
Pues aquí vamos con la primera comisión que se la quedó
Shirouzumaki. Como ya había anunciado, este año las comisiones que me pidan, tendrán de regalo una ilustración del personaje principal, realizada por la talentosa
chiomomo
Corre que te pillo.
Han pasado un par de semanas desde que Shiro terminó el trabajillo en Mirialis, tras lo cual ha estado metido en mas de un trabajo peliagudo, que le han dado no solo problemas, sino también buenos beneficios.
Ahora, ha recibido un comunicado desde Buntália, solicitando un mercenario para un trabajo privado, así que, intrigado por este comunicado, se presenta en palacio, donde Lucius lo recibe.
-Gracias por presentarte con tanta premura. -Le indica el monarca estrechándole la mano-. Estoy al corriente de lo ocupado que has estado últimamente, pero también estoy al tanto del excelente trabajo que has hecho.
-Me alaga, alteza. ¿Qué es lo que puedo hacer por usted? -Preguntó Shiro asintiendo levemente la cabeza.
-En un par de días, se celebra la famosa carrera de bestias en Garash, donde el ganador se llevará un fabuloso premio, que, en esta ocasión, es un collar de visión absoluta. El problema, es que mi servicio de información, a logrado averiguar, que alguno de los participantes, pretende robar el collar, durante la carrera. Necesito que te presentes en el lugar, como uno de los jinetes de dragón, y averigües quien es el ladrón, para posteriormente atraparlo con las manos en la masa.
-Err… Disculpe, pero no tengo nada de experiencia montando dragones o grandes bestias. -Replicó Shiro rascándose la cabeza-. Por no mencionar, que me ponen un poco nervioso, pues no me fio de ellas.
-Es algo de lo que estaba al tanto, por ello, serás entrenado durante dos días, y así mismo quienes te acompañarán, se encargarán de ponértelo fácil. Estoy seguro que te harán más llevadera la situación.
-Suspiro-. Si usted lo dice… -Susurró Shiro llevándose una mano a la cara.
-He he. No te preocupes tanto. -Le indicó Lucius tocándole el hombro-. Vamos, te presentaré a quienes te prepararan para el trabajo.
- ¿Por qué no envía a algunos de sus caballeros y dragones? -Preguntó Shiro intrigado mientras seguía al monarca.
-Sería demasiado evidente que alguien de los míos, se presentara allí, lo que podría provocar que el objetivo desistiera y desapareciera. Por eso te enviaré con un equipo, que oficialmente no pertenece a Buntália, y que, además, será la primera vez que actuaran públicamente.
- ¿Así que también los envía para ponerlos a prueba? -Preguntó Shiro intrigado, llegando ambos al patio y rigiéndose hacia unos establos.
-No pongo en duda su destreza, pero si es cierto, que no tienen experiencia en este tipo de situaciones, por lo que les vendrá bien para crecer. -Señaló Lucius llegando ante las puertas de un establo, y abriéndolas-. Te presento a Shaun el Behemoth y a Marin la cazadora.
-Un Behemoth… -Susurró Shiro sorprendido mirándolo, y acercándose este junto con la cazadora.
-Ella te enseñara todo lo necesario para cabalgar en su compañero con seguridad, pues cabalgar a un Behemoth, puede ser un poco complicado. -Comentó Lucius situándose en medio de los dos, y colocando una mano sobre ellos.
-Soy Marin. Un placer. -Le indicó la cazadora a Shiro, extendiendo una mano hacia él.
-Encantado. Soy Shiro. -Respondió Shiro, mirándola de la cabeza a los pies-. Joder… Como está la nena.
-Mmm… Yo soy Shaun, el compañero de Marin. -Respondió el Behemoth muy serio, mirando fijamente a Shiro-. Parece que seré tu montura en una carrera, así que te aconsejo por tu propia seguridad, que tengas cuidado como la miras. No me gustaría pisotearte, por accidente, si te cayeras de mí.
-Vamos a tranquilizarnos un poco. -Señaló Lucius observando la situación-. Shiro, te explicaré lo que hemos planeado. Mientras que tú te presentarás como el jinete de Shaun, Marin se presentará como la cuidadora y entrenadora, lo que le permitirá pasar desapercibida. Ella es una experta rastreadora, y sabrá identificar a los que pretendan aparentar lo que no son.
Estas carreras no son fáciles, principalmente por que las grandes bestias, así como sus jinetes, tienen permitido casi cualquier cosa, para ganar, como hacer uso de la fuerza, o las trampas. Aunque no estén permitidas las armas, o el juego sucio, si son legales los empujones, o interponerse en los saltos, pues no es solo una carrera, sino que también está llena de obstáculos.
-Los Behemoth pueden ser muy rápidos a pesar de su tamaño, y además pueden hacer giros bruscos sin perder el equilibrio, por lo que es muy importante saber como sujetarse o como reaccionar a sus movimientos. -Comentó Marin, mirando a su compañero y seguidamente a Shiro-. No es que yo sea una experta en la materia, pero intentaré inculcarte todo lo que pueda, en los dos días que tenemos antes del evento.
-Debo recalcar, que no me hace ninguna gracia dejar a mi compañera sola, en un lugar donde podría correr peligro, y, además, dejarme cabalgar por un completo desconocido. -Señaló Shaun mirando a Shiro-. Pero, Lucius nos acogió cuando más lo necesitábamos, y por respeto y agradecimiento, cumpliremos con lo que nos ha pedido.
-Creo que entiendo lo que quieres decir, pues yo varias veces me he visto metido en situaciones, donde en circunstancias normales, nunca querría estar. -Comentó Shiro rascándose la cabeza y mirando a Shaun-. No tengo la menor idea de cabalgar sobre grandes bestias, y he de admitir que los Behemoth no están precisamente dentro de mis seres favoritos, pero, esto es trabajo, y haré cuanto esté en mi mano por cumplirlo lo mas eficientemente posible. Espero que nos llevemos bien, y que entre los tres, logremos atrapar a la presa.
-Perfecto. De eso se trata. -Señaló Lucius sonriendo, y seguidamente volviéndose hacia Marin y colocando las manos en ambos hombros de ella-. Bueno Marin. Lo dejo a vuestro cuidado, así que cuidadlo bien, e intentad que llegue de una pieza a la carrera.
-He he. Lo intentaré, pero ya sabe que los Behemoth pueden ser a veces un poco impetuosos. -Señaló Marin riéndose y mirando a su compañero.
- ¡Ha ha ha ha! Créeme, su carácter no puede compararse al de algunos dragones, sobre todo, de los que puede encontrar entre los muros de Buntália. -Señaló Lucius riéndose y encogiéndose de hombros, antes de marcharse.
-Bueno… ¿Cómo empezamos? -Preguntó Shiro mirándolos.
-Por el principio. -Respondió Marin palmeando el lomo de Shaun-. Vamos al exterior de Buntália, y veamos como te desenvuelves sobre mi compañero.
Con lo dicho, los tres salieron de Buntália, alejándose de los muros hasta encontrar terreno llano, donde seguidamente se detuvieron.
-Adelante. Arriba. -Le indicó Marina Shiro-. Muéstrame cómo te desenvuelves.
- ¿He dicho ya que no tengo…? ¡¡¡Woah!!! -Intentó recalcar Shiro subiéndose a Shaun, cuando este salió a toda velocidad, casi provocando que se cayera.
- ¿¡Que pasa!? -Exclamó Shaun corriendo velozmente, y dando giros bruscos-. ¿¡Acaso esto es demasiado para ti!?
- ¡No me tomes a la ligera, enorme montón de carne poco hecha! -Exclamó Shiro rebotando sobre Shaun, y agarrándose a este como mejor podía, a la crin y al cuerpo.
- ¡Recuerda que lo necesitamos entero! -Exclamó Marin, cuando su compañero pasó disparado cerca de ella, y frenando prácticamente en seco poco después, provocando que Shiro saliera volando y gritando, antes de caer estrepitosamente.
-He he. Patético. -Comentó Shaun con expresión arrogante, recibiendo una colleja de su compañera, antes de que esta se dirigiera hacia Shiro.
-Auch… Coff coff. -Masculló Shiro incorporándose y sacudiéndose la tierra del cuerpo.
- ¿Estás bien? -Le preguntó Marin llegando a su lado.
-Sí… No es nada. -Respondió Shiro llevándose las manos a la espalda y estirándose-. Creo que tu compañero me odia.
-He he. No lo creo, pero si es cierto que quizás se lo está tomando un poco demasiado en serio. -Comentó Marin cruzándose de brazos-. Aun así, quizás es mejor de esta forma, pues si superas que te lo ponga difícil, entonces no tendrás problemas en la carrera.
-Suspiro-. Tal vez tengas razón. -Señaló Shiro llevándose una mano a la nuca, con expresión de resignación-. Intentémoslo de nuevo.
Durante el resto del día, Shiro continuó entrenando como montar a Shaun, aunque este no se lo puso nada fácil en ningún momento. Entre los giros bruscos, los saltos, y la velocidad, Shiro acabó besando el terreno en mas de una ocasión, pero ello no agrietó su confianza ni determinación, pues en cuanto se incorporaba, volvía nuevamente a la carga. Así mismo, Marin, siempre que podía, le intentaba dar consejos al mercenario, pues, aunque mostraba mucho interés por lograrlo por si mismo, estaba claro que, de seguir así, necesitaría demasiado tiempo para lograrlo.
Entonces, cuando ya el día terminaba, y casi no se veía nada…
- ¡Es suficiente chicos! -Exclamó Marin llamándolos.
-Ahhh… Ahh…. Diantres… Estoy que no me tengo en pie… -Señaló Shaun caminando hacia su compañera y deteniéndose ante esta, momento en que Shiro de bajó de él, y cayó de rodillas, pues perdió la fuerza en las piernas.
-Creo que nunca había estado tan cansado y dolorido. -Comentó Shiro incorporándose pesadamente, y llevándose las manos sobre las nalgas-. Aarrrgg… Dioses… Creo que ahora entiendo como se sienten algunas de las chicas que han pasado por mi cama.
-No sé cómo tomarme eso... -Expresó Marin mirando de reojo al mercenario-. Te recomiendo que te des una buena ducha y descanses todo lo que puedas, pues mañana continuaremos desde bien temprano.
-Suspiro-. Prefiero no pensar en eso, pero tienes razón. -Comentó Shiro elevando una mano y caminado hacia Buntália-. Necesito una buena ducha.
Golpeado, y con dolor hasta en las orejas, Shiro se dirigió al castillo, pues Lucius le había indicado que tendría habitación, así que, tras entrar en esta y desnudarse con dificultad, se metió en la ducha y abrió el agua, gritando cuando esta cayó sobre su cuerpo, no por la temperatura, sino por el golpe de esta contra su piel.
-Condenado Shaun… -Susurró Shiro con las manos contra la pared, sintiendo como el agua caliente caía sobre su espalda-. Está bien que se lo tome en serio, pero estoy seguro que se reía cuando daba de narices contra el suelo. Carajo… Me gustaría relajarme como siempre, pero no creo que esté en condiciones para eso. -Suspiro-. Tocará dormir simplemente.
Con lo dicho, y apenas terminó de ducharse, se tumbó en la cama, y aunque no estaba precisamente por la labor, irremediablemente se quedó profundamente dormido, antes de darse cuenta de ello.
Al dia siguiente, cuando el primer gallo prácticamente ni terminaba de anunciar el amanecer, llamaron a la puerta de Shiro, despertando a este, y provocando que se quejara, al ir a moverse para ir a ver quien era, encontrando a Marin con rostro sonriente al otro lado de la puerta.
- ¿Listo para seguir practicando? -Preguntó la cazadora con expresión risueña, dándole una mirada de la cabeza a los pies, pues aún seguía desnudo, provocando que Shiro se llevara una mano a la cara.
- ¿Puedo negarme? -Masculló Shiro bajando la cabeza.
-He he. Me da que no, así que vamos, reponte y al lio. -Le indicó Marin dándole un par de palmadas en el hombro y seguidamente marchándose.
Ciertamente, Shiro no es que tuviera muchas opciones, así que se vistió resignado y seguidamente salió al exterior, encontrándose con Marin y con Shaun que lo miraba con expresión burlona.
- ¿Preparado para que siga moliéndote el culo? -Le preguntó Shaun intentando no reírse.
-Suspiro-. Cállate anda. -Replicó Shiro sin mirarlo, solo sacudiendo una mano y caminando hacia el exterior.
Segundo día de entrenamiento, y las cosas no empezaron precisamente mejor que el día anterior, pues Shaun no tardó mucho en lanzar por los aires a su jinete. Aun así, entre la cabezonería de Shiro, y los pequeños consejos de Marin, poco a poco el mercenario fue agarrándole el truco a la cuestión, así que al termino del segundo día, ya era capaz de anticiparse a los movimientos de Shaun, para evitar entorpecer sus acciones.
-Muy buen trabajo. -Señaló Marin deteniéndose Shaun junto a ella, y bajándose Shiro de este.
-Gracias. -Expresó al unísono Shaun y Shiro, provocando que ambos se miraran.
-He he. Vamos chicos. -Replicó Marin sonriendo y mirando a ambos-. Lleváis dos días rozando pellejo uno contra el otro, así que ya deberíais llevaros bien.
-No lo digas de esa forma, pues suena muy mal. -Replicó Shiro llevándose una mano a la cara y negando con la cabeza-. Creo que ya le he encontrado el punto a los movimientos de tu compañero, pero es innegable que es una bestia parda.
- ¿Gracias? -Preguntó Shaun mirándolo de reojo-. Se te dijo desde el principio, que esto seria duro, así que no te quejes si no te he tratado como a una frágil damisela.
-Ya se, ya se. -Respondió Shiro encogiéndose de hombros y negando con la cabeza sonriendo-. ¿Cómo haremos mañana?
-Según nos dijo Lucius, un mago de Sinitiar nos acompañará, para servirnos de transporte con sus portales, así que ir y venir será extremadamente rápido. -Comentó Marin cruzándose de brazos y mirando fijamente a Shiro-. Tu preocúpate de sobrevivir a la carrera, así como de observar a los participantes, pues quien quita, que hayan decidido no robar el collar, sino ganarlo, a cualquier precio.
-Ciertamente, cabe esa posibilidad. -Expresó Shiro pensando en ello.
-Yo estaré con el resto de entrenadores y cuidadores, observando todo lo que ocurre, así que, si veo alguna cosa rara, te informaré de ello. -Le indicó Marin asintiendo-. Ahora regresa a tu habitación, e intenta relajarte, pues mañana será sin lugar a dudas un día duro.
-De algún modo, algo me dice que te quedas corta… -Susurró Shiro bajando la cabeza y seguidamente caminando hacia Buntália.
Esa noche, cuando supuestamente todos dormían, Shiro aun estaba despierto sobre la cama, pensando en todo lo ocurrido, así como en lo que podría encontrarse al día siguiente, sintió que alguien despierto caminaba por los pasillos del castillo, así que intrigado, se vistió rápidamente y se asomó a la ventana, observando al monarca, dirigiéndose al establo donde estaban Shaun y Marin.
- ¿Qué hace su alteza, despierto a altas horas de la noche, y caminando a solas por el patio? -Se preguntó intrigado, antes de encaramarse al marco de la ventana, y salir ágilmente al exterior, para descolgarse con destreza de saliente, en saliente hasta llegar al suelo, momento en que se ocultó cerca del establo, para observar lo que hacia Lucius.
-Lamento molestaros a estas horas, pero quería ver si estaba todo preparado para mañana. -Expresó Lucius entrando en el establo y cerrando las puertas tras él, provocando que Shiro se acercara un poco más para poder escuchar.
-Shiro ha logrado aprender a cabalgar a lomos de Shaun, pero quizás no sea suficiente durante la contienda. -Se escuchó decir a Marin-. Usted fue el primero que nos dijo que era un encuentro muy duro, sobre todo para los que lo prueban por primera vez.
-Shiro es un mercenario muy duro, lo sé perfectamente por toda la información que he logrado recabar de él, y sé que podrá cumplir perfectamente con su misión. -Expresó Lucius-. Se que está mal que no le haya contado todo el plan, pero sospecho que últimamente mi castillo también tiene oídos indiscretos, por ello os lo conté todo a vosotros, en lugar seguro.
-No tiene nada de lo que preocuparse. -Expresó Shaun-. Si he sido duro con Shiro, fue para prepararlo para lo que podríamos encontrar. Yo cuidaré de él, mientras mi compañera cumple con su misión.
-No tengo ninguna duda de ello. -Señaló Lucius-. Sé que los tres cumpliréis perfectamente con lo que espero de vosotros, así que, de momento, descansad. Buenas noches.
-Buenas noches, alteza. -Expresaron al unísono Shaun y Marin.
- ¿En qué demonios me he metido? -Pensó Shiro tras lo escuchado y observando desde las sombras como Lucius regresaba al castillo.
Incontables cuestiones abordaron la cabeza de Shiro, pero la falta de información, sin lugar a dudas no ayudaba en nada, así que lo único que podía hacer, era regresar a su habitación, y continuar con lo que estaba planeado.
Así, hasta al día siguiente, Shiro pudo descansar algo más, hasta que nuevamente tocaron a su puerta, por lo que se incorporó y vistiéndose, salió, reuniéndose con Marin y seguidamente con Shaun, que esperaba en el patio.
-Buenos días. -Le indicó Shaun a Shiro apenas este llegó junto a él-. ¿Listo y mentalizado para lo de hoy?
-Tanto como es posible. -Respondió Shiro sonriendo y encogiéndose de hombros.
-He he. Esperemos que esa seguridad te dure el resto del día. -Comentó Marin, percatándose de que el mago que esperaban se acercaba a ellos.
- ¿Estáis listos para partir? -Les preguntó este apenas llegó a ellos.
-Creo que contra mas lo pensemos o esperemos, peor será, así que mejor abre de una vez ese portal. -Señaló Shiro cruzándose de brazos.
-Parece que alguien está con ganas de marcha. -Señaló Shaun mirando burlonamente a Shiro, al tiempo que el mago abría el portal.
-Créeme. De ti es del ultimo que quiero oír eso. -Le indicó Shiro extendiendo los brazos hacia él, y seguidamente pasando a través del portal.
Ya al otro lado del portal, el ambiente estaba muy animado, pues Garash era famosa por los eventos de gran envergadura que allí se organizaban, pues era un lugar que se había preparado especialmente para este tipo de celebraciones. Literalmente, aquello era un enorme recinto rodeado por gradas, que servía de salida, hacia una inmensa explanada con todo tipo de terrenos y ambientes, que se había preparado para carreras, llenas además de obstáculos, como muros u hoyos, que no solo dificultaban la prueba, sino que podían fácilmente reducir drásticamente el número de participantes, que la terminarían.
Shiro se sorprendió rápidamente no solo del lugar, sino también al encontrarse gran número de Behemoth, dragones, Trirontes, y criaturas de gran tamaño, junto a sus jinetes, pues allí los únicos requerimientos para participar, eran que la montura pesara como mínimo una tonelada, y que la carrera siempre la hiciera corriendo, aun cuando contaran con alas.
Por supuesto, el contar con alas, podría usarse como ayuda a la hora de saltar o trepar, lo que algunos consideraban una ventaja a superar, de maneras a veces un poco rudas. Así mismo, aunque las armas no estuviera permitido usarlas contra el resto de participantes, si estaba permitido ir con ellas o emplearlas, si la situación lo requería, como podría ser caer en una trampa, o ser atacado por alguna criatura salvaje, que podría aparecer de sorpresa a lo largo del trayecto.
La longitud a recorrer, era lo suficientemente larga como para que un dragón a la carrera, sin obstáculos en medio, tardara unos diez minutos en surcarla, por lo que normalmente el circuito se completaba al algo más de veinte minutos.
Shiro y compañía, no perdieron el tiempo, así que se dirigieron a presentarse como participantes, donde Marin entregó la carta que los identificaba como tales, así como el papel que cada uno representaba, por lo que rápidamente Shaun, con el mercenario a su espalda, se colocó en línea con el resto de participantes.
-Vaya vaya vaya. Mira a quien a traído el viento. -Comentó un enorme Were reptil, a lomos de un gran Trironte, que se encontraba junto a Shaun.
- ¿Catapinta? -Expresó Shiro sorprendido mirándolo-. ¿Qué demonios haces tú aquí?
-Lo mismo podría yo preguntarte. -Respondió Catapinta mirándolo lentamente de arriba a abajo-. ¿Desde cuando eres tú jinete de bestias, y además participante de este tipo de eventos?
-Ya sabes que yo siempre estoy donde se pueda conseguir algo interesante, y tengo entendido que el premio de esta carrera, en esta ocasión, no es cualquier cosa. -Respondió Shiro mirándolo, y seguidamente a su alrededor, percatándose de algunas caras conocidas, momento en que se inclinó sobre Shaun, para susurrarle-. En esta carrera participan muy malas compañías, así que te recomiendo que te andes con ojos en la nuca.
-Bueno, para eso estás tú. -Murmuró Shaun ladeando la cabeza y mirada-. Para protegerme la espalda, así que, si estás en lo correcto, ten tu espada a mano, por lo que pudiera ocurrir.
-Suspiro-. Ya sabia yo que esto seria mas chungo de lo que lo pintabais… -Susurró Shiro llevándose una mano a la cara.
- ¡Ha ha ha ha! Parece que te falta un poco de confianza, así que te voy a dar un consejo, novato. -Le indicó Catapinta mirándolo fijamente-. Apártate de mi camino, y quizás así, llegues sin demasiado dolor a la meta.
- ¿Tengo que recordarte como terminó tu cara, la última vez que nos vimos? -Replicó Shiro mirándolo con desdén-. No me amenaces, Catapinta, pues sé perfectamente como te las gastas tú y tus amigos.
- ¿Algún problema por aquí? -Preguntó uno de los jueces de salida, acercándose a ellos.
-Ningún problema. -Respondió Shiro mirando a Catapinta-. Solo dos conocidos saludándose.
- ¿Es así? -Le preguntó el juez a Catapinta.
-Sí. Lo que el ha dicho. -Respondió Catapinta con mala cara, mirando a Shiro.
-Los problemas personales los dejáis fuera de la carrera. -Señaló el juez mirando a ambos, y seguidamente volviéndose para marcharse-. Espero que esta sea la ultima vez que tenga que llamaros la atención.
-Puedes darte por pisoteado. -Señaló Catapinta mirando al frente.
-Me encanta tu forma de hacer amigos. -Expresó Shaun riéndose.
-No es que tu lo hagas mucho mejor… -Susurró Shiro mirándole la nuca.
Con lo dicho, todos los participantes se concentraron en el frente, pues la carrera estaba a punto de empezar, y cuando finalmente se escuchó el cañonazo de salida, todos salieron tan rápido como eran capaces.
Pronto Shiro se dio cuenta que aquello distaba bastante de una carrera normal, pues las monturas, hacían uso de su cuerpo, y de sus colas, para golpear a aquellos que se les acercaban por detrás, o que intentaban rebasarlos, lo que hacia que intentar llevar la delantera, te metiera de cabeza en una batalla por el liderato.
- ¡Mas te vale que te quites de mi camino, o te juro que te aplastaré! -Le gritaba Catapinta a Shiro, mientras golpeaba a Shaun con su Trironte.
- ¡Yo te aseguro que vas a necesitar mucho mas que eso, si esperas sacarme de la carrera! -Replicó Shaun, golpeando enérgicamente al Trironte, alejándolo de él.
La carrera continuó y todos corrían como si el demonio los persiguiera, al tiempo, que intentaban detener al resto, para no solo dejarlos detrás, sino también para usarlos para entorpecer.
Entonces la primera sección de obstáculos se acercó, que empezaba por una ruta llena de enormes agujeros que había que evitar, ya fuera esquivándolos, o saltando por encima, pues, aunque estos no eran muy profundos, si te harían perder un tiempo valioso si caías en ellos.
Por supuesto, esto era algo que algunos aprovechaban, golpeando en el aire a quienes saltaran a su lado, provocando que no llegaran correctamente o que directamente cayeran al hoyo.
Esto fue algo que ocurrió entre Catapinta y Shiro, pues sus monturas, lejos de querer dejar escapar la ventaja, se golpearon mutuamente en el aire, provocando que ambas quedaran colgando del borde del otro lado.
- ¡Hijo de…! -Exclamó Shiro agarrándose como mejor podía, mientras Shaun luchaba por subir.
- ¡Como se te ocurra caerte, te aseguro que te enterraré vivo! -Le gritó Shaun clavando las garras de las cuatro patas para ayudarse a subir.
- ¡Ha ha ha! ¿Problemas en el equipo? -Le indicó Catapinta, apenas su Trironte logro subir, y antes de salir corriendo.
-Maldito… -Susurró Shiro, instantes antes de que Shaun lograra subir-. ¿Estás bien?
-No es nada, pero evitemos caer en mas hoyos, pues te aseguro que no es fácil elevar esta hermosura de cuerpo. -Comentó Shaun sonriendo, ladeando la cabeza y mirada hacia su jinete.
Sin perder mas tiempo, Shaun se lanzó de nuevo a la carrera, antes de que se quedaran detrás, pero pronto se dieron cuenta, que había mas trampas de las que imaginaban, pues poco después, comenzaron a llover unas enormes flechas de hielo.
- ¿¡Qué demonios!? -Exclamó Shiro sacando su espada y desviando las que se les venía encima, al tiempo que Shaun corría en zigzag para evitar al resto-. ¿¡Sabias algo de esto!?
- ¿¡Tengo cara de saberlo!? -Replicó Shaun evitando flechas y saltando sobre los sucesivos hoyos-. ¡Tú preocúpate de que ninguna me caiga encima, mientras evito las que vienen al frente!
- ¿Carrera? Mis cojones. -Pensaba Shiro bloqueando mas flechas con su espada, y observando como el resto de corredores tenían los mismo problemas-. No están afiladas, pero… ¡Ouch! -Exclamó sorprendido cuando observó como una flecha le golpeaba en el pecho a Catapinta y lo detenía en seco, haciéndolo caer de su montura.
-Está claro que la intención es dejar fuera de juego a los jinetes, y para eso solo es necesario que te golpee una de lleno. -Comentó Shaun rebasando la zona de hoyos y percatándose que llegaba la zona de obstáculos.
-Tiene que ser una broma… -Susurró Shiro sorprendido, observando una serie de enormes muros de madera, que se acercaban-. ¿¡Como diantres vas a subir por ahí!?
-Hay mas de una forma de rebasar esos muros. -Respondió Shaun con sonrisa siniestra, brillándole los cuernos, y acelerando el ritmo.
Shiro no sabia que tramaba Shaun, pues este no volvió a decir nada más, limitándose solo a correr cada vez mas rápido, al tiempo que bajaba la cabeza a la altura de su lomo, mientras la punta de sus cuernos chisporroteaba. Entonces cuando solo faltaban unos metros para que literalmente se dieran de narices contra el muro, una ingente cantidad de energía salió de los cuernos de Shaun, provocando una explosión en el muro, y creando un enorme agujero por el que Shaun pasó como una exhalación, mientras aun Shiro se recuperaba de la impresión, y observaba trozos de tierra y madera volando por los aires a su alrededor.
- ¡Para otra vez, haz el favor de avisar! -Exclamó Shiro mirando hacia atrás, observando como otros corredores aprovechaban el agujero o se creaban el suyo propio, si no eran lo suficientemente rápidos o capaces para trepar por los muros, cuando sin esperarlo, un enorme dragón verde rebasó el muro trepando por este-. ¿¡Esa mole corría con nosotros!?
- ¿¡Ahora te has dado cuenta!? -Replicó Shaun sorprendido mirando durante un segundo hacia atrás-. Toda la maldita zona tiembla con su galope, pero no es eso lo que debería preocuparnos.
- ¿Qué quieres decir? -Preguntó Shiro intrigado.
-Aunque sea difícil de creer, un dragón a la carrera, es uno de los animales más rápidos que existen, así que no entiendo, por qué aún se mantiene a esta altura. -Comentó Shaun volviendo la mirada al frente, y cambiando la expresión de su cara-. Haz el favor de no perderlo de vista, pues algo me dice que no está aquí simplemente por la carrera.
Ahora que Shiro se había percatado de este corredor, mantuvo la atención sobre él, percatándose de lo que este en realidad estaba haciendo. El enorme dragón no buscaba llevar la delantera, y se mantenía detrás, ya que su verdadero objetivo, era sacar de la carrera uno a uno a los corredores, empezando por detrás, pues su golpe con la cola, literalmente los mandaba por los aires.
-Ese maldito está eliminando a los rezagados. -Comentó Shiro observando como un Behemoth tras ellos, recibía un coletazo y salía volando como si fuera un monigote.
-Pues entonces es cuestión de no quedarnos atrás. -Señaló Shaun preparándose para rebasar el siguiente muro.
Mientras Shaun rebasaba uno tras otro los muros que encontraba en su camino, Shiro no perdía de vista al dragón, que seguía dejando fuera de combate a los rezagados, hasta que finalmente no quedaba nadie detrás, momento en que el enorme dragón no perdió el tiempo y corrió tras Shaun, atravesando los muros de madera como si fueran de papel.
- ¡Ese bastardo viene a por nosotros! -Exclamó Shiro para avisar a Shaun.
- ¡Te aseguro que ya lo sabía, aunque no lo este viendo! -Recalcó Shaun acelerando el ritmo-. Puedo percibir su amenaza como si fueran agujas clavándose por todo mi cuerpo.
Por supuesto, el dragón no tardó nada en llegar junto a Shaun y manteniendo la carrera a su lado, como si fuera lo más fácil del mundo, lo miró fijamente.
-Eres el ultimo en la carrera. -Le indicó el dragón con sonrisa arrogante, percatándose Shiro que este no tenía jinete.
-Si fuera el ultimo, no habrías llegado corriendo detrás de mí, así que eso te convierte técnicamente en el último. -Respondió Shaun burlándose, provocando que el dragón girara sobre si mismo, intentando golpearlo con la cola, pero Shaun supo como saltar para evitar el golpe, aunque esto casi hace que Shiro saliera despedido.
- ¿¡Cuál es tu maldito problema!? -Le gritó Shiro al dragón.
-Cada uno tiene sus razones para participar en estos juegos. -Señaló el dragón mirando fijamente a Shiro-. El mío, es machacar a quienes no están a la altura.
Para sorpresa de Shaun, de repente Shiro saltó sobre el dragón, provocando que este se detuviera en seco, y como no, que Shaun tuviera que frenar derrapando.
- ¿¡Qué demonios se supone que haces!? -Exclamó Shaun mirando a Shiro, como golpeaba al dragón, mientras este se revolvía, saltaba y con las garras intentaba quitárselo de encima.
- ¡No voy a quedarme quieto, mientras este abusón envía al hospital, a todo aquel que se queda atrás en una simple carrera! -Gritaba Shiro golpeando con sus puños al dragón, aunque claro está, esto solo lograba enfurecerlo aún más.
-¡¡¡Apártate de mí, insecto!!! -Gritó el dragón, logrando finalmente agarrarlo con una garra y seguidamente lanzándolo como un monigote, por lo que Shaun rápidamente corrió, para detenerlo en el aire con su cuerpo.
-Auch… No se si hubiera sido menos impactante darme de narices contra el terreno, en vez de contra tu cuerpo. -Comentó Shiro incorporándose al caer al suelo.
-De nada. -Replicó Shaun mirándo hacia el dragón-. Está claro que la carrera se acabó para nosotros, pues este desconsiderado, no nos va a dejar marchar tan fácilmente.
-Shaun. Deja de fingir conmigo, pues algo me dice que el objetivo real de Lucius, era este dragón. -Comentó Shiro sacando su espada y preparándose para luchar.
-Así que al final lo descubriste. -Señaló Shaun colocándose a su lado, y afianzándose al suelo con las garras-. Bueno, en ese caso eso lo hará todo mas fácil. Alguien enviaba aleatoriamente a este dragón a estos eventos, pero como no sabían ni en cuando ni el dónde, era muy difícil atraparlo. Por suerte, de algún modo lograron descubrir el ataque de hoy, así que lo prepararon todo para detenerlo. Nuestra misión, es retenerlo hasta que lleguen los refuerzos, pues seguro que mi compañera ya ha puesto todo en marcha, ya que nos ha estado vigilando todo este tiempo.
-Y lo dices como si fuera tan fácil… -Susurró Shiro observando como el dragón mostraba los dientes, visiblemente molesto.
Como era de esperar, ante la resistencia de Shiro y de Shaun, el dragón paso al ataque, lanzándoles una llamarada que ellos rápidamente evitaron, y seguidamente aprovecharon para reducir distancia con el dragón, pues si tenían posibilidades de ganar tiempo, sin lugar a dudas era a corta distancia.
Por supuesto, el luchar cuerpo a cuerpo con un dragón, tenia el inconveniente de que no había segundas oportunidades, pues recibir de lleno alguno de sus golpes, podría dejar sin sentido al mas curtido de los guerreros, o a la más fuerte de las bestias.
Con esto muy presente en la mente de los dos, se concentraron mas en molestar que en buscar causar daño, pues esto último era poco probable de lograr, y fastidiándolo, seguramente lograrían que el dragón perdiera la cabeza y se olvidara de todo lo demás.
Por un buen rato, Shiro aprovechando su agilidad y velocidad, procuraba mantenerse lo más cerca posible del dragón, mientras que Shaun con su cuerpo, lo golpeaba e intentaba llamar su atención, pues si lo veía venir, era capaz de aguantar algún que otro golpe.
Claro está, Shiro no estaba dispuesto a dejar que Shaun se comiera todo el peso de la pelea, así que, haciendo uso de su espada, intentó lastimar al dragón en la cabeza, pues, aunque el daño fuera mínimo, seguro que eso no le gustaría nada.
- ¡Eres un temerario! -Exclamo Shaun observando lo que Shiro se arriesgaba con sus ataques.
- ¡Y tu confías demasiado en tu cuerpo! -Replicó Shiro dando una voltereta hacia atrás, evitando un zarpazo del dragón-. ¡Es a mi a quien le pedirán cuentas si algo te ocurre, así que no…!
Antes de que Shiro pudiera terminar lo que iba a decir, un enorme dragón negro cayó del cielo con las garras en ristre sobre el enemigo, haciendo que este gritara de dolor, al clavarse las uñas en su cuerpo.
- ¿¡Aldebarán!? -Exclamó Shaun apartándose en el último momento.
- ¡Lo habéis hecho bien, pero desde ahora me encargo yo! -Exclamó Aldebarán girando sobre si mismo, y dando un contundente coletazo en la cara al dragón verde.
- ¿¡Quien carajo eres tú!? -Voceó Shiro sorprendido, escapando como mejor pudo de la pelea entre dragones.
- ¡Quien va a salvar vuestros culos de ser su aperitivo, así que aléjate! -Recalcó Aldebarán rodeando al otro dragón, casi alzándolo en peso, antes de que este golpeara el suelo.
-Maldito… -Susurró el dragón verde, sacudiendo pesadamente la cabeza y mirando a Aldebarán-. Aldebarán… He escuchado de ti. ¿Qué hace un dragón negro de tu categoría, trabajando para los mortales?
-Es entretenido, y obtengo lo que quiero. -Respondió Aldebarán con expresión arrogante-. Ahora te aconsejo que te rindas, si no quieres que empiece a romper partes de tu cuerpo.
-Grrr… Está bien. Aunque me resistiera, no soy rival para alguien como tú. -Señaló el dragón verde, relajando su cuerpo.
-Una sabia decisión. -Punteó Aldebarán irguiéndose orgullosamente.
- ¡Shaun! -Se escuchó la voz de Marin, que segundos después llegó a la carrera hasta su compañero-. ¿Estás bien?
-Si. Solo estoy un poco magullado, pero no es nada de importancia. -Señaló Shaun empujando suavemente con el hocico a su compañera.
-Ya podías haberte aparecido antes. -Le indicó Shiro a Aldebarán, plantándose ante él y cruzándose de brazos.
-Mmm. Vale. Para la próxima, intentaré aparecerme antes, de que te arranquen la cabeza. -Replicó Aldebarán acercando la cabeza a él y mirándolo fijamente-. Ahora se un buen perrito y mantente callado, o yo mismo te daré ese final.
- ¡Eres un…! -Suspiro-. Está bien. -Expresó Shiro llevándose las manos a la cara-. Ya estoy suficientemente dolorido, para encima buscar problemas contigo.
-Bien. Parece que eres algo mas listo de lo que suponía. -Señaló Aldebarán con sonrisa arrogante, provocando que Shiro se dirigiera hacia Shaun y su compañera.
-Estoy hasta los mismísimos de este trabajo. -Recalcó Shiro visiblemente molesto ante Shaun y Marin, provocando que estos se rieran.
-He he, no te lo tomes a mal, pues has hecho un buen trabajo. -Le indicó Marin dándole varias palmadas en la espalda, percatándose de como el mago que los había acompañado, llegaba.
-Parece que la presa ha sido cazada. -Comentó el mago mirando al dragón verde con expresión de resignación, y seguidamente a Aldebarán-. Si estás listo, os envío primero.
-Cuando quieras. -Señaló Aldebarán colocándose junto al dragón verde.
En ese momento, un enorme portal se abrió sobre ambos dragones, y descendiendo lentamente los hizo desaparecer, momento en que el mago abrió un portal junto a Marin y compañía, que seguidamente fue atravesado por ellos, y a continuación por el mago, apareciendo los cuatro en la sala del trono, donde Lucius ya los esperaba.
-Bienvenidos. -Expresó el monarca sonriendo, acercándose a ellos-. Parece que os ha dado algún que otro problema, pero al final todo ha salido bien.
-No tiene gracia Lucius. -Replicó Shiro molesto-. Prefiero tirarme de cabeza al agujero lleno de cocodrilos, sabiendo que me voy a encontrar.
-Lamento lo ocurrido, pero no podía arriesgarme, a que se descubriera lo que planeábamos. -Le indicó Lucius mirándolo fijamente y sujetándolo por los hombros.
-Suspiro-. Lo cierto es que lo entiendo, pues me he visto en esa misma situación, más veces de las que me gustaría. -Señaló Shiro llevándose una mano a la nuca.
-Shaun, Marin. -Expresó a continuación el monarca, acercándose a la pareja-. Muchas gracias por vuestro excelente trabajo.
-No hay nada que agradecer, alteza, pero ahora si nos disculpa, creo que nos vamos a dar una merecida ducha antes de relajarnos. -Señaló Marin sonriendo, y palmeando el cuerpo de su compañero.
-Por supuesto. Lo merecéis sobradamente. -Señaló Lucius asintiendo y viéndolos marchar-. Bueno, Shiro. ¿Qué tal si nos sentamos tranquilamente, y mientras comemos algo, me cuentas todo lo ocurrido?
-Usted si quiere habla, y yo como, pues estoy que me muero de hambre. -Replicó Shiro sonriendo y encogiéndose de hombros.
- ¡Ha ha ha ha! Veremos que se puede hacer.
Con esto, Lucius paso un tiempo agradable en compañía de Shiro, aunque este en verdad poco habló, pues se pasó casi todo el tiempo con la boca llena. Aun así, como cumplió con lo que se esperaba de él, Shiro obtuvo una suculenta recompensa, que usó inteligentemente para relajarse durante algunos días, en un lugar de descanso.


Corre que te pillo.
Han pasado un par de semanas desde que Shiro terminó el trabajillo en Mirialis, tras lo cual ha estado metido en mas de un trabajo peliagudo, que le han dado no solo problemas, sino también buenos beneficios.
Ahora, ha recibido un comunicado desde Buntália, solicitando un mercenario para un trabajo privado, así que, intrigado por este comunicado, se presenta en palacio, donde Lucius lo recibe.
-Gracias por presentarte con tanta premura. -Le indica el monarca estrechándole la mano-. Estoy al corriente de lo ocupado que has estado últimamente, pero también estoy al tanto del excelente trabajo que has hecho.
-Me alaga, alteza. ¿Qué es lo que puedo hacer por usted? -Preguntó Shiro asintiendo levemente la cabeza.
-En un par de días, se celebra la famosa carrera de bestias en Garash, donde el ganador se llevará un fabuloso premio, que, en esta ocasión, es un collar de visión absoluta. El problema, es que mi servicio de información, a logrado averiguar, que alguno de los participantes, pretende robar el collar, durante la carrera. Necesito que te presentes en el lugar, como uno de los jinetes de dragón, y averigües quien es el ladrón, para posteriormente atraparlo con las manos en la masa.
-Err… Disculpe, pero no tengo nada de experiencia montando dragones o grandes bestias. -Replicó Shiro rascándose la cabeza-. Por no mencionar, que me ponen un poco nervioso, pues no me fio de ellas.
-Es algo de lo que estaba al tanto, por ello, serás entrenado durante dos días, y así mismo quienes te acompañarán, se encargarán de ponértelo fácil. Estoy seguro que te harán más llevadera la situación.
-Suspiro-. Si usted lo dice… -Susurró Shiro llevándose una mano a la cara.
-He he. No te preocupes tanto. -Le indicó Lucius tocándole el hombro-. Vamos, te presentaré a quienes te prepararan para el trabajo.
- ¿Por qué no envía a algunos de sus caballeros y dragones? -Preguntó Shiro intrigado mientras seguía al monarca.
-Sería demasiado evidente que alguien de los míos, se presentara allí, lo que podría provocar que el objetivo desistiera y desapareciera. Por eso te enviaré con un equipo, que oficialmente no pertenece a Buntália, y que, además, será la primera vez que actuaran públicamente.
- ¿Así que también los envía para ponerlos a prueba? -Preguntó Shiro intrigado, llegando ambos al patio y rigiéndose hacia unos establos.
-No pongo en duda su destreza, pero si es cierto, que no tienen experiencia en este tipo de situaciones, por lo que les vendrá bien para crecer. -Señaló Lucius llegando ante las puertas de un establo, y abriéndolas-. Te presento a Shaun el Behemoth y a Marin la cazadora.
-Un Behemoth… -Susurró Shiro sorprendido mirándolo, y acercándose este junto con la cazadora.
-Ella te enseñara todo lo necesario para cabalgar en su compañero con seguridad, pues cabalgar a un Behemoth, puede ser un poco complicado. -Comentó Lucius situándose en medio de los dos, y colocando una mano sobre ellos.
-Soy Marin. Un placer. -Le indicó la cazadora a Shiro, extendiendo una mano hacia él.
-Encantado. Soy Shiro. -Respondió Shiro, mirándola de la cabeza a los pies-. Joder… Como está la nena.
-Mmm… Yo soy Shaun, el compañero de Marin. -Respondió el Behemoth muy serio, mirando fijamente a Shiro-. Parece que seré tu montura en una carrera, así que te aconsejo por tu propia seguridad, que tengas cuidado como la miras. No me gustaría pisotearte, por accidente, si te cayeras de mí.
-Vamos a tranquilizarnos un poco. -Señaló Lucius observando la situación-. Shiro, te explicaré lo que hemos planeado. Mientras que tú te presentarás como el jinete de Shaun, Marin se presentará como la cuidadora y entrenadora, lo que le permitirá pasar desapercibida. Ella es una experta rastreadora, y sabrá identificar a los que pretendan aparentar lo que no son.
Estas carreras no son fáciles, principalmente por que las grandes bestias, así como sus jinetes, tienen permitido casi cualquier cosa, para ganar, como hacer uso de la fuerza, o las trampas. Aunque no estén permitidas las armas, o el juego sucio, si son legales los empujones, o interponerse en los saltos, pues no es solo una carrera, sino que también está llena de obstáculos.
-Los Behemoth pueden ser muy rápidos a pesar de su tamaño, y además pueden hacer giros bruscos sin perder el equilibrio, por lo que es muy importante saber como sujetarse o como reaccionar a sus movimientos. -Comentó Marin, mirando a su compañero y seguidamente a Shiro-. No es que yo sea una experta en la materia, pero intentaré inculcarte todo lo que pueda, en los dos días que tenemos antes del evento.
-Debo recalcar, que no me hace ninguna gracia dejar a mi compañera sola, en un lugar donde podría correr peligro, y, además, dejarme cabalgar por un completo desconocido. -Señaló Shaun mirando a Shiro-. Pero, Lucius nos acogió cuando más lo necesitábamos, y por respeto y agradecimiento, cumpliremos con lo que nos ha pedido.
-Creo que entiendo lo que quieres decir, pues yo varias veces me he visto metido en situaciones, donde en circunstancias normales, nunca querría estar. -Comentó Shiro rascándose la cabeza y mirando a Shaun-. No tengo la menor idea de cabalgar sobre grandes bestias, y he de admitir que los Behemoth no están precisamente dentro de mis seres favoritos, pero, esto es trabajo, y haré cuanto esté en mi mano por cumplirlo lo mas eficientemente posible. Espero que nos llevemos bien, y que entre los tres, logremos atrapar a la presa.
-Perfecto. De eso se trata. -Señaló Lucius sonriendo, y seguidamente volviéndose hacia Marin y colocando las manos en ambos hombros de ella-. Bueno Marin. Lo dejo a vuestro cuidado, así que cuidadlo bien, e intentad que llegue de una pieza a la carrera.
-He he. Lo intentaré, pero ya sabe que los Behemoth pueden ser a veces un poco impetuosos. -Señaló Marin riéndose y mirando a su compañero.
- ¡Ha ha ha ha! Créeme, su carácter no puede compararse al de algunos dragones, sobre todo, de los que puede encontrar entre los muros de Buntália. -Señaló Lucius riéndose y encogiéndose de hombros, antes de marcharse.
-Bueno… ¿Cómo empezamos? -Preguntó Shiro mirándolos.
-Por el principio. -Respondió Marin palmeando el lomo de Shaun-. Vamos al exterior de Buntália, y veamos como te desenvuelves sobre mi compañero.
Con lo dicho, los tres salieron de Buntália, alejándose de los muros hasta encontrar terreno llano, donde seguidamente se detuvieron.
-Adelante. Arriba. -Le indicó Marina Shiro-. Muéstrame cómo te desenvuelves.
- ¿He dicho ya que no tengo…? ¡¡¡Woah!!! -Intentó recalcar Shiro subiéndose a Shaun, cuando este salió a toda velocidad, casi provocando que se cayera.
- ¿¡Que pasa!? -Exclamó Shaun corriendo velozmente, y dando giros bruscos-. ¿¡Acaso esto es demasiado para ti!?
- ¡No me tomes a la ligera, enorme montón de carne poco hecha! -Exclamó Shiro rebotando sobre Shaun, y agarrándose a este como mejor podía, a la crin y al cuerpo.
- ¡Recuerda que lo necesitamos entero! -Exclamó Marin, cuando su compañero pasó disparado cerca de ella, y frenando prácticamente en seco poco después, provocando que Shiro saliera volando y gritando, antes de caer estrepitosamente.
-He he. Patético. -Comentó Shaun con expresión arrogante, recibiendo una colleja de su compañera, antes de que esta se dirigiera hacia Shiro.
-Auch… Coff coff. -Masculló Shiro incorporándose y sacudiéndose la tierra del cuerpo.
- ¿Estás bien? -Le preguntó Marin llegando a su lado.
-Sí… No es nada. -Respondió Shiro llevándose las manos a la espalda y estirándose-. Creo que tu compañero me odia.
-He he. No lo creo, pero si es cierto que quizás se lo está tomando un poco demasiado en serio. -Comentó Marin cruzándose de brazos-. Aun así, quizás es mejor de esta forma, pues si superas que te lo ponga difícil, entonces no tendrás problemas en la carrera.
-Suspiro-. Tal vez tengas razón. -Señaló Shiro llevándose una mano a la nuca, con expresión de resignación-. Intentémoslo de nuevo.
Durante el resto del día, Shiro continuó entrenando como montar a Shaun, aunque este no se lo puso nada fácil en ningún momento. Entre los giros bruscos, los saltos, y la velocidad, Shiro acabó besando el terreno en mas de una ocasión, pero ello no agrietó su confianza ni determinación, pues en cuanto se incorporaba, volvía nuevamente a la carga. Así mismo, Marin, siempre que podía, le intentaba dar consejos al mercenario, pues, aunque mostraba mucho interés por lograrlo por si mismo, estaba claro que, de seguir así, necesitaría demasiado tiempo para lograrlo.
Entonces, cuando ya el día terminaba, y casi no se veía nada…
- ¡Es suficiente chicos! -Exclamó Marin llamándolos.
-Ahhh… Ahh…. Diantres… Estoy que no me tengo en pie… -Señaló Shaun caminando hacia su compañera y deteniéndose ante esta, momento en que Shiro de bajó de él, y cayó de rodillas, pues perdió la fuerza en las piernas.
-Creo que nunca había estado tan cansado y dolorido. -Comentó Shiro incorporándose pesadamente, y llevándose las manos sobre las nalgas-. Aarrrgg… Dioses… Creo que ahora entiendo como se sienten algunas de las chicas que han pasado por mi cama.
-No sé cómo tomarme eso... -Expresó Marin mirando de reojo al mercenario-. Te recomiendo que te des una buena ducha y descanses todo lo que puedas, pues mañana continuaremos desde bien temprano.
-Suspiro-. Prefiero no pensar en eso, pero tienes razón. -Comentó Shiro elevando una mano y caminado hacia Buntália-. Necesito una buena ducha.
Golpeado, y con dolor hasta en las orejas, Shiro se dirigió al castillo, pues Lucius le había indicado que tendría habitación, así que, tras entrar en esta y desnudarse con dificultad, se metió en la ducha y abrió el agua, gritando cuando esta cayó sobre su cuerpo, no por la temperatura, sino por el golpe de esta contra su piel.
-Condenado Shaun… -Susurró Shiro con las manos contra la pared, sintiendo como el agua caliente caía sobre su espalda-. Está bien que se lo tome en serio, pero estoy seguro que se reía cuando daba de narices contra el suelo. Carajo… Me gustaría relajarme como siempre, pero no creo que esté en condiciones para eso. -Suspiro-. Tocará dormir simplemente.
Con lo dicho, y apenas terminó de ducharse, se tumbó en la cama, y aunque no estaba precisamente por la labor, irremediablemente se quedó profundamente dormido, antes de darse cuenta de ello.
Al dia siguiente, cuando el primer gallo prácticamente ni terminaba de anunciar el amanecer, llamaron a la puerta de Shiro, despertando a este, y provocando que se quejara, al ir a moverse para ir a ver quien era, encontrando a Marin con rostro sonriente al otro lado de la puerta.
- ¿Listo para seguir practicando? -Preguntó la cazadora con expresión risueña, dándole una mirada de la cabeza a los pies, pues aún seguía desnudo, provocando que Shiro se llevara una mano a la cara.
- ¿Puedo negarme? -Masculló Shiro bajando la cabeza.
-He he. Me da que no, así que vamos, reponte y al lio. -Le indicó Marin dándole un par de palmadas en el hombro y seguidamente marchándose.
Ciertamente, Shiro no es que tuviera muchas opciones, así que se vistió resignado y seguidamente salió al exterior, encontrándose con Marin y con Shaun que lo miraba con expresión burlona.
- ¿Preparado para que siga moliéndote el culo? -Le preguntó Shaun intentando no reírse.
-Suspiro-. Cállate anda. -Replicó Shiro sin mirarlo, solo sacudiendo una mano y caminando hacia el exterior.
Segundo día de entrenamiento, y las cosas no empezaron precisamente mejor que el día anterior, pues Shaun no tardó mucho en lanzar por los aires a su jinete. Aun así, entre la cabezonería de Shiro, y los pequeños consejos de Marin, poco a poco el mercenario fue agarrándole el truco a la cuestión, así que al termino del segundo día, ya era capaz de anticiparse a los movimientos de Shaun, para evitar entorpecer sus acciones.
-Muy buen trabajo. -Señaló Marin deteniéndose Shaun junto a ella, y bajándose Shiro de este.
-Gracias. -Expresó al unísono Shaun y Shiro, provocando que ambos se miraran.
-He he. Vamos chicos. -Replicó Marin sonriendo y mirando a ambos-. Lleváis dos días rozando pellejo uno contra el otro, así que ya deberíais llevaros bien.
-No lo digas de esa forma, pues suena muy mal. -Replicó Shiro llevándose una mano a la cara y negando con la cabeza-. Creo que ya le he encontrado el punto a los movimientos de tu compañero, pero es innegable que es una bestia parda.
- ¿Gracias? -Preguntó Shaun mirándolo de reojo-. Se te dijo desde el principio, que esto seria duro, así que no te quejes si no te he tratado como a una frágil damisela.
-Ya se, ya se. -Respondió Shiro encogiéndose de hombros y negando con la cabeza sonriendo-. ¿Cómo haremos mañana?
-Según nos dijo Lucius, un mago de Sinitiar nos acompañará, para servirnos de transporte con sus portales, así que ir y venir será extremadamente rápido. -Comentó Marin cruzándose de brazos y mirando fijamente a Shiro-. Tu preocúpate de sobrevivir a la carrera, así como de observar a los participantes, pues quien quita, que hayan decidido no robar el collar, sino ganarlo, a cualquier precio.
-Ciertamente, cabe esa posibilidad. -Expresó Shiro pensando en ello.
-Yo estaré con el resto de entrenadores y cuidadores, observando todo lo que ocurre, así que, si veo alguna cosa rara, te informaré de ello. -Le indicó Marin asintiendo-. Ahora regresa a tu habitación, e intenta relajarte, pues mañana será sin lugar a dudas un día duro.
-De algún modo, algo me dice que te quedas corta… -Susurró Shiro bajando la cabeza y seguidamente caminando hacia Buntália.
Esa noche, cuando supuestamente todos dormían, Shiro aun estaba despierto sobre la cama, pensando en todo lo ocurrido, así como en lo que podría encontrarse al día siguiente, sintió que alguien despierto caminaba por los pasillos del castillo, así que intrigado, se vistió rápidamente y se asomó a la ventana, observando al monarca, dirigiéndose al establo donde estaban Shaun y Marin.
- ¿Qué hace su alteza, despierto a altas horas de la noche, y caminando a solas por el patio? -Se preguntó intrigado, antes de encaramarse al marco de la ventana, y salir ágilmente al exterior, para descolgarse con destreza de saliente, en saliente hasta llegar al suelo, momento en que se ocultó cerca del establo, para observar lo que hacia Lucius.
-Lamento molestaros a estas horas, pero quería ver si estaba todo preparado para mañana. -Expresó Lucius entrando en el establo y cerrando las puertas tras él, provocando que Shiro se acercara un poco más para poder escuchar.
-Shiro ha logrado aprender a cabalgar a lomos de Shaun, pero quizás no sea suficiente durante la contienda. -Se escuchó decir a Marin-. Usted fue el primero que nos dijo que era un encuentro muy duro, sobre todo para los que lo prueban por primera vez.
-Shiro es un mercenario muy duro, lo sé perfectamente por toda la información que he logrado recabar de él, y sé que podrá cumplir perfectamente con su misión. -Expresó Lucius-. Se que está mal que no le haya contado todo el plan, pero sospecho que últimamente mi castillo también tiene oídos indiscretos, por ello os lo conté todo a vosotros, en lugar seguro.
-No tiene nada de lo que preocuparse. -Expresó Shaun-. Si he sido duro con Shiro, fue para prepararlo para lo que podríamos encontrar. Yo cuidaré de él, mientras mi compañera cumple con su misión.
-No tengo ninguna duda de ello. -Señaló Lucius-. Sé que los tres cumpliréis perfectamente con lo que espero de vosotros, así que, de momento, descansad. Buenas noches.
-Buenas noches, alteza. -Expresaron al unísono Shaun y Marin.
- ¿En qué demonios me he metido? -Pensó Shiro tras lo escuchado y observando desde las sombras como Lucius regresaba al castillo.
Incontables cuestiones abordaron la cabeza de Shiro, pero la falta de información, sin lugar a dudas no ayudaba en nada, así que lo único que podía hacer, era regresar a su habitación, y continuar con lo que estaba planeado.
Así, hasta al día siguiente, Shiro pudo descansar algo más, hasta que nuevamente tocaron a su puerta, por lo que se incorporó y vistiéndose, salió, reuniéndose con Marin y seguidamente con Shaun, que esperaba en el patio.
-Buenos días. -Le indicó Shaun a Shiro apenas este llegó junto a él-. ¿Listo y mentalizado para lo de hoy?
-Tanto como es posible. -Respondió Shiro sonriendo y encogiéndose de hombros.
-He he. Esperemos que esa seguridad te dure el resto del día. -Comentó Marin, percatándose de que el mago que esperaban se acercaba a ellos.
- ¿Estáis listos para partir? -Les preguntó este apenas llegó a ellos.
-Creo que contra mas lo pensemos o esperemos, peor será, así que mejor abre de una vez ese portal. -Señaló Shiro cruzándose de brazos.
-Parece que alguien está con ganas de marcha. -Señaló Shaun mirando burlonamente a Shiro, al tiempo que el mago abría el portal.
-Créeme. De ti es del ultimo que quiero oír eso. -Le indicó Shiro extendiendo los brazos hacia él, y seguidamente pasando a través del portal.
Ya al otro lado del portal, el ambiente estaba muy animado, pues Garash era famosa por los eventos de gran envergadura que allí se organizaban, pues era un lugar que se había preparado especialmente para este tipo de celebraciones. Literalmente, aquello era un enorme recinto rodeado por gradas, que servía de salida, hacia una inmensa explanada con todo tipo de terrenos y ambientes, que se había preparado para carreras, llenas además de obstáculos, como muros u hoyos, que no solo dificultaban la prueba, sino que podían fácilmente reducir drásticamente el número de participantes, que la terminarían.
Shiro se sorprendió rápidamente no solo del lugar, sino también al encontrarse gran número de Behemoth, dragones, Trirontes, y criaturas de gran tamaño, junto a sus jinetes, pues allí los únicos requerimientos para participar, eran que la montura pesara como mínimo una tonelada, y que la carrera siempre la hiciera corriendo, aun cuando contaran con alas.
Por supuesto, el contar con alas, podría usarse como ayuda a la hora de saltar o trepar, lo que algunos consideraban una ventaja a superar, de maneras a veces un poco rudas. Así mismo, aunque las armas no estuviera permitido usarlas contra el resto de participantes, si estaba permitido ir con ellas o emplearlas, si la situación lo requería, como podría ser caer en una trampa, o ser atacado por alguna criatura salvaje, que podría aparecer de sorpresa a lo largo del trayecto.
La longitud a recorrer, era lo suficientemente larga como para que un dragón a la carrera, sin obstáculos en medio, tardara unos diez minutos en surcarla, por lo que normalmente el circuito se completaba al algo más de veinte minutos.
Shiro y compañía, no perdieron el tiempo, así que se dirigieron a presentarse como participantes, donde Marin entregó la carta que los identificaba como tales, así como el papel que cada uno representaba, por lo que rápidamente Shaun, con el mercenario a su espalda, se colocó en línea con el resto de participantes.
-Vaya vaya vaya. Mira a quien a traído el viento. -Comentó un enorme Were reptil, a lomos de un gran Trironte, que se encontraba junto a Shaun.
- ¿Catapinta? -Expresó Shiro sorprendido mirándolo-. ¿Qué demonios haces tú aquí?
-Lo mismo podría yo preguntarte. -Respondió Catapinta mirándolo lentamente de arriba a abajo-. ¿Desde cuando eres tú jinete de bestias, y además participante de este tipo de eventos?
-Ya sabes que yo siempre estoy donde se pueda conseguir algo interesante, y tengo entendido que el premio de esta carrera, en esta ocasión, no es cualquier cosa. -Respondió Shiro mirándolo, y seguidamente a su alrededor, percatándose de algunas caras conocidas, momento en que se inclinó sobre Shaun, para susurrarle-. En esta carrera participan muy malas compañías, así que te recomiendo que te andes con ojos en la nuca.
-Bueno, para eso estás tú. -Murmuró Shaun ladeando la cabeza y mirada-. Para protegerme la espalda, así que, si estás en lo correcto, ten tu espada a mano, por lo que pudiera ocurrir.
-Suspiro-. Ya sabia yo que esto seria mas chungo de lo que lo pintabais… -Susurró Shiro llevándose una mano a la cara.
- ¡Ha ha ha ha! Parece que te falta un poco de confianza, así que te voy a dar un consejo, novato. -Le indicó Catapinta mirándolo fijamente-. Apártate de mi camino, y quizás así, llegues sin demasiado dolor a la meta.
- ¿Tengo que recordarte como terminó tu cara, la última vez que nos vimos? -Replicó Shiro mirándolo con desdén-. No me amenaces, Catapinta, pues sé perfectamente como te las gastas tú y tus amigos.
- ¿Algún problema por aquí? -Preguntó uno de los jueces de salida, acercándose a ellos.
-Ningún problema. -Respondió Shiro mirando a Catapinta-. Solo dos conocidos saludándose.
- ¿Es así? -Le preguntó el juez a Catapinta.
-Sí. Lo que el ha dicho. -Respondió Catapinta con mala cara, mirando a Shiro.
-Los problemas personales los dejáis fuera de la carrera. -Señaló el juez mirando a ambos, y seguidamente volviéndose para marcharse-. Espero que esta sea la ultima vez que tenga que llamaros la atención.
-Puedes darte por pisoteado. -Señaló Catapinta mirando al frente.
-Me encanta tu forma de hacer amigos. -Expresó Shaun riéndose.
-No es que tu lo hagas mucho mejor… -Susurró Shiro mirándole la nuca.
Con lo dicho, todos los participantes se concentraron en el frente, pues la carrera estaba a punto de empezar, y cuando finalmente se escuchó el cañonazo de salida, todos salieron tan rápido como eran capaces.
Pronto Shiro se dio cuenta que aquello distaba bastante de una carrera normal, pues las monturas, hacían uso de su cuerpo, y de sus colas, para golpear a aquellos que se les acercaban por detrás, o que intentaban rebasarlos, lo que hacia que intentar llevar la delantera, te metiera de cabeza en una batalla por el liderato.
- ¡Mas te vale que te quites de mi camino, o te juro que te aplastaré! -Le gritaba Catapinta a Shiro, mientras golpeaba a Shaun con su Trironte.
- ¡Yo te aseguro que vas a necesitar mucho mas que eso, si esperas sacarme de la carrera! -Replicó Shaun, golpeando enérgicamente al Trironte, alejándolo de él.
La carrera continuó y todos corrían como si el demonio los persiguiera, al tiempo, que intentaban detener al resto, para no solo dejarlos detrás, sino también para usarlos para entorpecer.
Entonces la primera sección de obstáculos se acercó, que empezaba por una ruta llena de enormes agujeros que había que evitar, ya fuera esquivándolos, o saltando por encima, pues, aunque estos no eran muy profundos, si te harían perder un tiempo valioso si caías en ellos.
Por supuesto, esto era algo que algunos aprovechaban, golpeando en el aire a quienes saltaran a su lado, provocando que no llegaran correctamente o que directamente cayeran al hoyo.
Esto fue algo que ocurrió entre Catapinta y Shiro, pues sus monturas, lejos de querer dejar escapar la ventaja, se golpearon mutuamente en el aire, provocando que ambas quedaran colgando del borde del otro lado.
- ¡Hijo de…! -Exclamó Shiro agarrándose como mejor podía, mientras Shaun luchaba por subir.
- ¡Como se te ocurra caerte, te aseguro que te enterraré vivo! -Le gritó Shaun clavando las garras de las cuatro patas para ayudarse a subir.
- ¡Ha ha ha! ¿Problemas en el equipo? -Le indicó Catapinta, apenas su Trironte logro subir, y antes de salir corriendo.
-Maldito… -Susurró Shiro, instantes antes de que Shaun lograra subir-. ¿Estás bien?
-No es nada, pero evitemos caer en mas hoyos, pues te aseguro que no es fácil elevar esta hermosura de cuerpo. -Comentó Shaun sonriendo, ladeando la cabeza y mirada hacia su jinete.
Sin perder mas tiempo, Shaun se lanzó de nuevo a la carrera, antes de que se quedaran detrás, pero pronto se dieron cuenta, que había mas trampas de las que imaginaban, pues poco después, comenzaron a llover unas enormes flechas de hielo.
- ¿¡Qué demonios!? -Exclamó Shiro sacando su espada y desviando las que se les venía encima, al tiempo que Shaun corría en zigzag para evitar al resto-. ¿¡Sabias algo de esto!?
- ¿¡Tengo cara de saberlo!? -Replicó Shaun evitando flechas y saltando sobre los sucesivos hoyos-. ¡Tú preocúpate de que ninguna me caiga encima, mientras evito las que vienen al frente!
- ¿Carrera? Mis cojones. -Pensaba Shiro bloqueando mas flechas con su espada, y observando como el resto de corredores tenían los mismo problemas-. No están afiladas, pero… ¡Ouch! -Exclamó sorprendido cuando observó como una flecha le golpeaba en el pecho a Catapinta y lo detenía en seco, haciéndolo caer de su montura.
-Está claro que la intención es dejar fuera de juego a los jinetes, y para eso solo es necesario que te golpee una de lleno. -Comentó Shaun rebasando la zona de hoyos y percatándose que llegaba la zona de obstáculos.
-Tiene que ser una broma… -Susurró Shiro sorprendido, observando una serie de enormes muros de madera, que se acercaban-. ¿¡Como diantres vas a subir por ahí!?
-Hay mas de una forma de rebasar esos muros. -Respondió Shaun con sonrisa siniestra, brillándole los cuernos, y acelerando el ritmo.
Shiro no sabia que tramaba Shaun, pues este no volvió a decir nada más, limitándose solo a correr cada vez mas rápido, al tiempo que bajaba la cabeza a la altura de su lomo, mientras la punta de sus cuernos chisporroteaba. Entonces cuando solo faltaban unos metros para que literalmente se dieran de narices contra el muro, una ingente cantidad de energía salió de los cuernos de Shaun, provocando una explosión en el muro, y creando un enorme agujero por el que Shaun pasó como una exhalación, mientras aun Shiro se recuperaba de la impresión, y observaba trozos de tierra y madera volando por los aires a su alrededor.
- ¡Para otra vez, haz el favor de avisar! -Exclamó Shiro mirando hacia atrás, observando como otros corredores aprovechaban el agujero o se creaban el suyo propio, si no eran lo suficientemente rápidos o capaces para trepar por los muros, cuando sin esperarlo, un enorme dragón verde rebasó el muro trepando por este-. ¿¡Esa mole corría con nosotros!?
- ¿¡Ahora te has dado cuenta!? -Replicó Shaun sorprendido mirando durante un segundo hacia atrás-. Toda la maldita zona tiembla con su galope, pero no es eso lo que debería preocuparnos.
- ¿Qué quieres decir? -Preguntó Shiro intrigado.
-Aunque sea difícil de creer, un dragón a la carrera, es uno de los animales más rápidos que existen, así que no entiendo, por qué aún se mantiene a esta altura. -Comentó Shaun volviendo la mirada al frente, y cambiando la expresión de su cara-. Haz el favor de no perderlo de vista, pues algo me dice que no está aquí simplemente por la carrera.
Ahora que Shiro se había percatado de este corredor, mantuvo la atención sobre él, percatándose de lo que este en realidad estaba haciendo. El enorme dragón no buscaba llevar la delantera, y se mantenía detrás, ya que su verdadero objetivo, era sacar de la carrera uno a uno a los corredores, empezando por detrás, pues su golpe con la cola, literalmente los mandaba por los aires.
-Ese maldito está eliminando a los rezagados. -Comentó Shiro observando como un Behemoth tras ellos, recibía un coletazo y salía volando como si fuera un monigote.
-Pues entonces es cuestión de no quedarnos atrás. -Señaló Shaun preparándose para rebasar el siguiente muro.
Mientras Shaun rebasaba uno tras otro los muros que encontraba en su camino, Shiro no perdía de vista al dragón, que seguía dejando fuera de combate a los rezagados, hasta que finalmente no quedaba nadie detrás, momento en que el enorme dragón no perdió el tiempo y corrió tras Shaun, atravesando los muros de madera como si fueran de papel.
- ¡Ese bastardo viene a por nosotros! -Exclamó Shiro para avisar a Shaun.
- ¡Te aseguro que ya lo sabía, aunque no lo este viendo! -Recalcó Shaun acelerando el ritmo-. Puedo percibir su amenaza como si fueran agujas clavándose por todo mi cuerpo.
Por supuesto, el dragón no tardó nada en llegar junto a Shaun y manteniendo la carrera a su lado, como si fuera lo más fácil del mundo, lo miró fijamente.
-Eres el ultimo en la carrera. -Le indicó el dragón con sonrisa arrogante, percatándose Shiro que este no tenía jinete.
-Si fuera el ultimo, no habrías llegado corriendo detrás de mí, así que eso te convierte técnicamente en el último. -Respondió Shaun burlándose, provocando que el dragón girara sobre si mismo, intentando golpearlo con la cola, pero Shaun supo como saltar para evitar el golpe, aunque esto casi hace que Shiro saliera despedido.
- ¿¡Cuál es tu maldito problema!? -Le gritó Shiro al dragón.
-Cada uno tiene sus razones para participar en estos juegos. -Señaló el dragón mirando fijamente a Shiro-. El mío, es machacar a quienes no están a la altura.
Para sorpresa de Shaun, de repente Shiro saltó sobre el dragón, provocando que este se detuviera en seco, y como no, que Shaun tuviera que frenar derrapando.
- ¿¡Qué demonios se supone que haces!? -Exclamó Shaun mirando a Shiro, como golpeaba al dragón, mientras este se revolvía, saltaba y con las garras intentaba quitárselo de encima.
- ¡No voy a quedarme quieto, mientras este abusón envía al hospital, a todo aquel que se queda atrás en una simple carrera! -Gritaba Shiro golpeando con sus puños al dragón, aunque claro está, esto solo lograba enfurecerlo aún más.
-¡¡¡Apártate de mí, insecto!!! -Gritó el dragón, logrando finalmente agarrarlo con una garra y seguidamente lanzándolo como un monigote, por lo que Shaun rápidamente corrió, para detenerlo en el aire con su cuerpo.
-Auch… No se si hubiera sido menos impactante darme de narices contra el terreno, en vez de contra tu cuerpo. -Comentó Shiro incorporándose al caer al suelo.
-De nada. -Replicó Shaun mirándo hacia el dragón-. Está claro que la carrera se acabó para nosotros, pues este desconsiderado, no nos va a dejar marchar tan fácilmente.
-Shaun. Deja de fingir conmigo, pues algo me dice que el objetivo real de Lucius, era este dragón. -Comentó Shiro sacando su espada y preparándose para luchar.
-Así que al final lo descubriste. -Señaló Shaun colocándose a su lado, y afianzándose al suelo con las garras-. Bueno, en ese caso eso lo hará todo mas fácil. Alguien enviaba aleatoriamente a este dragón a estos eventos, pero como no sabían ni en cuando ni el dónde, era muy difícil atraparlo. Por suerte, de algún modo lograron descubrir el ataque de hoy, así que lo prepararon todo para detenerlo. Nuestra misión, es retenerlo hasta que lleguen los refuerzos, pues seguro que mi compañera ya ha puesto todo en marcha, ya que nos ha estado vigilando todo este tiempo.
-Y lo dices como si fuera tan fácil… -Susurró Shiro observando como el dragón mostraba los dientes, visiblemente molesto.
Como era de esperar, ante la resistencia de Shiro y de Shaun, el dragón paso al ataque, lanzándoles una llamarada que ellos rápidamente evitaron, y seguidamente aprovecharon para reducir distancia con el dragón, pues si tenían posibilidades de ganar tiempo, sin lugar a dudas era a corta distancia.
Por supuesto, el luchar cuerpo a cuerpo con un dragón, tenia el inconveniente de que no había segundas oportunidades, pues recibir de lleno alguno de sus golpes, podría dejar sin sentido al mas curtido de los guerreros, o a la más fuerte de las bestias.
Con esto muy presente en la mente de los dos, se concentraron mas en molestar que en buscar causar daño, pues esto último era poco probable de lograr, y fastidiándolo, seguramente lograrían que el dragón perdiera la cabeza y se olvidara de todo lo demás.
Por un buen rato, Shiro aprovechando su agilidad y velocidad, procuraba mantenerse lo más cerca posible del dragón, mientras que Shaun con su cuerpo, lo golpeaba e intentaba llamar su atención, pues si lo veía venir, era capaz de aguantar algún que otro golpe.
Claro está, Shiro no estaba dispuesto a dejar que Shaun se comiera todo el peso de la pelea, así que, haciendo uso de su espada, intentó lastimar al dragón en la cabeza, pues, aunque el daño fuera mínimo, seguro que eso no le gustaría nada.
- ¡Eres un temerario! -Exclamo Shaun observando lo que Shiro se arriesgaba con sus ataques.
- ¡Y tu confías demasiado en tu cuerpo! -Replicó Shiro dando una voltereta hacia atrás, evitando un zarpazo del dragón-. ¡Es a mi a quien le pedirán cuentas si algo te ocurre, así que no…!
Antes de que Shiro pudiera terminar lo que iba a decir, un enorme dragón negro cayó del cielo con las garras en ristre sobre el enemigo, haciendo que este gritara de dolor, al clavarse las uñas en su cuerpo.
- ¿¡Aldebarán!? -Exclamó Shaun apartándose en el último momento.
- ¡Lo habéis hecho bien, pero desde ahora me encargo yo! -Exclamó Aldebarán girando sobre si mismo, y dando un contundente coletazo en la cara al dragón verde.
- ¿¡Quien carajo eres tú!? -Voceó Shiro sorprendido, escapando como mejor pudo de la pelea entre dragones.
- ¡Quien va a salvar vuestros culos de ser su aperitivo, así que aléjate! -Recalcó Aldebarán rodeando al otro dragón, casi alzándolo en peso, antes de que este golpeara el suelo.
-Maldito… -Susurró el dragón verde, sacudiendo pesadamente la cabeza y mirando a Aldebarán-. Aldebarán… He escuchado de ti. ¿Qué hace un dragón negro de tu categoría, trabajando para los mortales?
-Es entretenido, y obtengo lo que quiero. -Respondió Aldebarán con expresión arrogante-. Ahora te aconsejo que te rindas, si no quieres que empiece a romper partes de tu cuerpo.
-Grrr… Está bien. Aunque me resistiera, no soy rival para alguien como tú. -Señaló el dragón verde, relajando su cuerpo.
-Una sabia decisión. -Punteó Aldebarán irguiéndose orgullosamente.
- ¡Shaun! -Se escuchó la voz de Marin, que segundos después llegó a la carrera hasta su compañero-. ¿Estás bien?
-Si. Solo estoy un poco magullado, pero no es nada de importancia. -Señaló Shaun empujando suavemente con el hocico a su compañera.
-Ya podías haberte aparecido antes. -Le indicó Shiro a Aldebarán, plantándose ante él y cruzándose de brazos.
-Mmm. Vale. Para la próxima, intentaré aparecerme antes, de que te arranquen la cabeza. -Replicó Aldebarán acercando la cabeza a él y mirándolo fijamente-. Ahora se un buen perrito y mantente callado, o yo mismo te daré ese final.
- ¡Eres un…! -Suspiro-. Está bien. -Expresó Shiro llevándose las manos a la cara-. Ya estoy suficientemente dolorido, para encima buscar problemas contigo.
-Bien. Parece que eres algo mas listo de lo que suponía. -Señaló Aldebarán con sonrisa arrogante, provocando que Shiro se dirigiera hacia Shaun y su compañera.
-Estoy hasta los mismísimos de este trabajo. -Recalcó Shiro visiblemente molesto ante Shaun y Marin, provocando que estos se rieran.
-He he, no te lo tomes a mal, pues has hecho un buen trabajo. -Le indicó Marin dándole varias palmadas en la espalda, percatándose de como el mago que los había acompañado, llegaba.
-Parece que la presa ha sido cazada. -Comentó el mago mirando al dragón verde con expresión de resignación, y seguidamente a Aldebarán-. Si estás listo, os envío primero.
-Cuando quieras. -Señaló Aldebarán colocándose junto al dragón verde.
En ese momento, un enorme portal se abrió sobre ambos dragones, y descendiendo lentamente los hizo desaparecer, momento en que el mago abrió un portal junto a Marin y compañía, que seguidamente fue atravesado por ellos, y a continuación por el mago, apareciendo los cuatro en la sala del trono, donde Lucius ya los esperaba.
-Bienvenidos. -Expresó el monarca sonriendo, acercándose a ellos-. Parece que os ha dado algún que otro problema, pero al final todo ha salido bien.
-No tiene gracia Lucius. -Replicó Shiro molesto-. Prefiero tirarme de cabeza al agujero lleno de cocodrilos, sabiendo que me voy a encontrar.
-Lamento lo ocurrido, pero no podía arriesgarme, a que se descubriera lo que planeábamos. -Le indicó Lucius mirándolo fijamente y sujetándolo por los hombros.
-Suspiro-. Lo cierto es que lo entiendo, pues me he visto en esa misma situación, más veces de las que me gustaría. -Señaló Shiro llevándose una mano a la nuca.
-Shaun, Marin. -Expresó a continuación el monarca, acercándose a la pareja-. Muchas gracias por vuestro excelente trabajo.
-No hay nada que agradecer, alteza, pero ahora si nos disculpa, creo que nos vamos a dar una merecida ducha antes de relajarnos. -Señaló Marin sonriendo, y palmeando el cuerpo de su compañero.
-Por supuesto. Lo merecéis sobradamente. -Señaló Lucius asintiendo y viéndolos marchar-. Bueno, Shiro. ¿Qué tal si nos sentamos tranquilamente, y mientras comemos algo, me cuentas todo lo ocurrido?
-Usted si quiere habla, y yo como, pues estoy que me muero de hambre. -Replicó Shiro sonriendo y encogiéndose de hombros.
- ¡Ha ha ha ha! Veremos que se puede hacer.
Con esto, Lucius paso un tiempo agradable en compañía de Shiro, aunque este en verdad poco habló, pues se pasó casi todo el tiempo con la boca llena. Aun así, como cumplió con lo que se esperaba de él, Shiro obtuvo una suculenta recompensa, que usó inteligentemente para relajarse durante algunos días, en un lugar de descanso.
Category All / All
Species Unspecified / Any
Size 989 x 1280px
File Size 142.9 kB
Comments