
-He he. No pasa nada. –Expuso la Nutria acercándose a ellos e intentando tocar a Cola, pero esta no se dejaba-. A decir verdad no es la primera vez que me encuentro con una cola parlante, aunque la otra que conocí tenía voz propia, ya que estaba dotada de una boca más grande que la del cuerpo.
-Oh. Debía ser un Lutrix como yo, aunque esos con la cola más desarrollada son complicados de ver. –Comentaba Bolk con cara de sorpresa, cuando Cola le dio un golpe en la cabeza-. ¡Ay!
-¿A quién llamas subdesarrollada? –Replicó Cola agitándose como si se preparara para golpearlo de nuevo.
-¡Ha ha ha ha! Salta a la vista que Cola tiene carácter. Oh, que descortés por mi parte. Soy Nubia. Encantada de conoceros. –Les indicó la chica con cara risueña, extendiendo una mano hacia ellos.
-Supongo que ya que no está tu padre por aquí, lo más cortes es que le des las gracias de nuestra parte. –Le indicó Bolk estrechándole la mano-. Por cierto… No habrás visto por casualidad a una chica extraña por aquí, ¿verdad?
-Mmm… Hace algunos días llegó un grupo un tanto extraño, y entre ellos había una chica. Muy mal hablada por cierto.
-Seguro que fue ella. –Intervino Cola-. ¿Aún siguen aquí?
-Ayer estaban en la cantina armando jaleo, así que a lo mejor aún no se han marchado. –Comentó Nubia mirándolos y rascándose la cara con un dedo.
-Vamos a tener que hablar con esos tipejos antes de buscar una forma de salir de aquí. – Aclaró Cola.
-Yo tengo un barco, así que si no tenéis problemas os puedo acercar a la costa más cercana. La cantina la podéis encontrar por allí, y por allá, a mí trabajando en mi barco, así que buscadme cuando estéis listos para partir.
-Gracias por la ayuda Nubia, pero ahora Bolk y yo tenemos que obtener algunas respuestas, y seguramente no será por las buenas, así que mejor te mantienes al margen no sea que acabes involucrada. –Comentó Cola agarrando la daga en la cintura de Bolk y estirando la barra para volverla una lanza.
-¿Estaréis bien?
-Yo sí, pero seguramente Bolk saldrá algo magullado como siempre.
-Quizás no saldría mal parado si no te escudaras conmigo. –Replicó Bolk cruzándose de brazos y refunfuñando.
-Si no fueras un inútil que se mueve con la misma agilidad que un saco de arena, quizás no te comerías todos los golpes.
-Esto… Creo que mejor os dejo con vuestros asuntos. –Susurró Nubia retrocediendo lentamente sin dejar mirarlos-. Nos vemos más tarde chicos.
Nubia se marchó corriendo, pero antes de dejar la zona se volvió nuevamente hacia ellos, lo que provocó que se riera, al ver a Bolk tirado en el suelo, forcejeando con su cola como si intentara estrangularla. Entonces tras unos segundos de discusiones y disputas sin sentido, los dos recuperaron la compostura y se dirigieron a la cantina.
-Aquí es. –Expresó Bolk mirando la entrada-. No me agrada la idea de ir buscando pelea, pero quiero saber por qué nos atacaron.
-Deja de lloriquear y entra de una vez.
Tragando saliva ya que tenía un mal presentimiento, Bolk entró en el local, provocando que todos se callaran y se volvieran durante varios segundos hacia él, antes de retomar lo que estaban haciendo. Se podía palpar en el ambiente que los desconocidos no eran bien recibidos, así que haciendo arrojo de fuerzas, se dirigió a la barra para preguntar.
-Disculpe. –Le indicó Bolk al camarero.
-¿Qué puedo servirle? –Respondió un Were topo de grandes anteojos, mirándolo de reojo mientras limpiaba con un paño unos vasos de cristal, aunque sus enormes garras no parecían ponérselo nada fácil.
-Esto… ¿Ha visto por aquí a un grupo de extraños como yo?
-¿Estás buscando problemas? –Preguntó el camarero dejando el trapo en su hombro, soltando el vaso antes de acercarse a Bolk y mirarlo fijamente a los ojos-. No nos gustan los recién llegados, más aun si buscan problemas.
-Si no quieres problemas, más te vale que sueltes lo que sabes. –Expresó de repente Cola, haciendo que se frunciera el ceño del camarero.
-Gruñido-. Subiendo por las escaleras, tercera puerta a la izquierda. –Le indicó el camarero alzando un dedo.
-Gra…Gracias. –Susurró Bolk con cara de asustado mirándolo unos segundos y seguidamente subiendo por las escaleras.
-Relajate un poco o acabaras meándote de miedo. –Le indicó Cola mientras este se dirigía a la puerta.
-Esto no me gusta nada, y no me encuentro muy bien. –Comentó Bolk abriendo y cerrando sus manos-. Quizás no ha sido buena idea el venir.
-Tonterías. ¿Qué podría pasa…? –Intentó decir Cola cuando se encontraban frente a la puerta, y esta salió disparada contra ellos, llevándoselos por delante y haciéndolos caer sobre la barra del bar.
-Auch… Joder. Eso ha dolido. ¡Mi pobre nariz! –Se quejaba Bolk tirado en el suelo tras rodar por la barra, mientras se llevaba las manos al hocico.
-¡Cogedlo, vamos, cogedlo de una condenada vez! –Se escuchó gritar desde el piso de arriba, y segundos después saliendo tres escamosos individuos, que saltaron la barandilla y cayeron rodeando a Bolk.
-¿Y estos bolsos con patas? –Preguntó Cola aun medio aturdida por el golpe al igual que Bolk.
En ese momento, los tres recién llegados intentaron lanzarse sobre ellos para atraparlos, pero Cola que en ningún momento había soltado la lanza, la hizo girar rápidamente, golpeándolos y haciendo que estos quedaran desperdigados a su alrededor.
-Sois unos inútiles. –Expresó una chica saliendo segundos después de la habitación y asomándose al piso inferior antes de dejarse caer-. Veo que tienes una buena coordinación con tu cola, ya que me cogiste por sorpresa en el hospital, llegando incluso a lastimar mi hermosa cara.
-¿Quién demonios eres tú? –Preguntó Bolk incorporándose, y mirando a la chica que se mantenía oculta por un manto blanco, que solo dejaba ver su rostro.
-Alguien a quien han contratado para recuperar cierto objeto que tú robaste. –Le respondió está cruzándose de brazos y mirándolo fijamente.
-¡Nosotros no hemos robado nada! –Exclamó Cola dando una estocada hacia ella y atravesando el manto, pero percatándose justo en ese instante que el golpe no había tenido fricción.
-Un ataque bastante veloz, pero no lo suficiente. –Expresó la chica que ahora estaba tras Bolk, espalda contra espalda, dejando ver que la lanza solo había atravesado su manto.
-Cómo has… -Intentó preguntar Cola, cuando se percató de que estaba siendo rodeada e inmovilizada por la propia cola de la chica, que además resultaba no ser para nada normal.
-Estosss Lutrixss de primerassss generacionesss, nunca dejan de sssorprenderme. Ssson todosss unosss inutilesss. –Expresó la cola de la chica que tenía todo el aspecto de ser una cobra.
Instintivamente Bolk dio un salto hacia delante para ganar distancia y liberar a Cola, lo que además le proporcionó la oportunidad de observar mejor a la chica.
-No me jodas… -Susurró Bolk sorprendido y asustando mirándola bien.
-Una quimera… -Masculló a su vez Cola sin creerse tampoco lo que veía.
La chica en cuestión parecía tener el cuerpo de una furry zorra, pero sus patas eran como las de un ave rapaz, y de donde nacería su cola, salía el cuerpo de una enorme y larga cobra negra. Sus ojos eran de reptil, y tenía los brazos escamosos y emplumados al mismo tiempo, y ya por último, en su cabeza dos grandes cuernos enroscados de carnero, hacían que toda ella fuera difícil de mirar y de olvidar. Entonces aprovechando que Bolk y Cola quedaron transpuestos por verla, los tres secuaces aprovecharon para atraparlo e inmovilizarlo, al tiempo que golpeaban su cara contra la barra del bar.
-Bueno bueno. Veamos cómo quieres hacer las cosas. –Expresó la chica saltando la barra para ponerse por el otro lado, al tiempo que se quitaba lentamente los guantes que cubría sus manos-. Te doy dos opciones. O me das lo que quiero por las malas, o tendré que sacártelo por las malas.
-¿No son iguales las dos opciones? –Preguntó Bolk intentando despegar la cara.
-Creeme, guapo, no son ni de lejos iguales. –Le indicó la chica acariciándole la cara, y chasqueando los dedos-. Yo soy Alana y quiero presentarte a Sisi. Puede parecer un poco fría, pero le encanta dar buenos besos. Adelante compañera. Usa tu magia.
-Sssera un placer.
-¡Alejate de mí, so…! –Exclamó Bolk sacudiéndose intentando soltarse cuando Sisi abrió las fauces y lo mordió en el cuello-. ¡Aaarrrggg! ¡Maldita!
-Sssi sssi sssi. Quejate mientrasss puedasss.
-Ya podéis soltarlo. –Expresó Alana haciando que los matones liberaran a Bolk, que rápidamente intentó alejarse llevándose una mano al cuello, pero teniendo que apoyarse en una de las mesas cercanas ya que se sintió mareado.
-Yo de ti no intentaría hacer muchos esfuerzos o solo lograras que el beso de mi compañera, actué más rápido.
-¿Que nos has hecho? –Preguntó Cola sintiendo como temblaba levemente.
-Lo que Sisi os ha inyectado, os ayudará a recordar donde escondisteis el mapa de Crown, ya que tengo entendido que perdisteis la memoria.
-¿El mapa de…? -Fue a preguntar Bolk, cuando numerosos flashes de recuerdos mesclados lo hicieron sacudir la cabeza.
-Parece que empieza a surtir efecto, así que te ayudaré a refrescar ese cerebrito medio escacharrado… -Le indicó Alana sentándose en el borde de la barra del lado de la clientela y cruzando las piernas mientras lo miraba-. ¿Recuerdas que entrasteis en la mansión abandonada de Crown?
-Yo… Yo…- Intentó Bolk recordar, sufriendo más flashes.
-Os adentrasteis en la mansión y de algún modo lograsteis resolver los acertijos, lo que os llevó a la recamara secreta. Lamentablemente, nosotros llegamos justo en ese momento, y antes de que pudiéramos hacernos con la última pista, para dar con el tesoro, os lanzasteis por el ventanal del salón para escapar, pero me da que no esperabais que esa ventana diera al acantilado sobre el mar.
-No recuerdo nada de eso. –Expresó Cola sacudiéndose.
-Pues os aconsejo que empecéis a recordar, ya que no tenéis mucho tiempo.
-¿Qué quieres decir? –Preguntó Bolk preocupado.
-El neuro estimulador que Sisi os ha inyectado, tiene un efecto secundario. Si antes de veinticuatro horas, no tomáis un antídoto, todo vuestro sistema nervioso será tan activo como el de un vegetal y entonces… ¡Pufff! Ambos seréis como un bonito muñeco de trapo.
-¿Y si no logramos recordar? –Preguntó Bolk retrocediendo lentamente hacia la salida.
-Bueno… Eso sería un pequeño contratiempo. –Comentó Alana rascándose la nuca-. Pero ya lo pensaré si os volvéis totalmente inútiles.
Escuchando esto, Bolk salió corriendo del lugar en dirección al muelle, ya que Cola le aviso que quizás tendrían una oportunidad si lograban llegar a Sinitiar, ya que allí conocía a alguien que sabría cómo preparar una cura.
-Jefa. ¿Lo seguimos? –Preguntó uno de los matones.
-Vigilad sus movimientos, pero de lejos. –Expresó Alana saliendo y viendo a Bolk alejarse a toda velocidad-. Que no se percaté de vuestra presencia. Quiero ver a donde va y que espera obtener.
Una frenética cuenta atrás se había puesto en marcha, y ahora quizás solo la ayuda que Nubia ofreció, les daría una oportunidad a Bolk y Cola de continuar sus viajes, aunque incluso esto, quedaba totalmente en el aire. La mente de ambos estaba totalmente hecho un lio. Los recuerdos estaban mesclados y había lagunas en blanco. Ninguno recordaba no solo cómo había empezado semejante embrollo, sino sobre todo, como habían acabado supuestamente, robando.
Aqui podeis leer la primera parte
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Y aqui la segunda y nueva parte ;)
Cerco a la presa.
Ha pasado una semana desde el incidente con Angel, y en este tiempo las heridas que Bolk y Cola tenían, se han curado casi en su totalidad. Lo único que han podido averiguar de lo ocurrido, ya que apenas se han podido mover, es lo que la enfermera les ha relatado, que fueron rescatados en alta mar, pero nadie sabe nada de la misteriosa chica que intentó pincharles.
-Buenos días. –Expresó la enfermera entrando en la habitación y corriendo las cortinas para que entrara la luz del sol.
-Buenos días… -Murmuró Bolk entreabriendo los ojos e incorporándose levemente en la cama.
-¿Qué tal amanecemos hoy? ¿Listos para regresar a la normalidad? –Les preguntó la enfermera cogiendo la ficha de estado junto a la cama, y comprobando que ya le habían dado el alta.
Sí, eso creo. –Comentó Bolk estirándose y seguidamente bajándose de la cama, ataviado con una bata que dejaba toda su espalda y trasero al aire-. Aaahh… Ya tenía ganas de estirar las piernas.
-Auch… Cuando salgamos de aquí te voy a dar de latigazos… -Susurró la cola estirándose con todo el pelaje encrespado.
-¿Qué he hecho ahora? –Preguntó Bolk extrañado tragando saliva y mirando sobre su hombro izquierdo.
-Aplastarme con tu culo gordo cada noche. ¿Cuándo diantres vas a aprender a dormir sin dar tantas vueltas?
-He he. Veo que tu acompañante anexo sigue de tan mal humor como cada día. Lamento que tuviéramos que atarlo en días pasados, pero es que no se quedaba quieto a la hora de recibir pinchazos. –Comentó la enfermera llevándose una mano ante la boca para intentar ocultar su risa.
-No te preocupes. –Le indicó Bolk rascándose la nuca-. Las agujas le gustan tan poco como a mí.
-Yo estaba perfectamente. No necesitaba curitas ni pinchazos. –Aclaró la cola girándose hacia la enfermera.
-Los Lutrix no suelen dejarse caer por los hospitales, así que admito en nombre de mis compañeros que vuestra estancia fue un tanto excéntrica, pero un paciente es un paciente, así que era nuestra responsabilidad hacer cuanto estuvieran en nuestras manos para cuidaros bien. –Explicó la enfermera sin hacer desaparecer la sonrisa de su cara.
-Vaya cara que os gastáis… -Murmuró la cola-. No teníais derecho a sedarme.
-Si te hubieras quedado quieta mientras te intentábamos lavar, no hubiera sido necesario. Al doctor aun le duele la cara del latigazo que le diste. –Le explicó la enfermera colocando los brazos en jarra y mirándola seriamente.
-Él se lo ganó por el estiramiento que me dio sin avisar. Ese patán me hizo crujir todas las vértebras.
-Ok ok, Cola, tranquila. –Expresó Bolk volviéndose hacia la enfermera tras mirar a su alrededor-. Esto… ¿Dónde están nuestras cosas?
-En la bolsa de aquel rincón, y no olvidéis antes de dejar el hospital, hablar con el chico de recepción para reclamar vuestras armas.
-Gracias por toda la atención prestada, y espero que no hayamos sido un verdadero incordio.
-Descuida. Te aseguro que los hemos tenido peores. –Le aclaró la enfermera riéndose-. Cuidaos ahí fuera para que no volver a vernos en mucho tiempo.
Diciendo esto, la enfermera finalmente se marchó por lo que Bolk recogió su ropa y terminó de vestirse.
-Bueno, ya me siento más cómodo. ¿Cuál crees que debería ser nuestro primer paso para averiguar qué fue lo que nos pasó?
-Mmm… Quizás alguien pueda soltar algo de información si preguntamos en el Pony Decapitado. –Le indicó Cola.
-Es posible, pero no lo harán por las buenas o gratis.
-No te preocupes por tonterías, así que dejame a mí la diplomacia. Vamos, muévete. –Le indicó Cola golpeándole la espalda-. Quiero salir de este condenado lugar de una maldita vez.
-Suspiro-. Ya va, ya va… -Suspiró Bolk encorvándose y dejando colgar los brazos mientras ponía cara de derrotado-. Alguien ahí arriba me debe de odiar mucho para haberme atado a ti.
-Eso debería decirlo yo.
Entre quejas y regañinas, Bolk se dirigió hacia la salida siguiendo las indicaciones que le fueron dando, y allí recogió su lanza en la recepción tras rellenar un formulario. Entonces salió del edificó y con cara de estupefacción miró a su alrededor, ya que no se encontraban donde imaginaban, sino más bien sobre lo que parecía una construcción flotante en medio del mar.
-¿Pero qué demo…? ¿Dónde estamos? –Preguntó Cola.
-Err… Ni idea. Deja que pregunté. Discúlpeme. –Le indicó al primero que pasó por su lado-. ¿Podría decirme dónde estoy?
-¿¡Tengo cara de puesto de información!? –Le gritó este sorprendiendo a Bolk y Cola.
-Yo solo quiero… -Intentó decirle Bolk con cara de espanto.
-¡Estás en Harlandier, marinero de agua sucia! –Le gritó nuevamente, y esta vez además empujándolo y haciendo que cayera sobre unas cajas.
-Auch. ¿¡Pero quien se ha creído este!? ¡Ahora veras! –Exclamó Cola haciendo que el cuerpo de Bolk se incorporara y caminara de espaldas hacia el agresor.
En ese momento Cola se ciñó en una de las piernas del matón, jaló con fuerza tirándolo al suelo y a continuación lo lanzó por los aires haciendo que cayera al mar.
-¡Maldito filibustero y malandrín del tres al cuarto! -Exclamaba el bravucón chapoteando-. ¡Que un rayo te parta, sucio arrapiezo, berzotas y ceporro!
-Suspiro-. Siempre haciendo amigos. –Comentó Bolk mirándolo.
-Él se lo buscó. Ahora consigamos un barco para regresar a Estelorarian.
-¡Ha ha ha! –Se escuchó una risa cercana, y segundos después apareciendo una furry nutria de corta estatura-. Parece que finalmente alguien le ha dado una lección al viejo gruñón.
-Lamento lo sucedido. –Le indicó Bolk mirándola.
-No hay nada que disculpar. –Respondió la nutria sonriendo y encogiéndose de hombros-. Ese carcamal siempre trata a todo el mundo igual, así que era cuestión de tiempo que alguien lo remojara. ¿Quiénes sois?
-Soy Bolk y esta es Cola.
-Err… ¿Le has puesto nombre a tu cola? –Preguntó la nutria extrañada viéndolo como se sujetaba la cola.
-Es algo más complicado que eso… Intentó Bolk explicarle.
-Dejate de cuentos y dile claramente a esta chica que es lo que necesitamos.
-¡Hey! –Exclamó la nutria dando un salto por la sorpresa al escuchar en su mente la voz de Cola.
-Lo único que sabemos es que acabamos en el mar y alguien nos trajo a este lugar, donde hemos pasado una semana recuperándonos en el hospital.
-¡Oh, ya recuerdo! Me padre me comentó que había tenido una pesca extraña, que acabó en el hospital, así que debía tratarse de vosotros.
-Bravo lumbreras. Que perspicacia la tuya. –Comentó Cola haciendo movimientos erráticos.
-Oye oye, no seas grosera. –Le replicó sorprendido Bolk-. Te pido que la disculpes ya que a veces es un poco arisca.
-He he. No pasa nada. –Expuso la Nutria acercándose a ellos e intentando tocar a Cola, pero esta no se dejaba-. A decir verdad no es la primera vez que me encuentro con una cola parlante, aunque la otra que conocí tenía voz propia, ya que estaba dotada de una boca más grande que la del cuerpo.
-Oh. Debía ser un Lutrix como yo, aunque esos con la cola más desarrollada son complicados de ver. –Comentaba Bolk con cara de sorpresa, cuando Cola le dio un golpe en la cabeza-. ¡Ay!
-¿A quién llamas subdesarrollada? –Replicó Cola agitándose como si se preparara para golpearlo de nuevo.
-¡Ha ha ha ha! Salta a la vista que Cola tiene carácter. Oh, que descortés por mi parte. Soy Nubia. Encantada de conoceros. –Les indicó la chica con cara risueña, extendiendo una mano hacia ellos.
-Supongo que ya que no está tu padre por aquí, lo más cortes es que le des las gracias de nuestra parte. –Le indicó Bolk estrechándole la mano-. Por cierto… No habrás visto por casualidad a una chica extraña por aquí, ¿verdad?
-Mmm… Hace algunos días llegó un grupo un tanto extraño, y entre ellos había una chica. Muy mal hablada por cierto.
-Seguro que fue ella. –Intervino Cola-. ¿Aún siguen aquí?
-Ayer estaban en la cantina armando jaleo, así que a lo mejor aún no se han marchado. –Comentó Nubia mirándolos y rascándose la cara con un dedo.
-Vamos a tener que hablar con esos tipejos antes de buscar una forma de salir de aquí. – Aclaró Cola.
-Yo tengo un barco, así que si no tenéis problemas os puedo acercar a la costa más cercana. La cantina la podéis encontrar por allí, y por allá, a mí trabajando en mi barco, así que buscadme cuando estéis listos para partir.
-Gracias por la ayuda Nubia, pero ahora Bolk y yo tenemos que obtener algunas respuestas, y seguramente no será por las buenas, así que mejor te mantienes al margen no sea que acabes involucrada. –Comentó Cola agarrando la daga en la cintura de Bolk y estirando la barra para volverla una lanza.
-¿Estaréis bien?
-Yo sí, pero seguramente Bolk saldrá algo magullado como siempre.
-Quizás no saldría mal parado si no te escudaras conmigo. –Replicó Bolk cruzándose de brazos y refunfuñando.
-Si no fueras un inútil que se mueve con la misma agilidad que un saco de arena, quizás no te comerías todos los golpes.
-Esto… Creo que mejor os dejo con vuestros asuntos. –Susurró Nubia retrocediendo lentamente sin dejar mirarlos-. Nos vemos más tarde chicos.
Nubia se marchó corriendo, pero antes de dejar la zona se volvió nuevamente hacia ellos, lo que provocó que se riera, al ver a Bolk tirado en el suelo, forcejeando con su cola como si intentara estrangularla. Entonces tras unos segundos de discusiones y disputas sin sentido, los dos recuperaron la compostura y se dirigieron a la cantina.
-Aquí es. –Expresó Bolk mirando la entrada-. No me agrada la idea de ir buscando pelea, pero quiero saber por qué nos atacaron.
-Deja de lloriquear y entra de una vez.
Tragando saliva ya que tenía un mal presentimiento, Bolk entró en el local, provocando que todos se callaran y se volvieran durante varios segundos hacia él, antes de retomar lo que estaban haciendo. Se podía palpar en el ambiente que los desconocidos no eran bien recibidos, así que haciendo arrojo de fuerzas, se dirigió a la barra para preguntar.
-Disculpe. –Le indicó Bolk al camarero.
-¿Qué puedo servirle? –Respondió un Were topo de grandes anteojos, mirándolo de reojo mientras limpiaba con un paño unos vasos de cristal, aunque sus enormes garras no parecían ponérselo nada fácil.
-Esto… ¿Ha visto por aquí a un grupo de extraños como yo?
-¿Estás buscando problemas? –Preguntó el camarero dejando el trapo en su hombro, soltando el vaso antes de acercarse a Bolk y mirarlo fijamente a los ojos-. No nos gustan los recién llegados, más aun si buscan problemas.
-Si no quieres problemas, más te vale que sueltes lo que sabes. –Expresó de repente Cola, haciendo que se frunciera el ceño del camarero.
-Gruñido-. Subiendo por las escaleras, tercera puerta a la izquierda. –Le indicó el camarero alzando un dedo.
-Gra…Gracias. –Susurró Bolk con cara de asustado mirándolo unos segundos y seguidamente subiendo por las escaleras.
-Relajate un poco o acabaras meándote de miedo. –Le indicó Cola mientras este se dirigía a la puerta.
-Esto no me gusta nada, y no me encuentro muy bien. –Comentó Bolk abriendo y cerrando sus manos-. Quizás no ha sido buena idea el venir.
-Tonterías. ¿Qué podría pasa…? –Intentó decir Cola cuando se encontraban frente a la puerta, y esta salió disparada contra ellos, llevándoselos por delante y haciéndolos caer sobre la barra del bar.
-Auch… Joder. Eso ha dolido. ¡Mi pobre nariz! –Se quejaba Bolk tirado en el suelo tras rodar por la barra, mientras se llevaba las manos al hocico.
-¡Cogedlo, vamos, cogedlo de una condenada vez! –Se escuchó gritar desde el piso de arriba, y segundos después saliendo tres escamosos individuos, que saltaron la barandilla y cayeron rodeando a Bolk.
-¿Y estos bolsos con patas? –Preguntó Cola aun medio aturdida por el golpe al igual que Bolk.
En ese momento, los tres recién llegados intentaron lanzarse sobre ellos para atraparlos, pero Cola que en ningún momento había soltado la lanza, la hizo girar rápidamente, golpeándolos y haciendo que estos quedaran desperdigados a su alrededor.
-Sois unos inútiles. –Expresó una chica saliendo segundos después de la habitación y asomándose al piso inferior antes de dejarse caer-. Veo que tienes una buena coordinación con tu cola, ya que me cogiste por sorpresa en el hospital, llegando incluso a lastimar mi hermosa cara.
-¿Quién demonios eres tú? –Preguntó Bolk incorporándose, y mirando a la chica que se mantenía oculta por un manto blanco, que solo dejaba ver su rostro.
-Alguien a quien han contratado para recuperar cierto objeto que tú robaste. –Le respondió está cruzándose de brazos y mirándolo fijamente.
-¡Nosotros no hemos robado nada! –Exclamó Cola dando una estocada hacia ella y atravesando el manto, pero percatándose justo en ese instante que el golpe no había tenido fricción.
-Un ataque bastante veloz, pero no lo suficiente. –Expresó la chica que ahora estaba tras Bolk, espalda contra espalda, dejando ver que la lanza solo había atravesado su manto.
-Cómo has… -Intentó preguntar Cola, cuando se percató de que estaba siendo rodeada e inmovilizada por la propia cola de la chica, que además resultaba no ser para nada normal.
-Estosss Lutrixss de primerassss generacionesss, nunca dejan de sssorprenderme. Ssson todosss unosss inutilesss. –Expresó la cola de la chica que tenía todo el aspecto de ser una cobra.
Instintivamente Bolk dio un salto hacia delante para ganar distancia y liberar a Cola, lo que además le proporcionó la oportunidad de observar mejor a la chica.
-No me jodas… -Susurró Bolk sorprendido y asustando mirándola bien.
-Una quimera… -Masculló a su vez Cola sin creerse tampoco lo que veía.
La chica en cuestión parecía tener el cuerpo de una furry zorra, pero sus patas eran como las de un ave rapaz, y de donde nacería su cola, salía el cuerpo de una enorme y larga cobra negra. Sus ojos eran de reptil, y tenía los brazos escamosos y emplumados al mismo tiempo, y ya por último, en su cabeza dos grandes cuernos enroscados de carnero, hacían que toda ella fuera difícil de mirar y de olvidar. Entonces aprovechando que Bolk y Cola quedaron transpuestos por verla, los tres secuaces aprovecharon para atraparlo e inmovilizarlo, al tiempo que golpeaban su cara contra la barra del bar.
-Bueno bueno. Veamos cómo quieres hacer las cosas. –Expresó la chica saltando la barra para ponerse por el otro lado, al tiempo que se quitaba lentamente los guantes que cubría sus manos-. Te doy dos opciones. O me das lo que quiero por las malas, o tendré que sacártelo por las malas.
-¿No son iguales las dos opciones? –Preguntó Bolk intentando despegar la cara.
-Creeme, guapo, no son ni de lejos iguales. –Le indicó la chica acariciándole la cara, y chasqueando los dedos-. Yo soy Alana y quiero presentarte a Sisi. Puede parecer un poco fría, pero le encanta dar buenos besos. Adelante compañera. Usa tu magia.
-Sssera un placer.
-¡Alejate de mí, so…! –Exclamó Bolk sacudiéndose intentando soltarse cuando Sisi abrió las fauces y lo mordió en el cuello-. ¡Aaarrrggg! ¡Maldita!
-Sssi sssi sssi. Quejate mientrasss puedasss.
-Ya podéis soltarlo. –Expresó Alana haciando que los matones liberaran a Bolk, que rápidamente intentó alejarse llevándose una mano al cuello, pero teniendo que apoyarse en una de las mesas cercanas ya que se sintió mareado.
-Yo de ti no intentaría hacer muchos esfuerzos o solo lograras que el beso de mi compañera, actué más rápido.
-¿Que nos has hecho? –Preguntó Cola sintiendo como temblaba levemente.
-Lo que Sisi os ha inyectado, os ayudará a recordar donde escondisteis el mapa de Crown, ya que tengo entendido que perdisteis la memoria.
-¿El mapa de…? -Fue a preguntar Bolk, cuando numerosos flashes de recuerdos mesclados lo hicieron sacudir la cabeza.
-Parece que empieza a surtir efecto, así que te ayudaré a refrescar ese cerebrito medio escacharrado… -Le indicó Alana sentándose en el borde de la barra del lado de la clientela y cruzando las piernas mientras lo miraba-. ¿Recuerdas que entrasteis en la mansión abandonada de Crown?
-Yo… Yo…- Intentó Bolk recordar, sufriendo más flashes.
-Os adentrasteis en la mansión y de algún modo lograsteis resolver los acertijos, lo que os llevó a la recamara secreta. Lamentablemente, nosotros llegamos justo en ese momento, y antes de que pudiéramos hacernos con la última pista, para dar con el tesoro, os lanzasteis por el ventanal del salón para escapar, pero me da que no esperabais que esa ventana diera al acantilado sobre el mar.
-No recuerdo nada de eso. –Expresó Cola sacudiéndose.
-Pues os aconsejo que empecéis a recordar, ya que no tenéis mucho tiempo.
-¿Qué quieres decir? –Preguntó Bolk preocupado.
-El neuro estimulador que Sisi os ha inyectado, tiene un efecto secundario. Si antes de veinticuatro horas, no tomáis un antídoto, todo vuestro sistema nervioso será tan activo como el de un vegetal y entonces… ¡Pufff! Ambos seréis como un bonito muñeco de trapo.
-¿Y si no logramos recordar? –Preguntó Bolk retrocediendo lentamente hacia la salida.
-Bueno… Eso sería un pequeño contratiempo. –Comentó Alana rascándose la nuca-. Pero ya lo pensaré si os volvéis totalmente inútiles.
Escuchando esto, Bolk salió corriendo del lugar en dirección al muelle, ya que Cola le aviso que quizás tendrían una oportunidad si lograban llegar a Sinitiar, ya que allí conocía a alguien que sabría cómo preparar una cura.
-Jefa. ¿Lo seguimos? –Preguntó uno de los matones.
-Vigilad sus movimientos, pero de lejos. –Expresó Alana saliendo y viendo a Bolk alejarse a toda velocidad-. Que no se percaté de vuestra presencia. Quiero ver a donde va y que espera obtener.
Una frenética cuenta atrás se había puesto en marcha, y ahora quizás solo la ayuda que Nubia ofreció, les daría una oportunidad a Bolk y Cola de continuar sus viajes, aunque incluso esto, quedaba totalmente en el aire. La mente de ambos estaba totalmente hecho un lio. Los recuerdos estaban mesclados y había lagunas en blanco. Ninguno recordaba no solo cómo había empezado semejante embrollo, sino sobre todo, como habían acabado supuestamente, robando.
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