
Recien llegado y ya dando guerra.
Comision para
miguel-el-kender
Recién llegado y ya dando guerra
La academia de magia en Sinitiar es un lugar donde siempre hay movimiento ya que el uso de la magia y las artes arcanas, desatan todo tipo de fuerzas que rivalizan con las leyes del universo. Es un lugar donde maestros y alumnos buscan no solo aprender y enseñar, sino también encontrar los límites de su poder, sobre todo para aquellos que han demostrado sobresalir ante los demás.
-Ahh… Ya estamos aquí. –Expresa Angel Blackwolf que recién llega a las puertas principales de las murallas exteriores.
-¿Me recuerdas porque estamos aquí? –Le pregunta Selene apareciendo en pequeño sobre su hombro derecho.
-Nos han encargado que vigilemos a un alumno de intercambio que parece ser problemático. –Comenta Angel adentrándose en los jardines y observando a varios alumnos y maestros practicando hechizos.
-Juraría que odiabas hacer de niñera. –Le replica Selene.
-No te equivocas, pero es un favor que le hago a Anrhina, y ya sabes cómo se pone Lilian de pesada si no me muestro amable con sus amigas. –Responde Angel poniendo mala cara y rascándose la nuca.
-A pesar de que digas que es por Lilian, sé que también eres amigo de Anrhina, así que no hace falta que te hagas el duro conmigo. –Replicó Selene riéndose.
-Grr… Ok ok… Preguntemos a alguno de los profesores a ver si sabe algo del encargo, no sea que… ¿Qué demonios?
Con sorpresa Angel y Selene miraron a su alrededor cuando todo el lugar comenzó a temblar, y con un gran estruendo, de las paredes de la academia surgieron de golpe unos enormes tentáculos que parecían dispuestos a echar abajo todo el lugar.
-Oye oye oye. ¿¡Que se supone que es eso!? –Exclamó Angel estupefacto empuñando rápidamente su espada.
-Puedo percibir una enorme acumulación de magia en esa cosa. –Señaló Selene mirando fijamente los tentáculos-. Es muy probable que sea algún tipo de criatura invocada, así que asegúrate de usar algo más que fuerza bruta.
-¿Es tan difícil que me den un respiro? –Susurró Angel llevándose una mano a la cara y negando con la cabeza-. Será mejor que nos deshagamos de esa cosa antes de que alguien salga herido de gravedad.
Sin perder más tiempo, Angel se lanzó a la carrera hacia la inesperada amenaza, mientras alumnos y profesores se repartían entre los que se alejaban gritando, y los que se quedaron para prepararse a atacar también. En cuestión de segundos, una lluvia de todo tipo de elementos cayó sobre los tentáculos, produciéndose explosiones y provocando que estos se sacudieran violentamente, resquebrajando aún más las paredes de la academia. Por su parte, el caballero dragón, ni corto ni perezoso se lanzó de lleno dando sablazos a diestro y siniestro, cercenando todo cuanto encontraba a su paso, aunque rápidamente se dio cuenta que los tentáculos se regeneraban casi tan rápido como el los cortaba.
-Esta cosa que cura más rápido de lo que esperaba. –Comentó Angel golpeando y retirándose de un salto antes de que uno de los tentáculos lo agarrara.
-Te dije que los ataques físicos no causarían efecto. ¿Por qué no me escuchas por una vez en tu vida? –Le reprendió Selene dándole un manotazo en la cara-. Tienes que… ¡Cuidado!
En un descuido mientras Angel esquivaba el ataque de uno de los tentáculos, otro apareció de imprevisto y tras golpear al caballero, lo aprisionó férreamente enroscándose a su alrededor, inmovilizándole los brazos y por consiguiente sus ataques.
-¡La madre que lo…! –Exclamó Angel forcejeándose por soltarse.
-Si no fuera porque yo te he enseñado todo, me daría vergüenza ajena de caer en algo así. –Le indicó Selene mirándolo con mala cara-. ¿Cómo te vas a soltar ahora?
-¡Aarrrrgg! ¡Nadie me toma por idiota! –Gritó Angel forcejeando nuevamente, y viendo que no podía liberarse así, optó por algo más drástico, morder.
Ante el asombro de Selene, el caballero mordió al tentáculo como si su vida dependiera de ello, escuchándose inesperadamente un ensordecedor rugido retumbando en la academia, antes de que el apéndice lo soltara y se retirara rápidamente.
-Para hacer locuras está claro que eres un experto. –Le indicó Selene estupefacta viendo como su compañero escupía un trozo de tentáculo que rápidamente se convertía en humo apenas tocaba el suelo.
-Ahh… Ahhh… ¡Joder, que asco! –Exclamó Angel llevándose las manos a la boca al tiempo que ponía cara de tener arcadas, lo que provocó a su vez que Selene se llevara las garras a la cara y negara con la cabeza.
-Prepárate a tomarte esto en serio antes de… -Intentó decirle Selene cuando todos los tentáculos se volvieron humo y lo único que se escuchaba, eran los muros de la academia asentándose nuevamente.
-¿Qué ha pasado? ¿Le vencí? –Preguntó Angel escupiendo hacia un lado y mirando hacia la academia.
-¿Es en serio? –Susurró Selene mirándolo de reojo-. Claro. Ese súper mordisco era el punto débil de algo tan grande.
-Vale vale. No hace falta que te pongas sarcástica. –Replicó Angel envainando su espada y mirando a su alrededor-. Preguntemos por ahí a ver si aclaramos lo sucedido.
-Vosotros encargaros de los heridos en esta zona, mientras yo me dirijo a buscar mas ayuda. –Le indicó uno de los profesores a un grupo de alumnos antes de percatarse de que Angel se acercaba a él-. Agradezco la ayuda prestada, pero debo pedirle que abandone los recintos de la academia mientras recuperamos la normalidad.
-No me he pegado el pateo desde Buntalia, solo para pasar un mal rato con unos tentáculos viscosos. Estoy aquí para hacerme cargo de un alumno recién llegado.
-¿De Risho? ¿Un alumno de intercambio? –Preguntó el profesor extrañado.
-Creo que ese era el nombre que Anrhina me daba en su carta. –Comentó Angel rascándose la nuca.
-¿Anrhina te lo encargó? Vaya. Debe de apreciarte mucho. –Expuso el profesor sorprendido.
-¿Por qué lo dices? –Preguntó Angel intrigado.
-Ese leviatán fue invocado por Risho. Buena suerte con él. La necesitaras. –Le indicó el profesor colocando sus manos en los hombros del caballero-. Podrás encontrarlo seguramente en el patio interior, donde le estarán soltando una buena reprimenda. Poli. –Expresó a continuación agarrando a un alumno que pasaba cerca de el-. Acompaña a este caballero hasta el recinto central de la academia.
-En seguida. Por aquí por favor. –Le indicó el alumno a Angel.
Con esto, Angel siguió al joven hasta el interior de la academia, percatándose de los daños que esta había sufrido, así como de lo ocupados que estaban todos por regresar el lugar a la normalidad. Estaba claro que se habían producido graves daños en toda la estructura, que aunque fueran fáciles de reparar con magia, no dejaba de ser un problema importante que no se explicaba cómo pudo dejarse pasar.
-Aquí es. –Le indicó el alumno abriendo unas puerta y mostrándose al otro lado un gran jardín donde había numerosos alumnos y profesores-. Risho es aquel que está en el centro siendo reprendido por varios de los profesores.
-¿Te refieres a esa cosa escamosa y anaranjada? –Preguntó Angel mirando fijamente hacia donde le indicaron.
-Ese mismo. Ten cuidado ya que dicen que tiene mal carácter.
-He he. Seguro que no tanto como yo. –Comentó Angel haciéndose sonar los nudillos-. Gracias por la ayuda.
Sin más dilación, el alumno se marchó corriendo para ayudar a los demás, y Angel con paso firme y decidido se dirigió hacia Risho.
-¿¡Tienes idea de todo el caos que has desatado!? –Le gritaba uno de los profesores a Risho apenas Angel llegaba cerca de ellos.
-Bah… Nada del otro mundo. –Expresó Risho encogiéndose de hombros.
-¿Risho, verdad? –Le preguntó Angel colocándose a su lado.
-El mismo. Quien lo… -Fue a preguntarle Risho cuando Angel de sorpresa le propinó un soberano derechazo en la cara que lo lanzó por los aires.
-Tu peor pesadilla, estúpido arrogante. –Expresó Angel apretando los dientes y mirándolo tirado en el suelo.
-Anrhina nos comunicó que estabas de camino para encargarte de él. –Le indicó uno de los profesores a Angel.
-¿Quién es ese idiota? Preguntó Angel cruzándose de brazos.
-Pertenece a un combinado Simic del pueblo costero de Ravnica. –Respondió el profesor mirando a Risho.
-No tengo ni idea de lo que me estas hablando. –Replicó Angel rascándose la cabeza.
-Es lógico que no conozcas nada de esos nombres, ya que Risho pertenece a otra realidad diferente.
-Auch… Ese puñetazo ha dolido. –Expresó Risho acercándose a Angel y mirándolo fijamente.
-Suerte tienes de que solo te golpeara una vez. –Le indicó Angel mirándolo con expresión burlona-. ¿Qué demonios hace aquí un escamoso como tú de otra realidad?
-Por medios que no voy a revelar, sé que en esta realidad existen materiales naturales que no hay en mi mundo, que podemos usar para nuestras construcciones vegetales. –Le explicó Risho al tiempo que se sacudía la tierra del cuerpo-. Todas nuestras edificaciones están formadas por plantas vivas, así que crecen con el tiempo y se adaptan a nuestro entorno.
-Así que tengo que acompañarte mientras recoges materiales. –Expresó Angel poniendo mala cara.
-Niñera... –Le susurró Selene al oído riéndose.
-Grrr… Está bien. –Comentó Angel mirando al profesor-. Iré con él a buscar lo que necesita, mientras me encargo de que no haga ninguna estupidez como lo ocurrido aquí.
-Gracias por aceptar la tarea. –Le agradeció el profesor estrechándole la mano-. Sé que no te hace mucha gracia, pero estoy seguro que puedes manejar el problema.

Recién llegado y ya dando guerra
La academia de magia en Sinitiar es un lugar donde siempre hay movimiento ya que el uso de la magia y las artes arcanas, desatan todo tipo de fuerzas que rivalizan con las leyes del universo. Es un lugar donde maestros y alumnos buscan no solo aprender y enseñar, sino también encontrar los límites de su poder, sobre todo para aquellos que han demostrado sobresalir ante los demás.
-Ahh… Ya estamos aquí. –Expresa Angel Blackwolf que recién llega a las puertas principales de las murallas exteriores.
-¿Me recuerdas porque estamos aquí? –Le pregunta Selene apareciendo en pequeño sobre su hombro derecho.
-Nos han encargado que vigilemos a un alumno de intercambio que parece ser problemático. –Comenta Angel adentrándose en los jardines y observando a varios alumnos y maestros practicando hechizos.
-Juraría que odiabas hacer de niñera. –Le replica Selene.
-No te equivocas, pero es un favor que le hago a Anrhina, y ya sabes cómo se pone Lilian de pesada si no me muestro amable con sus amigas. –Responde Angel poniendo mala cara y rascándose la nuca.
-A pesar de que digas que es por Lilian, sé que también eres amigo de Anrhina, así que no hace falta que te hagas el duro conmigo. –Replicó Selene riéndose.
-Grr… Ok ok… Preguntemos a alguno de los profesores a ver si sabe algo del encargo, no sea que… ¿Qué demonios?
Con sorpresa Angel y Selene miraron a su alrededor cuando todo el lugar comenzó a temblar, y con un gran estruendo, de las paredes de la academia surgieron de golpe unos enormes tentáculos que parecían dispuestos a echar abajo todo el lugar.
-Oye oye oye. ¿¡Que se supone que es eso!? –Exclamó Angel estupefacto empuñando rápidamente su espada.
-Puedo percibir una enorme acumulación de magia en esa cosa. –Señaló Selene mirando fijamente los tentáculos-. Es muy probable que sea algún tipo de criatura invocada, así que asegúrate de usar algo más que fuerza bruta.
-¿Es tan difícil que me den un respiro? –Susurró Angel llevándose una mano a la cara y negando con la cabeza-. Será mejor que nos deshagamos de esa cosa antes de que alguien salga herido de gravedad.
Sin perder más tiempo, Angel se lanzó a la carrera hacia la inesperada amenaza, mientras alumnos y profesores se repartían entre los que se alejaban gritando, y los que se quedaron para prepararse a atacar también. En cuestión de segundos, una lluvia de todo tipo de elementos cayó sobre los tentáculos, produciéndose explosiones y provocando que estos se sacudieran violentamente, resquebrajando aún más las paredes de la academia. Por su parte, el caballero dragón, ni corto ni perezoso se lanzó de lleno dando sablazos a diestro y siniestro, cercenando todo cuanto encontraba a su paso, aunque rápidamente se dio cuenta que los tentáculos se regeneraban casi tan rápido como el los cortaba.
-Esta cosa que cura más rápido de lo que esperaba. –Comentó Angel golpeando y retirándose de un salto antes de que uno de los tentáculos lo agarrara.
-Te dije que los ataques físicos no causarían efecto. ¿Por qué no me escuchas por una vez en tu vida? –Le reprendió Selene dándole un manotazo en la cara-. Tienes que… ¡Cuidado!
En un descuido mientras Angel esquivaba el ataque de uno de los tentáculos, otro apareció de imprevisto y tras golpear al caballero, lo aprisionó férreamente enroscándose a su alrededor, inmovilizándole los brazos y por consiguiente sus ataques.
-¡La madre que lo…! –Exclamó Angel forcejeándose por soltarse.
-Si no fuera porque yo te he enseñado todo, me daría vergüenza ajena de caer en algo así. –Le indicó Selene mirándolo con mala cara-. ¿Cómo te vas a soltar ahora?
-¡Aarrrrgg! ¡Nadie me toma por idiota! –Gritó Angel forcejeando nuevamente, y viendo que no podía liberarse así, optó por algo más drástico, morder.
Ante el asombro de Selene, el caballero mordió al tentáculo como si su vida dependiera de ello, escuchándose inesperadamente un ensordecedor rugido retumbando en la academia, antes de que el apéndice lo soltara y se retirara rápidamente.
-Para hacer locuras está claro que eres un experto. –Le indicó Selene estupefacta viendo como su compañero escupía un trozo de tentáculo que rápidamente se convertía en humo apenas tocaba el suelo.
-Ahh… Ahhh… ¡Joder, que asco! –Exclamó Angel llevándose las manos a la boca al tiempo que ponía cara de tener arcadas, lo que provocó a su vez que Selene se llevara las garras a la cara y negara con la cabeza.
-Prepárate a tomarte esto en serio antes de… -Intentó decirle Selene cuando todos los tentáculos se volvieron humo y lo único que se escuchaba, eran los muros de la academia asentándose nuevamente.
-¿Qué ha pasado? ¿Le vencí? –Preguntó Angel escupiendo hacia un lado y mirando hacia la academia.
-¿Es en serio? –Susurró Selene mirándolo de reojo-. Claro. Ese súper mordisco era el punto débil de algo tan grande.
-Vale vale. No hace falta que te pongas sarcástica. –Replicó Angel envainando su espada y mirando a su alrededor-. Preguntemos por ahí a ver si aclaramos lo sucedido.
-Vosotros encargaros de los heridos en esta zona, mientras yo me dirijo a buscar mas ayuda. –Le indicó uno de los profesores a un grupo de alumnos antes de percatarse de que Angel se acercaba a él-. Agradezco la ayuda prestada, pero debo pedirle que abandone los recintos de la academia mientras recuperamos la normalidad.
-No me he pegado el pateo desde Buntalia, solo para pasar un mal rato con unos tentáculos viscosos. Estoy aquí para hacerme cargo de un alumno recién llegado.
-¿De Risho? ¿Un alumno de intercambio? –Preguntó el profesor extrañado.
-Creo que ese era el nombre que Anrhina me daba en su carta. –Comentó Angel rascándose la nuca.
-¿Anrhina te lo encargó? Vaya. Debe de apreciarte mucho. –Expuso el profesor sorprendido.
-¿Por qué lo dices? –Preguntó Angel intrigado.
-Ese leviatán fue invocado por Risho. Buena suerte con él. La necesitaras. –Le indicó el profesor colocando sus manos en los hombros del caballero-. Podrás encontrarlo seguramente en el patio interior, donde le estarán soltando una buena reprimenda. Poli. –Expresó a continuación agarrando a un alumno que pasaba cerca de el-. Acompaña a este caballero hasta el recinto central de la academia.
-En seguida. Por aquí por favor. –Le indicó el alumno a Angel.
Con esto, Angel siguió al joven hasta el interior de la academia, percatándose de los daños que esta había sufrido, así como de lo ocupados que estaban todos por regresar el lugar a la normalidad. Estaba claro que se habían producido graves daños en toda la estructura, que aunque fueran fáciles de reparar con magia, no dejaba de ser un problema importante que no se explicaba cómo pudo dejarse pasar.
-Aquí es. –Le indicó el alumno abriendo unas puerta y mostrándose al otro lado un gran jardín donde había numerosos alumnos y profesores-. Risho es aquel que está en el centro siendo reprendido por varios de los profesores.
-¿Te refieres a esa cosa escamosa y anaranjada? –Preguntó Angel mirando fijamente hacia donde le indicaron.
-Ese mismo. Ten cuidado ya que dicen que tiene mal carácter.
-He he. Seguro que no tanto como yo. –Comentó Angel haciéndose sonar los nudillos-. Gracias por la ayuda.
Sin más dilación, el alumno se marchó corriendo para ayudar a los demás, y Angel con paso firme y decidido se dirigió hacia Risho.
-¿¡Tienes idea de todo el caos que has desatado!? –Le gritaba uno de los profesores a Risho apenas Angel llegaba cerca de ellos.
-Bah… Nada del otro mundo. –Expresó Risho encogiéndose de hombros.
-¿Risho, verdad? –Le preguntó Angel colocándose a su lado.
-El mismo. Quien lo… -Fue a preguntarle Risho cuando Angel de sorpresa le propinó un soberano derechazo en la cara que lo lanzó por los aires.
-Tu peor pesadilla, estúpido arrogante. –Expresó Angel apretando los dientes y mirándolo tirado en el suelo.
-Anrhina nos comunicó que estabas de camino para encargarte de él. –Le indicó uno de los profesores a Angel.
-¿Quién es ese idiota? Preguntó Angel cruzándose de brazos.
-Pertenece a un combinado Simic del pueblo costero de Ravnica. –Respondió el profesor mirando a Risho.
-No tengo ni idea de lo que me estas hablando. –Replicó Angel rascándose la cabeza.
-Es lógico que no conozcas nada de esos nombres, ya que Risho pertenece a otra realidad diferente.
-Auch… Ese puñetazo ha dolido. –Expresó Risho acercándose a Angel y mirándolo fijamente.
-Suerte tienes de que solo te golpeara una vez. –Le indicó Angel mirándolo con expresión burlona-. ¿Qué demonios hace aquí un escamoso como tú de otra realidad?
-Por medios que no voy a revelar, sé que en esta realidad existen materiales naturales que no hay en mi mundo, que podemos usar para nuestras construcciones vegetales. –Le explicó Risho al tiempo que se sacudía la tierra del cuerpo-. Todas nuestras edificaciones están formadas por plantas vivas, así que crecen con el tiempo y se adaptan a nuestro entorno.
-Así que tengo que acompañarte mientras recoges materiales. –Expresó Angel poniendo mala cara.
-Niñera... –Le susurró Selene al oído riéndose.
-Grrr… Está bien. –Comentó Angel mirando al profesor-. Iré con él a buscar lo que necesita, mientras me encargo de que no haga ninguna estupidez como lo ocurrido aquí.
-Gracias por aceptar la tarea. –Le agradeció el profesor estrechándole la mano-. Sé que no te hace mucha gracia, pero estoy seguro que puedes manejar el problema.
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