Por dios....¡Esta fue la carta mas larga de todas que hecho
10 years ago
Escrita ya hace unos 4 anños, 06/2011.... Aun recuerdo aquellos sentimientos-....
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Hola... te escribo esta carta por varias razones:
Primero quiero decirte que esta relación empezó mal, y continúo bien, pero después decreció. No quiero decir que es culpa de uno u otro, porque de alguna manera tenemos cierto porcierto compartido de esa culpa.
Tampoco no sé porqué, durante este tiempo, sentí que te mantenías de cierta manera distante; te mandaba mensajes y no contestabas, en el messenger, hablabas de cierta manera sin tener cierto grado de seriedad, tardabas en contestar, y no lo tomes personal, pero sin limitarme, cuando me contestabas "simon", por experiencia, significa un "sí" sarcástico...
De cierta manera sabemos que a nadie lo dejen plantado, y gastemos nuestro tiempo en las palabras de los demás, (por eso te escribo, porqué las palabras se las lleva el viento), me habías dicho que querías hablar, y querías que nos vieramos en Soriana Aeropuerto, yo acepté y pactamos en ir, pero el único que asistió fuí yo, te estube esperando 40 minutos, te llamé y te mandé mensajes, pero no contestaste ninguno, hasta recuerdo que antes de ir, subí al puente y tomé una fotografía de esa tarde. Ahora, me habías dicho que querías que fueramos al cine, volví a aceptar, pero el Viernes 25, acordamos de ir, hasta me digiste que comprara los boletos... Llegué, te avisé que los compraría, los compré te llamé antes, pero no me contestaste, después te llamé y me digiste que llegarías tarde, me dio igual, ya tenia los boletos, entré a ver la función. La razón por la cual no te coneste tus llamadas o tu mensaje, es que tenía el teléfono en silencio, y por lo buena dela película, ni me enteré, además que mi teléfono nunca vibró. No te conesté, me dió igual.
Algunas cosas empiezan de la manera más tribial. De la forma menos esperada. Y también suelen terminar así, de la forma en que menos se esperaba.
Es terrible creer en esto del amor cuando “se termina”. Todo lo que se viene encima después aún: tener que lidiar entre esa inercia que es la costumbre y la rutina de cada semana, el orgullo, la palabra. la sinceridad o algo que pretende cerla, y todas esas cosas que a veces, se confunden con el amor o con el cariño. Esa coherción a esperar lo que ya sabemos que no va a venir: una vista, un paseo, una llamada, una carta.
Si hay algo de lo que siempre creí estar preparado fue la de separar amor de todas esas cosas. Intentar mantener los sentimientos y los valores en su estado más puro, y dejar entonces que solos volaran. Sí, hay melancolía que te lleva a la tristeza, pero al final, no dejará de haber dolor. Si hay paz, entonces, esa tranquilidad de saber que se está haciendo lo correcto.
No es fácil separar el cariño que tengo, disculpa, tenía de ti. Este último que puse tal vez en forma de orgullo, de ignorancia o tal vez indiferencia, de la resistencia al cambio, y porqué no, la obsesión. Pero todo se hace más fácil cuando somos sinceros con nosotros mismos.
Esta carta habla de una despedida. De un hasta luego, no, de un adios para siempre. De esos que cuando los escuchas, sientieras como si entrara una descarga por tu pecho y detuviera tu respiración. Llena de sinceridad brutal. En un momento en que para seguir, hay que separar el amor del ese orgullo que a crees que te protegiera en su manto de orgullo, aunque muchas veces es así, otras veces no te deja ver las cosas de porqué son. Y es necesario abrirlos para poder seguir.
Esto ha sido una de las cosas que más me costaron y me han dolido ciertamente, de la manera que más odio.
Es poco casual estar rodeado en un mundo de sentimientos que van y vienen de manera desenfrenada dentro de mí. Hay cosas que creí que no volverían a pasarme, porqué creí haber estado preparado para esto, ya que yo solo quería ser sincero. Creí saber lo suficiente como para no equivocarme.
Sin duda es evidente que tengo que aprender que en esto del amor las experiencias a veces no sirven de mucho. Uno vuelve a caer otra vez en los mismos trucos, en las mismas trampas. Y lo peor de todo, que sumado al dolor de eso se suman el dolor de sentirse un idiota ante todo esto, duele creerlo.
Quisiera decirte tantas cosas cara a cara. Pero no me queda otra que seguir plasmando mis palabras con este teclado de computadora, que no sabrá que es lo que pasa. Quizás critiques esto. Pero la única razón que puedo darte es no podría hacerlo de otra manera. Si tal, tan solo, tal vez me vieras ahora, pudieras enterlo, o mejor aún si te dignaras a verme.
Yo soy siempre el que aconseja a todo el mundo en diversos temas, pero nunca me he considerado bueno en ela amor, pero aún así aconsejaba y pareció que mis consejos fueron bueno, tal vez esa sea la razón. He sabido de miles de situaciones diferentes. Una de ellas me ha tocado vivir, y situaciones que particularmente me hicieron creer que tocaban a veces no sé si el fondo, pero era demasiado hondo para mí. Otras que le han pasado mis amigas y amigos, y hasta ahora, me sigo sorprendiendo.
Pero ahora me toca decir todas esas cosas que dije a toda esta gente a la persona más dificil y en la situación más dificil: a mi mismo. E
Es evidentemente que algo se nota en mí, no puedo pretenderlo todo.
Trato de comprender como funciona exáctamente el universo, pero soy indiferente con la idea de que hay algo o alguien que pretende estar ahí y me pone cerca mucha gente que me sirve de contención y de ayuda. Estoy rodeado de aquellos a quienes considero mis amigos y buenos compañeros. Más que nunca me preguntan que me pasa. Que dónde dejé esa alegría repentina. Donde dejé el brillo de mis ojos. Donde dejé las ganas. Porque.
Duele tener que mentir cuándo me preguntan ¿cómo estás?, aún sabiendo la obvia respuesta.
Pero mucho más duele saber que ellos se dan cuenta que es casi todo lo contrario.
Pero así son las reglas. Y así es la agonía.
Siempre dije: prefieron estar solos, que mal acompañados. Es como cuando te pinchas con una aguja y espina, duele, y duele mucho, que tocarla propaga dicho dolor, pero no queda de otra que quitarte la espina, y esperar a que el dolor desaparesca. Quedan unos horas hasta que la herida finalmente cicatriza… y podés seguir adelante.
Así que estoy a punto de hacer con esta carta. Sacar la espina, jalarla hasta que salga. No creo que vaya a morir por eso... y la prueba será que estés leyendo desde ese monitor que tienes en frente de tí, así que no deberías preocuparte . Solo estoy tratando de hacerme más fuerte.
No te equivoques. Ser fuerte no significa volverme “indiferente”, o más “frío”. Esto a mi criterio es volverse un cobarde. Qué es muy distinto a ser fuerte. Yo podré ser muchas, tal vez para algunos algo ilógico o tl vez loco, pero de los que he tratado y seguiré tratando, es nunca ser un cobarde.
Siempre digo:
“Hey… la vida sigue, el planeta seguirá giando, con tigo o sin tí, no te podés quedar ahí sentado mientras ves todo moverse mientras te sientas mal”.
Cuando nos conocimos fue una de las primeras cosas que te dije. Alla cuando quería que fueramos amigos.
Es difícil seguir adelante cuándo estás atado a algo y eso que te ata resulta ser algo que querías (o al menos eso pensé) con más fuerza de las que tiene tu propio cuerpo para seguir adelante en cada dura jornada.
Parecía tan fácil decirlo desde otro punto de vista y me daba algo de consejo cuando quien me pedía un consejo, no me hacía caso. Ahora aprendí a tener cuidado la próxima vez que diga esto. No es tan fácil.
Pero bueno, en honor, tendré que sacar esas fuerzas. No sé de donde, tampoco sé como. Una forma fácil de hacerlo sería inyectando algo de coraje, odio e ira. Sería más fácil… claro que sí. Pero sería una actitud cobarde y deshonesta. Y dije que eso es algo que no soy. Así que tampoco puedo hacer eso. Es cierto que las palabras condenan.
Ojala y algún día entiendas que todo fue verdad. Puedo entender que estés “castrado”. Que te mintieron y te cuesta creer. Te cuesta confiar, tal vez pero sin limitarme, porqué te traicionaron de la manera más sucia. De la manera más cobarde. Y de la manera más estúpida: delante de tus ojos.
Entenderé muchas cosas y más de las que crees. Pero no entiendo las mentiras. O mejor dicho tus mentiras.
*No te pedí que me siguieras queriendo.
*No te pedí que me te preocupes.
*No te pedí que me extrañaras.
Solo hubiera querido pedirte que con migo solo fueras honesto, que fueras tan solo sincero. Y porque no, que no me fallaras. Pero, tal vez, no se hubiera podido cumplir con eso.
Sé que estarás retrucando con “tú sabías como podría ser esto, tú sabías como era todo”, sacado de Internet, y tal vez por eso, no se podría asegurar el verdadero funcionamiento de todo.
Sí, lo sabía. Y nunca negué saberlo. Y así y todo, me animé, aún los posibles riesgos de esto, porque me ilusioné, como aquella tarde que te pedí que me dijeras sí o no, para no ilusionarme.
Las reglas fueron simples, Claras. De repente todo se llenó de dudas. Lleno de ¿mentiras?, no, mas bien que solo eran excusas baratas.
Al final, después de todo, no tengo idea que hubo de real en lo que no sé si fue o no fue. Porqué ya te lo dije una vez: lo que se basa o se construye sobre mentiras nunca podrá ser.
Nunca existe.
Quieras verlo de la manera que desees verlo, de la forma, los colores, incluso los sentimientos. Además de la excusa que quieras ponerle.
Duela o no, es algo que algún día tendrás que aceptar. Aunque duela. Porque no te voy a decir que no duele aceptar algunas cosas. A veces vas más allá: destrulle..
Todo lo demás sigue, los planetas encuentran su lugar en el universo. Yo encontré el mío, y casualmente termina siendo el lugar que dije que era. Pero ahora ya no estoy en el medio. Corrí.
Y yo imbécil no quise escuchar. Perdoname, ¿Sabés? debí haberte dicho.
Claramente lo dice una canción. "El problema no eres tú". El problema tal vez sea yo y mi confian, mis sueños, mis ilusiones. Esas cosas a los que no se animan muchos. La mayoría porqué, tal vez, tienen miedo, aunque digan que no le tienen miedo a nada. Sin embargo suelen ser los más cobardes porqué le tienen miedo a lo más elemental. Y de ahí, para arriba no hay nada a lo que le puedas temer.
Y ahora ya me tengo que ir. Tengo que hacer un poco de fuerza, necesito levantarme y salir a ejercitarme. Tal vez me ayude a bajar algo de este peso. Supongo que algo bueno tenía que tener todo esto después de todo: “no hay mal que por bien no venga”.
Vaya. El mundo se me escapó de las manos. Tengo que ir mañana detrás de él. Alcanzarlo y subirme de nuevo a mi lugar y dejar algunas cosas atrás. Entre ellas tú.
El problema es que duele. Duele despertarse. Pero tal vez sea un mal necesario. El tiempo lo dirá.
No quisiera hacer esto, pero solo me voy a llevar algo que dejé en tus manos sin que me lo pidieras, por eso no puedo reprocharte nada: mi corazón.
Lo siento… pero supongo que sabrás entender.
La verdad, y te lo digo con el valor de mi palabra, que fue un gusto enorme conocerte, de verdad. Mucho más maravilloso fue quererte y tenerte conmigo. Como te lo dije alguna vez: me haces sentir chiquito a tu lado. Claro, tal vez no me creíste… Supongo que pensaste que es un verso más.
Ya no importa. No tenías porqué hacerlo. Es demasiado lindo. Es demasiado hermoso que te digan eso. Y esas cosas, tal vez, tenies terror.
Verás, vas a terminar de leer estas líneas y vas a entender que no miento. Que fui sincero y lo que siento y lo que me pasa hasta es tangible. Lo podés tocar, y lo estuviste tocando sin darte cuenta. Sin quererte dar cuenta.
Ahora te estoy hablando con lo poco que queda de mí. Nunca hubo tiempo para que te dijera de las cosas que había. ¿O que te invertiste en tí mismo? no sé. ¿Tal vez para buscar un excusa? Ahora ya no cuenta. Ya no importa.
Y ahora, antes de irme, si me lo permitís quiero devolverte algunas cosas y tal vez quedarme con algunas:
Te devuelvo esos pensamientos que pusiste en mi cabeza. También los que vas a poner. Cosas que ni pasaron, no pasan y tampoco van a pasar. Yo me quedo con lo que creo que es verdad.
Te devuelvo las mentiras que no te pude creer. No las quiero. Me quedo con los hechos que hablan por si mismos.
Te devuelvo mis ilusioness.
Te devuelvo los recuerdos de tú y yo en la cama. Lo más bellos que he tenido hasta ahora. Me quedo tan solo con algunas de tus miradas.
Te devuelvo mis ganas a que llegue el fin de semana para verte.
Te devuelvo mis ilusiones de irte a esperar a la parada del bus e irte a buscar y abrazarte. Te devuelvo ese “encuentro imaginario”.
Me quedo con la primera vez que te conocí. "Un día en un lugar maravilloso". Tal vez algún día sepas porqué esperé tanto tiempo. Y vas a entender lo que son las personas a las que llamas amigos y deces que quieres mucho.
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Hola... te escribo esta carta por varias razones:
Primero quiero decirte que esta relación empezó mal, y continúo bien, pero después decreció. No quiero decir que es culpa de uno u otro, porque de alguna manera tenemos cierto porcierto compartido de esa culpa.
Tampoco no sé porqué, durante este tiempo, sentí que te mantenías de cierta manera distante; te mandaba mensajes y no contestabas, en el messenger, hablabas de cierta manera sin tener cierto grado de seriedad, tardabas en contestar, y no lo tomes personal, pero sin limitarme, cuando me contestabas "simon", por experiencia, significa un "sí" sarcástico...
De cierta manera sabemos que a nadie lo dejen plantado, y gastemos nuestro tiempo en las palabras de los demás, (por eso te escribo, porqué las palabras se las lleva el viento), me habías dicho que querías hablar, y querías que nos vieramos en Soriana Aeropuerto, yo acepté y pactamos en ir, pero el único que asistió fuí yo, te estube esperando 40 minutos, te llamé y te mandé mensajes, pero no contestaste ninguno, hasta recuerdo que antes de ir, subí al puente y tomé una fotografía de esa tarde. Ahora, me habías dicho que querías que fueramos al cine, volví a aceptar, pero el Viernes 25, acordamos de ir, hasta me digiste que comprara los boletos... Llegué, te avisé que los compraría, los compré te llamé antes, pero no me contestaste, después te llamé y me digiste que llegarías tarde, me dio igual, ya tenia los boletos, entré a ver la función. La razón por la cual no te coneste tus llamadas o tu mensaje, es que tenía el teléfono en silencio, y por lo buena dela película, ni me enteré, además que mi teléfono nunca vibró. No te conesté, me dió igual.
Algunas cosas empiezan de la manera más tribial. De la forma menos esperada. Y también suelen terminar así, de la forma en que menos se esperaba.
Es terrible creer en esto del amor cuando “se termina”. Todo lo que se viene encima después aún: tener que lidiar entre esa inercia que es la costumbre y la rutina de cada semana, el orgullo, la palabra. la sinceridad o algo que pretende cerla, y todas esas cosas que a veces, se confunden con el amor o con el cariño. Esa coherción a esperar lo que ya sabemos que no va a venir: una vista, un paseo, una llamada, una carta.
Si hay algo de lo que siempre creí estar preparado fue la de separar amor de todas esas cosas. Intentar mantener los sentimientos y los valores en su estado más puro, y dejar entonces que solos volaran. Sí, hay melancolía que te lleva a la tristeza, pero al final, no dejará de haber dolor. Si hay paz, entonces, esa tranquilidad de saber que se está haciendo lo correcto.
No es fácil separar el cariño que tengo, disculpa, tenía de ti. Este último que puse tal vez en forma de orgullo, de ignorancia o tal vez indiferencia, de la resistencia al cambio, y porqué no, la obsesión. Pero todo se hace más fácil cuando somos sinceros con nosotros mismos.
Esta carta habla de una despedida. De un hasta luego, no, de un adios para siempre. De esos que cuando los escuchas, sientieras como si entrara una descarga por tu pecho y detuviera tu respiración. Llena de sinceridad brutal. En un momento en que para seguir, hay que separar el amor del ese orgullo que a crees que te protegiera en su manto de orgullo, aunque muchas veces es así, otras veces no te deja ver las cosas de porqué son. Y es necesario abrirlos para poder seguir.
Esto ha sido una de las cosas que más me costaron y me han dolido ciertamente, de la manera que más odio.
Es poco casual estar rodeado en un mundo de sentimientos que van y vienen de manera desenfrenada dentro de mí. Hay cosas que creí que no volverían a pasarme, porqué creí haber estado preparado para esto, ya que yo solo quería ser sincero. Creí saber lo suficiente como para no equivocarme.
Sin duda es evidente que tengo que aprender que en esto del amor las experiencias a veces no sirven de mucho. Uno vuelve a caer otra vez en los mismos trucos, en las mismas trampas. Y lo peor de todo, que sumado al dolor de eso se suman el dolor de sentirse un idiota ante todo esto, duele creerlo.
Quisiera decirte tantas cosas cara a cara. Pero no me queda otra que seguir plasmando mis palabras con este teclado de computadora, que no sabrá que es lo que pasa. Quizás critiques esto. Pero la única razón que puedo darte es no podría hacerlo de otra manera. Si tal, tan solo, tal vez me vieras ahora, pudieras enterlo, o mejor aún si te dignaras a verme.
Yo soy siempre el que aconseja a todo el mundo en diversos temas, pero nunca me he considerado bueno en ela amor, pero aún así aconsejaba y pareció que mis consejos fueron bueno, tal vez esa sea la razón. He sabido de miles de situaciones diferentes. Una de ellas me ha tocado vivir, y situaciones que particularmente me hicieron creer que tocaban a veces no sé si el fondo, pero era demasiado hondo para mí. Otras que le han pasado mis amigas y amigos, y hasta ahora, me sigo sorprendiendo.
Pero ahora me toca decir todas esas cosas que dije a toda esta gente a la persona más dificil y en la situación más dificil: a mi mismo. E
Es evidentemente que algo se nota en mí, no puedo pretenderlo todo.
Trato de comprender como funciona exáctamente el universo, pero soy indiferente con la idea de que hay algo o alguien que pretende estar ahí y me pone cerca mucha gente que me sirve de contención y de ayuda. Estoy rodeado de aquellos a quienes considero mis amigos y buenos compañeros. Más que nunca me preguntan que me pasa. Que dónde dejé esa alegría repentina. Donde dejé el brillo de mis ojos. Donde dejé las ganas. Porque.
Duele tener que mentir cuándo me preguntan ¿cómo estás?, aún sabiendo la obvia respuesta.
Pero mucho más duele saber que ellos se dan cuenta que es casi todo lo contrario.
Pero así son las reglas. Y así es la agonía.
Siempre dije: prefieron estar solos, que mal acompañados. Es como cuando te pinchas con una aguja y espina, duele, y duele mucho, que tocarla propaga dicho dolor, pero no queda de otra que quitarte la espina, y esperar a que el dolor desaparesca. Quedan unos horas hasta que la herida finalmente cicatriza… y podés seguir adelante.
Así que estoy a punto de hacer con esta carta. Sacar la espina, jalarla hasta que salga. No creo que vaya a morir por eso... y la prueba será que estés leyendo desde ese monitor que tienes en frente de tí, así que no deberías preocuparte . Solo estoy tratando de hacerme más fuerte.
No te equivoques. Ser fuerte no significa volverme “indiferente”, o más “frío”. Esto a mi criterio es volverse un cobarde. Qué es muy distinto a ser fuerte. Yo podré ser muchas, tal vez para algunos algo ilógico o tl vez loco, pero de los que he tratado y seguiré tratando, es nunca ser un cobarde.
Siempre digo:
“Hey… la vida sigue, el planeta seguirá giando, con tigo o sin tí, no te podés quedar ahí sentado mientras ves todo moverse mientras te sientas mal”.
Cuando nos conocimos fue una de las primeras cosas que te dije. Alla cuando quería que fueramos amigos.
Es difícil seguir adelante cuándo estás atado a algo y eso que te ata resulta ser algo que querías (o al menos eso pensé) con más fuerza de las que tiene tu propio cuerpo para seguir adelante en cada dura jornada.
Parecía tan fácil decirlo desde otro punto de vista y me daba algo de consejo cuando quien me pedía un consejo, no me hacía caso. Ahora aprendí a tener cuidado la próxima vez que diga esto. No es tan fácil.
Pero bueno, en honor, tendré que sacar esas fuerzas. No sé de donde, tampoco sé como. Una forma fácil de hacerlo sería inyectando algo de coraje, odio e ira. Sería más fácil… claro que sí. Pero sería una actitud cobarde y deshonesta. Y dije que eso es algo que no soy. Así que tampoco puedo hacer eso. Es cierto que las palabras condenan.
Ojala y algún día entiendas que todo fue verdad. Puedo entender que estés “castrado”. Que te mintieron y te cuesta creer. Te cuesta confiar, tal vez pero sin limitarme, porqué te traicionaron de la manera más sucia. De la manera más cobarde. Y de la manera más estúpida: delante de tus ojos.
Entenderé muchas cosas y más de las que crees. Pero no entiendo las mentiras. O mejor dicho tus mentiras.
*No te pedí que me siguieras queriendo.
*No te pedí que me te preocupes.
*No te pedí que me extrañaras.
Solo hubiera querido pedirte que con migo solo fueras honesto, que fueras tan solo sincero. Y porque no, que no me fallaras. Pero, tal vez, no se hubiera podido cumplir con eso.
Sé que estarás retrucando con “tú sabías como podría ser esto, tú sabías como era todo”, sacado de Internet, y tal vez por eso, no se podría asegurar el verdadero funcionamiento de todo.
Sí, lo sabía. Y nunca negué saberlo. Y así y todo, me animé, aún los posibles riesgos de esto, porque me ilusioné, como aquella tarde que te pedí que me dijeras sí o no, para no ilusionarme.
Las reglas fueron simples, Claras. De repente todo se llenó de dudas. Lleno de ¿mentiras?, no, mas bien que solo eran excusas baratas.
Al final, después de todo, no tengo idea que hubo de real en lo que no sé si fue o no fue. Porqué ya te lo dije una vez: lo que se basa o se construye sobre mentiras nunca podrá ser.
Nunca existe.
Quieras verlo de la manera que desees verlo, de la forma, los colores, incluso los sentimientos. Además de la excusa que quieras ponerle.
Duela o no, es algo que algún día tendrás que aceptar. Aunque duela. Porque no te voy a decir que no duele aceptar algunas cosas. A veces vas más allá: destrulle..
Todo lo demás sigue, los planetas encuentran su lugar en el universo. Yo encontré el mío, y casualmente termina siendo el lugar que dije que era. Pero ahora ya no estoy en el medio. Corrí.
Y yo imbécil no quise escuchar. Perdoname, ¿Sabés? debí haberte dicho.
Claramente lo dice una canción. "El problema no eres tú". El problema tal vez sea yo y mi confian, mis sueños, mis ilusiones. Esas cosas a los que no se animan muchos. La mayoría porqué, tal vez, tienen miedo, aunque digan que no le tienen miedo a nada. Sin embargo suelen ser los más cobardes porqué le tienen miedo a lo más elemental. Y de ahí, para arriba no hay nada a lo que le puedas temer.
Y ahora ya me tengo que ir. Tengo que hacer un poco de fuerza, necesito levantarme y salir a ejercitarme. Tal vez me ayude a bajar algo de este peso. Supongo que algo bueno tenía que tener todo esto después de todo: “no hay mal que por bien no venga”.
Vaya. El mundo se me escapó de las manos. Tengo que ir mañana detrás de él. Alcanzarlo y subirme de nuevo a mi lugar y dejar algunas cosas atrás. Entre ellas tú.
El problema es que duele. Duele despertarse. Pero tal vez sea un mal necesario. El tiempo lo dirá.
No quisiera hacer esto, pero solo me voy a llevar algo que dejé en tus manos sin que me lo pidieras, por eso no puedo reprocharte nada: mi corazón.
Lo siento… pero supongo que sabrás entender.
La verdad, y te lo digo con el valor de mi palabra, que fue un gusto enorme conocerte, de verdad. Mucho más maravilloso fue quererte y tenerte conmigo. Como te lo dije alguna vez: me haces sentir chiquito a tu lado. Claro, tal vez no me creíste… Supongo que pensaste que es un verso más.
Ya no importa. No tenías porqué hacerlo. Es demasiado lindo. Es demasiado hermoso que te digan eso. Y esas cosas, tal vez, tenies terror.
Verás, vas a terminar de leer estas líneas y vas a entender que no miento. Que fui sincero y lo que siento y lo que me pasa hasta es tangible. Lo podés tocar, y lo estuviste tocando sin darte cuenta. Sin quererte dar cuenta.
Ahora te estoy hablando con lo poco que queda de mí. Nunca hubo tiempo para que te dijera de las cosas que había. ¿O que te invertiste en tí mismo? no sé. ¿Tal vez para buscar un excusa? Ahora ya no cuenta. Ya no importa.
Y ahora, antes de irme, si me lo permitís quiero devolverte algunas cosas y tal vez quedarme con algunas:
Te devuelvo esos pensamientos que pusiste en mi cabeza. También los que vas a poner. Cosas que ni pasaron, no pasan y tampoco van a pasar. Yo me quedo con lo que creo que es verdad.
Te devuelvo las mentiras que no te pude creer. No las quiero. Me quedo con los hechos que hablan por si mismos.
Te devuelvo mis ilusioness.
Te devuelvo los recuerdos de tú y yo en la cama. Lo más bellos que he tenido hasta ahora. Me quedo tan solo con algunas de tus miradas.
Te devuelvo mis ganas a que llegue el fin de semana para verte.
Te devuelvo mis ilusiones de irte a esperar a la parada del bus e irte a buscar y abrazarte. Te devuelvo ese “encuentro imaginario”.
Me quedo con la primera vez que te conocí. "Un día en un lugar maravilloso". Tal vez algún día sepas porqué esperé tanto tiempo. Y vas a entender lo que son las personas a las que llamas amigos y deces que quieres mucho.
Te devuelvo mis pensamientos de “le veré o nó esta vez” cuándo iba viajando hacia hacia ese lugar cada día regreso de la escuela.
Me quedo con el recuerdo de las tardas, mirándote abordar el bus e irte con el crepúsculo del sol detrás.
Me quedo con esos largos y apasionados besos que a veces nos dejaban sin aire. Sin aliento. Volvían en una mirada. Y parecían no tener fin.
Te devuelvo las lágrimas que oculté mientras te ibas a otro lado cuándo escuchabas una canción.
Te dejo una canción: Vsya Moya Lubov… (Con todo mi amor) (búsca el video en español)
Te dejo mi deseo de que seas feliz.
Te doy mis buenos deseos para que otro te pueda ver como yo te veo y quererte como crees, te lo merecés. Y que pueda hacerte feliz.
Te dejo el chocolate que me olvidé de darte ese Sábado.
Te dejo una sopresa que quería darte.
Me quedo con mi amistad. De esas que no creo que tengas. Me digas lo que me digas.
Te dejo todos los sentimientos encontrados mientras escribía estas líneas. Mi falta de aire. El dolor. La amargura. Todo lo dejo todo aquí.
Y me quedo con lo que no puede dejar de soñar en mi alma, dos palabras: “te quiero” que alguna vez me dijiste aquella vez.
Suerte... y espero que la próxima vez que nos veamos, sea para bien.

OsoCurioso
~osocurioso
Leído de punta a punta.