=3 Para quienes la pidieron en español!
Advertencia: Contiene escenas de pelea que tu mente puede volver tan limpia o tan sangrienta como quieras. Luego no te quejes.
El lioso
“Tendrás un hermanito pronto” Dijo ella.
“¡Pero mama! Te dije que quería una mascota, no un hermanito. ¡¿Que hago si me mete en problemas en la escuela o si desordena mis cosas?!”
Y bien, ese fue el inicio de todos mis problemas. Cuando era un lobato gris de cuatro años, mis ojos de color miel brillaban al tener mi hermano en brazos, Matthew (Mateo), mi padre y madrastra decidieron llamarle así, aunque para mi parecía mas un <Pelos>, o algo así. Nos parecíamos, no había lugar para dudar que es mi hermano; solo que, como mi madrastra es un perro, mi hermano tiene una mancha alrededor del ojo; y marcas extrañas, que a mi juzgar parecían pulseras, en sus muñecas y tobillos. Sus ojos azules miraban todo curiosamente, aprendiendo por ellos.
Los años pasaron lentamente, y en efecto, mi hermano me metió en muchos problemas, incluso antes de que fuera a la escuela, rompiendo cosas en la casa o dibujando en las paredes; sin embargo, admito que tenia talento, había hecho un paisaje hermoso a los cinco años.
Cuando finalmente empezó a asistir al jardín de cachorros, me inscribieron en una escuela de lucha, y a los doce ya podía derribar a cualquiera de mi edad. Me era natural. Si hubiera sabido cuantas veces esto me salvaría… y a mi hermano también…
Hubo un día, creo que fue de los días mas activos que eh tenido… yo tendría unos diez y seis años, mi hermano doce. Fue la primera vez que pelee enserio…
“Matthew! ¡Apúrate, vamos tarde!” le grite a mi hermano, mientras me vestía.
“¡No me apresures!”, me contesto
“¡Valla que hasta grosero el cachorro!” pensé en voz alta… quizá, demasiado alta…
Cuando terminamos salimos corriendo hacia el transporte. Mi madre detuvo a mi hermano y le pidió que siempre se sentara a mi lado en el camión. Y así lo hizo.
“¡Si vienes a mi lado pido la ventana!” y rápidamente tome el asiento con la ventana.
Mi hermano se quedo callado y tomó asiento junto a mí; después, recargo su cabeza en mi hombro… un gesto lindo, pensé. Le abrace y lamí su cabeza lentamente.
La escuela. Aburrida, como siempre. Creo que lo único divertido que hicimos fue explotar una lata de refresco en química. Algo de los ácidos, según recuerdo.
Cuando la ultima campana timbro, una estampida de pelo se amontono en los pasillos. Muchos de ellos tomaban el transporte de regreso, a nosotros nos mandaban caminando, unas trece o catorce cuadras.
Esperando a mi hermano en el punto habitual, escuche el rumor de que habría una pelea en el patio trasero. Uno de octavo grado que iba a propinar una paliza a un cachorro. El solo hecho de pensar en el me dio asco, golpear a alguien mas joven que tu… Gruñí en silencio por un rato, tragándome mi paciencia…
Un aullido de dolor rompió el silencio, mire hacia el origen del sonido y rápidamente corrí al patio trasero de la escuela. Mi hermano se había metido en una grande…
Llegue a el tumulto de chismosos viendo a mi hermano recibir una paliza, forceje mi camino hasta el centro, donde un zorro sostenía a mi hermano contra el piso por el cuello.
“Déjalo” dije, con un tono seco. No era broma.
“¿Si no lo hago, que?” respondió
“Yo”, una sonrisa malvada apareció en mi rostro, había visto pelear al zorro, no sabia hacerlo.
“Me parece bien” Soltando el cuello de mi hermano se volvió hacia mi.
En un movimiento apresurado, tiro un puñetazo directo a mi estomago; el cual, detuve con mi pata, tomando la suya; después, doble su brazo, haciéndole inclinarse y darme la espalda; luego, mordí su brazo tan fuerte como pude. Gruñó de dolor. Rápidamente se dio la vuelta y golpeo mi hocico con una fuerza tremebunda. Caí, soltando su brazo. El saltó sobre de mi, intentando morderme el cuello; mientras tanto, recuperándome del aturdimiento de su repentino golpe, decidí que debería de usar mis garras, ya que mis dientes eran muy predecibles.
El zorro hizo un sofocado intento de gruñir al sentir mis garras clavarse en la suave piel de su estomago. En ese momento mordí su cuello, ahogando cualquier sonido que hubiera intentado emanar de aquella tráquea.
“Ríndete, déjanos…” le dije en un tono bajo, suspirándole al oído, sin soltar su cuello o su estomago.
El zorro dejo de pelear contra mis dientes o garras, como si se hubiese dormido. Deje su estomago y su cuello, luego le recosté en el piso y lamí su herida en el cuello, no era letal, suspiré en regocijo.
“¿Así mejor, no lo crees?”, Tome a mi hermano y lo cargue en mis brazos, estaba inconsciente, le di una lamida a su cara y me retire del lugar.
Seis… siete… ocho… nueve cuadras caminé… con unas heridas sangrantes en mí, y unas pocas en mi hermano. Aun faltaba camino para la casa… unas tres cuadras, calculé. Las fuerzas me abandonaron y me senté en la calle, acostando a mí hermano sobre de mí, cuidando de sus heridas, lentamente, así no lo lastimaría más…
Y ahí fue la primera vez que lo vi…
“¿Necesitas ayuda?” Dijo un amable tigre parado frente a mi, se arrodillo y acaricio la cabeza de mi hermano, gruñí en un tono bajo, seguía tenso de la batalla anterior, no quería que tocara a mi hermano. El tigre retiro su pata, un poco mas rápido de lo que la había acercado, yo diría que asustado.
“Yo…” abrace a mi hermano, esperando que nos dejara solos…
“Estas herido…”. No, ¡genio!, pensé. “¿Necesitas una pata?”, preguntó amablemente, y se levantó.
“Mi hermano… necesito llegar a casa” Dije, sin despegar los ojos de Matthew.
El tigre me ayudo a levantarme, “Mi casa esta a un par de puertas, si lo deseas puedes descansar ahí”, No se veía malvado, pero…
“N-no… Gracias, de todas maneras…”, su cara se entristeció, seguramente por mi gesto facial, “Mi nombre es Dra, ¿y el tuyo?”
El tigre hizo una risita. “Soy Xhiang Em. Pero me llaman Yang, creo que es mas fácil de pronunciar”, suspiró, “¿Te puedo acompañar a tu casa? Estos alrededores pueden ser peligrosos para un par de lobos heridos”.
Suspiré, no quería pero… “Esta bien por mi”. Comencé a caminar hacia la casa, cargando a mí hermano en mis brazos, un poco de mi dolor se había aliviado.
Los ojos de Yang no se despegaban de mi hermano, me incomodaba un poco, necesitaba quitarle esa atención… una platica funcionaría bien. “Por que…”
“¿Pregunte?” Respondió, interrumpiéndome. “Por él” Apuntó a mi hermano. “Me recuerda a mi hermano menor…”
“¿Tu hermano es un lobo?” Le pregunté un tanto confundido
“¿Qué? ¡Claro que no!” Respondió rápidamente. “Me refiero, tu y el… se parecen a la atención que le doy a mi hermano menor…” Intentó explicar, y yo intenté entender
“Entiendo”, mentí…
“Y, ¿Por que están así de heridos?” Yang preguntó, apenado.
“Mi hermano es un tonto” Respondí, “Se metió en un lio que no podía ganar. Termine golpeando a un zorro para que lo dejara solo”…! ¿ A cuanto estaban esas tres cuadras?! Deseaba terminar esta conversación mas de lo que había querido empezarla.
“Debes de ser muy fuerte Dra…” Yang miraba el otro lado del camino al decirlo. Me enrojecí y mire el piso…
“Gracias… creo…”
Finalmente, abrí la puerta de la casa y deje a mi hermano acostado en su cama. Yang me siguió adentro. “Madre? Ya llegue” Dije en voz alta. No hubo respuesta. “Creo que no hay nadie en casa”, me senté al lado de mi hermano y acaricie su cabeza.
“Necesitas que te traiga algo? Medicina, comida, agua, algo?” Yang tenia un gesto amable en su cara.
“Gracias tigre, de aquí ya puedo. Gracias por la compañía” suspiré “Si lo deseas puedes quedarte un rato, pero a mis padres no les gusta que tenga visitas que sus padres no sepan que están aquí” Dije, recordando la paliza que me puso mi padre la ultima vez que pasó.
“Esta bien, mis padres nunca saben donde estoy” El sonrió, luego, se entristeció “Mis padres siempre están viajando por el trabajo, me dejan a cargo de mi hermano. El esta en casa. De hecho, ah de estar preocupado por mi”
“Ve a verlo yang, estaremos bien” Sonreí
Yang saco una libreta de su mochila, apunto una cosa en un papel, lo arranco y me lo dio. “Aquí esta mi numero de teléfono, si necesitas algo, llámame, por favor”
“Esta bien, no te preocupes” Me levante y lo acompañe a la puerta, la cerré detrás de el.
Cuando volvía al cuarto de mi hermano, agarrándome de las paredes en mi camino, pensaba en el tigre… era lindo…
Me senté junto a mi hermano, y acaricie su pecho… luego le quite su camisa, así estaría mas confortable. Después, me acosté junto a el y le abrace cerca de mi, lamiendo heridas de su cara… me dormi.
Advertencia: Contiene escenas de pelea que tu mente puede volver tan limpia o tan sangrienta como quieras. Luego no te quejes.
El lioso
“Tendrás un hermanito pronto” Dijo ella.
“¡Pero mama! Te dije que quería una mascota, no un hermanito. ¡¿Que hago si me mete en problemas en la escuela o si desordena mis cosas?!”
Y bien, ese fue el inicio de todos mis problemas. Cuando era un lobato gris de cuatro años, mis ojos de color miel brillaban al tener mi hermano en brazos, Matthew (Mateo), mi padre y madrastra decidieron llamarle así, aunque para mi parecía mas un <Pelos>, o algo así. Nos parecíamos, no había lugar para dudar que es mi hermano; solo que, como mi madrastra es un perro, mi hermano tiene una mancha alrededor del ojo; y marcas extrañas, que a mi juzgar parecían pulseras, en sus muñecas y tobillos. Sus ojos azules miraban todo curiosamente, aprendiendo por ellos.
Los años pasaron lentamente, y en efecto, mi hermano me metió en muchos problemas, incluso antes de que fuera a la escuela, rompiendo cosas en la casa o dibujando en las paredes; sin embargo, admito que tenia talento, había hecho un paisaje hermoso a los cinco años.
Cuando finalmente empezó a asistir al jardín de cachorros, me inscribieron en una escuela de lucha, y a los doce ya podía derribar a cualquiera de mi edad. Me era natural. Si hubiera sabido cuantas veces esto me salvaría… y a mi hermano también…
Hubo un día, creo que fue de los días mas activos que eh tenido… yo tendría unos diez y seis años, mi hermano doce. Fue la primera vez que pelee enserio…
“Matthew! ¡Apúrate, vamos tarde!” le grite a mi hermano, mientras me vestía.
“¡No me apresures!”, me contesto
“¡Valla que hasta grosero el cachorro!” pensé en voz alta… quizá, demasiado alta…
Cuando terminamos salimos corriendo hacia el transporte. Mi madre detuvo a mi hermano y le pidió que siempre se sentara a mi lado en el camión. Y así lo hizo.
“¡Si vienes a mi lado pido la ventana!” y rápidamente tome el asiento con la ventana.
Mi hermano se quedo callado y tomó asiento junto a mí; después, recargo su cabeza en mi hombro… un gesto lindo, pensé. Le abrace y lamí su cabeza lentamente.
La escuela. Aburrida, como siempre. Creo que lo único divertido que hicimos fue explotar una lata de refresco en química. Algo de los ácidos, según recuerdo.
Cuando la ultima campana timbro, una estampida de pelo se amontono en los pasillos. Muchos de ellos tomaban el transporte de regreso, a nosotros nos mandaban caminando, unas trece o catorce cuadras.
Esperando a mi hermano en el punto habitual, escuche el rumor de que habría una pelea en el patio trasero. Uno de octavo grado que iba a propinar una paliza a un cachorro. El solo hecho de pensar en el me dio asco, golpear a alguien mas joven que tu… Gruñí en silencio por un rato, tragándome mi paciencia…
Un aullido de dolor rompió el silencio, mire hacia el origen del sonido y rápidamente corrí al patio trasero de la escuela. Mi hermano se había metido en una grande…
Llegue a el tumulto de chismosos viendo a mi hermano recibir una paliza, forceje mi camino hasta el centro, donde un zorro sostenía a mi hermano contra el piso por el cuello.
“Déjalo” dije, con un tono seco. No era broma.
“¿Si no lo hago, que?” respondió
“Yo”, una sonrisa malvada apareció en mi rostro, había visto pelear al zorro, no sabia hacerlo.
“Me parece bien” Soltando el cuello de mi hermano se volvió hacia mi.
En un movimiento apresurado, tiro un puñetazo directo a mi estomago; el cual, detuve con mi pata, tomando la suya; después, doble su brazo, haciéndole inclinarse y darme la espalda; luego, mordí su brazo tan fuerte como pude. Gruñó de dolor. Rápidamente se dio la vuelta y golpeo mi hocico con una fuerza tremebunda. Caí, soltando su brazo. El saltó sobre de mi, intentando morderme el cuello; mientras tanto, recuperándome del aturdimiento de su repentino golpe, decidí que debería de usar mis garras, ya que mis dientes eran muy predecibles.
El zorro hizo un sofocado intento de gruñir al sentir mis garras clavarse en la suave piel de su estomago. En ese momento mordí su cuello, ahogando cualquier sonido que hubiera intentado emanar de aquella tráquea.
“Ríndete, déjanos…” le dije en un tono bajo, suspirándole al oído, sin soltar su cuello o su estomago.
El zorro dejo de pelear contra mis dientes o garras, como si se hubiese dormido. Deje su estomago y su cuello, luego le recosté en el piso y lamí su herida en el cuello, no era letal, suspiré en regocijo.
“¿Así mejor, no lo crees?”, Tome a mi hermano y lo cargue en mis brazos, estaba inconsciente, le di una lamida a su cara y me retire del lugar.
Seis… siete… ocho… nueve cuadras caminé… con unas heridas sangrantes en mí, y unas pocas en mi hermano. Aun faltaba camino para la casa… unas tres cuadras, calculé. Las fuerzas me abandonaron y me senté en la calle, acostando a mí hermano sobre de mí, cuidando de sus heridas, lentamente, así no lo lastimaría más…
Y ahí fue la primera vez que lo vi…
“¿Necesitas ayuda?” Dijo un amable tigre parado frente a mi, se arrodillo y acaricio la cabeza de mi hermano, gruñí en un tono bajo, seguía tenso de la batalla anterior, no quería que tocara a mi hermano. El tigre retiro su pata, un poco mas rápido de lo que la había acercado, yo diría que asustado.
“Yo…” abrace a mi hermano, esperando que nos dejara solos…
“Estas herido…”. No, ¡genio!, pensé. “¿Necesitas una pata?”, preguntó amablemente, y se levantó.
“Mi hermano… necesito llegar a casa” Dije, sin despegar los ojos de Matthew.
El tigre me ayudo a levantarme, “Mi casa esta a un par de puertas, si lo deseas puedes descansar ahí”, No se veía malvado, pero…
“N-no… Gracias, de todas maneras…”, su cara se entristeció, seguramente por mi gesto facial, “Mi nombre es Dra, ¿y el tuyo?”
El tigre hizo una risita. “Soy Xhiang Em. Pero me llaman Yang, creo que es mas fácil de pronunciar”, suspiró, “¿Te puedo acompañar a tu casa? Estos alrededores pueden ser peligrosos para un par de lobos heridos”.
Suspiré, no quería pero… “Esta bien por mi”. Comencé a caminar hacia la casa, cargando a mí hermano en mis brazos, un poco de mi dolor se había aliviado.
Los ojos de Yang no se despegaban de mi hermano, me incomodaba un poco, necesitaba quitarle esa atención… una platica funcionaría bien. “Por que…”
“¿Pregunte?” Respondió, interrumpiéndome. “Por él” Apuntó a mi hermano. “Me recuerda a mi hermano menor…”
“¿Tu hermano es un lobo?” Le pregunté un tanto confundido
“¿Qué? ¡Claro que no!” Respondió rápidamente. “Me refiero, tu y el… se parecen a la atención que le doy a mi hermano menor…” Intentó explicar, y yo intenté entender
“Entiendo”, mentí…
“Y, ¿Por que están así de heridos?” Yang preguntó, apenado.
“Mi hermano es un tonto” Respondí, “Se metió en un lio que no podía ganar. Termine golpeando a un zorro para que lo dejara solo”…! ¿ A cuanto estaban esas tres cuadras?! Deseaba terminar esta conversación mas de lo que había querido empezarla.
“Debes de ser muy fuerte Dra…” Yang miraba el otro lado del camino al decirlo. Me enrojecí y mire el piso…
“Gracias… creo…”
Finalmente, abrí la puerta de la casa y deje a mi hermano acostado en su cama. Yang me siguió adentro. “Madre? Ya llegue” Dije en voz alta. No hubo respuesta. “Creo que no hay nadie en casa”, me senté al lado de mi hermano y acaricie su cabeza.
“Necesitas que te traiga algo? Medicina, comida, agua, algo?” Yang tenia un gesto amable en su cara.
“Gracias tigre, de aquí ya puedo. Gracias por la compañía” suspiré “Si lo deseas puedes quedarte un rato, pero a mis padres no les gusta que tenga visitas que sus padres no sepan que están aquí” Dije, recordando la paliza que me puso mi padre la ultima vez que pasó.
“Esta bien, mis padres nunca saben donde estoy” El sonrió, luego, se entristeció “Mis padres siempre están viajando por el trabajo, me dejan a cargo de mi hermano. El esta en casa. De hecho, ah de estar preocupado por mi”
“Ve a verlo yang, estaremos bien” Sonreí
Yang saco una libreta de su mochila, apunto una cosa en un papel, lo arranco y me lo dio. “Aquí esta mi numero de teléfono, si necesitas algo, llámame, por favor”
“Esta bien, no te preocupes” Me levante y lo acompañe a la puerta, la cerré detrás de el.
Cuando volvía al cuarto de mi hermano, agarrándome de las paredes en mi camino, pensaba en el tigre… era lindo…
Me senté junto a mi hermano, y acaricie su pecho… luego le quite su camisa, así estaría mas confortable. Después, me acosté junto a el y le abrace cerca de mi, lamiendo heridas de su cara… me dormi.
Category Story / All
Species Unspecified / Any
Size 50 x 50px
File Size 18.7 kB
FA+

Comments