Una prisión que no existe

En el corazón de la vida estoy luchando
Como un vagabundo
Que por las calles deambula
Viendo en los escaparates de recuerdos todo lo que ofrecen estas almas impuras

Desarrolladas crecen
Crecen como enredaderas obscuras
Como rascacielos erguidos sobre los huesos de los esclavos
Sus voces piden libertad
Y yo solo sigo andando

Caminando por estas calles imaginarias
Caminando por los rincones de mi mente
Donde me voy encontrando acongojados
A mis recuerdos en un rincón y a mis sueños y deseos en la acera de enfrente

Como desea mi espíritu salir volando
De esta prisión que no existe
Que mis miedos construyeron
Con añoranza, terror y una mirada triste.



Como decirle al tiempo que no avancé
Que se detenga un momento
Pues mis lentos movimientos
No me dejan llegar al atardecer a recogerte al puerto.

Quien les ha dicho que mi alas no se elevan
Que no se alzan y se emprenden en esplendido vuelo

Blasfemia sostenida
Por quien solo mi exterior ha visto
Más en el interior descansa dormido entre tulipanes
Un corazón apenas divisado entre todas las espinas

Así es como los días se consumen
Las horas vuelven a llegar a cero
Y un amanecer nuevo de cambios
Empieza su tumultuoso camino