
Un pequeño relato que redacte por el mes de octubre, lo considero una mini historia del mundo de mis fursonas y OC, Fonsterra.
Espero que lo disfruten.
Cristales
En lo más profundo de esta tierra, se escucha un sonido metálico a un ritmo constante, cada golpe hace eco en la profunda cueva, un ser cubierto de pelo se encuentra en el interior. Solo y aislado del mundo, cubierto de mugre y polvo, sus pobres ojos ya han olvidado como era estar bajo el sol. Ahora solo reconoce su rustica vela.
Este lobo del clan del colmillo de hierro sigue empeñado en su eterna labor, minar hierro para su clan, nada mas importa, ni siquiera su propio bienestar, su mente ya está en blanco solo parara cuando su apetito lo obligue.
Su mente despierta tras el ultimo golpe, su picota reboto, esta ha golpeado algo duro, ¿tal vez una roca más resistente que los demás? Con sus garras metálicas escarba la roca hasta que un singular destello deslumbra sus cansados ojos, empieza a escarbar con más entusiasmo, hasta lograr arrancar de la tierra un enorme cristal, su resplandor y pureza le recuerda a sus días de infancia cuando vio brevemente el mar. Lo recoge con gran esfuerzo, pero lo deja caer al instante.
Se ha cortado con el cristal, rápidamente se aplica unas hierbas imbuidas con su propia energía mágica, una manera algo rustica de sanar heridas, pero indispensable para adentrarse en las profundidades. Nuevamente recoge el cristal y emprende su viaje de regreso a la aldea.
Pasan horas hasta que comienza la luz de la salida de la cueva, sus pulmones arden por el sobresfuerzo, pero se niega a soltar el singular cristal, un material como este de seguro ayudara mucho a su aldea. Su sucio pelaje es bañado por los rayos solares, por fin puede respirar, ya alejado de ese espero aire de las profundidades, deja en el suelo el cristal para recomponerse, pero al verlo queda maravillado, el cristal es un deleite para la vista, brilla tan intensamente y emana pequeños rayos de luz azulados, todo es una belleza hasta que el lobo comienza a toser fuertemente hasta el punto de caer al piso.
Su nariz es recibida por el olor de las plantas del suelo, el lobo comienza a escupir sangre hasta dejar un pequeño charco carmesí. El lobo vuelve a ver el cristal y se levanta motivado a llevar el cristal a su aldea emprendiendo su viaje nuevamente. Pisa su propio charco de sangre sin notar los pequeños fragmentos azulades que había en este.
Espero que lo disfruten.
Cristales
En lo más profundo de esta tierra, se escucha un sonido metálico a un ritmo constante, cada golpe hace eco en la profunda cueva, un ser cubierto de pelo se encuentra en el interior. Solo y aislado del mundo, cubierto de mugre y polvo, sus pobres ojos ya han olvidado como era estar bajo el sol. Ahora solo reconoce su rustica vela.
Este lobo del clan del colmillo de hierro sigue empeñado en su eterna labor, minar hierro para su clan, nada mas importa, ni siquiera su propio bienestar, su mente ya está en blanco solo parara cuando su apetito lo obligue.
Su mente despierta tras el ultimo golpe, su picota reboto, esta ha golpeado algo duro, ¿tal vez una roca más resistente que los demás? Con sus garras metálicas escarba la roca hasta que un singular destello deslumbra sus cansados ojos, empieza a escarbar con más entusiasmo, hasta lograr arrancar de la tierra un enorme cristal, su resplandor y pureza le recuerda a sus días de infancia cuando vio brevemente el mar. Lo recoge con gran esfuerzo, pero lo deja caer al instante.
Se ha cortado con el cristal, rápidamente se aplica unas hierbas imbuidas con su propia energía mágica, una manera algo rustica de sanar heridas, pero indispensable para adentrarse en las profundidades. Nuevamente recoge el cristal y emprende su viaje de regreso a la aldea.
Pasan horas hasta que comienza la luz de la salida de la cueva, sus pulmones arden por el sobresfuerzo, pero se niega a soltar el singular cristal, un material como este de seguro ayudara mucho a su aldea. Su sucio pelaje es bañado por los rayos solares, por fin puede respirar, ya alejado de ese espero aire de las profundidades, deja en el suelo el cristal para recomponerse, pero al verlo queda maravillado, el cristal es un deleite para la vista, brilla tan intensamente y emana pequeños rayos de luz azulados, todo es una belleza hasta que el lobo comienza a toser fuertemente hasta el punto de caer al piso.
Su nariz es recibida por el olor de las plantas del suelo, el lobo comienza a escupir sangre hasta dejar un pequeño charco carmesí. El lobo vuelve a ver el cristal y se levanta motivado a llevar el cristal a su aldea emprendiendo su viaje nuevamente. Pisa su propio charco de sangre sin notar los pequeños fragmentos azulades que había en este.
Category Story / Fantasy
Species Canine (Other)
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