
Capitulo 4
El lobo y el dragón
Ya que todos se habían dispersado y me dejaron solo de nuevo, decidí volver a mi posición anterior, cuando Aoi Kuma aún no había llegado. Así que me volteé y volví a ver el ambiente. Realmente no había cambiado mucho en ese poco tiempo, siendo que la puesta de sol se hizo más notoria, y los que jugaban con las pistolas de agua ya no estaban.
Me intrigaba mucho visitar otros lugares, pero ya estaba atardeciendo, así que decidí volver a mi departamento para saber que iba a cenar y habituarme un poco más a ese pequeño hogar, así que me levanté para partir de regreso.
-Parece que ya se va- escuché una voz detrás de mi.
-¿Le hablamos o no le hablamos?- escuché otra voz.
Volteé despacio para ver de quien se trataba. La verdad no esperaba reconocerlos, así que no fue mucha mi impresión al verlos.
Un lobo y un dragón estaban del otro lado de la mesa, observándome. El lobo un poco mas bajo que yo, y comparándolo con Daoru, era muy diferente. Una chaqueta encima de una camiseta, junto con un pantalón de mezclilla traía puesto, y su peinado era algo curioso para mí ya que no acostumbraba ese estilo. Sus ojos eran de un tono púrpura, morado o lila… la verdad no se diferenciar esos colores. Su estatura era prácticamente igual a la mía, y su pelaje mostraba manchas blancas en su hocico y pecho, al igual que en sus manos y la punta de su cola, siendo el resto de un tono azulado.
A su derecha estaba el dragón, un poquito más bajo que yo también. Su vestimenta era muy parecida a la del lobo, solo tendrías que retirar la chaqueta y la camiseta debajo de color rojo. Dos bandas, una en cada brazo, guantes en ambas manos, y un cascabel en su cola formaban el conjunto de accesorios de este personaje. Su cuerpo cubierto de escamas, lo mostraban de un color naranja, con una franja blanca que se mostraba en su cuello, y al parecer continuaba hasta la punta de su cola pasando por su pecho. Dos alas en su espalda pude ver, ambas hechas con plumas blancas.
-Holap- me dijo el dragón con un tono amable, una sonrisa en su rostro y saludándome con una garra.
-Ah… hola- respondí saludando también con la garra.
El lobo extendió su garra en forma de saludo, la cual yo la estreché.
-Mi nombre es Wolfen- me dijo el lobo -, pero puedes llamarme Wolfy-
-A mi me puedes llamar como Bowsy- comentó el dragón.
-Pues… yo soy Ryo-
-Si, lo escuchamos de las preguntas que de hizo Aoi Kuma- dijo Wolfen, riéndose un poco.
-Ah, si… es verdad- respondí bajando un poco la mirada.
-No te preocupes- dijo Bowsy –Siempre hace lo mismo con todos los nuevos, incluso a mi y a Wolfy nos hizo lo mismo-
-Ya veo…- dije pensando un poco en cómo pudo hacerles la misma jugarreta a ellos dos.
-Veníamos a saludarte y conocerte un poco- dijo Bowsy -, pero al parecer ya te vas-
-Estaba por regresar a mi apartamento, pero si quieren me puedo quedar y platicar un poco- un poco nervioso, a la vez que sobaba mi cuello.
-¡Tengo una idea!- expresó Bowsy -¿Ya conoces toda la ciudad?-
-Ah… no del todo-
-Entonces, ¿qué te parece si caminamos por ahí mientras nos conocemos mejor- decía Bowsy mientras caminaba en círculos.
-Me parece bien- dije siendo optimista.
-¿Ya conoces el lago?- preguntó Wolfen.
-No, tenía pensado ir hasta mañana-
-¿Y por qué no ir en estos momentos?- preguntó Wolfy una vez más.
-Ah… pues…- me quedé pensando.
-¡Vamos de una vez!- dijo Bowsy emocionado, me tomó del brazo y me condujo a lo que sería un viaje por la ciudad.
El lago era realmente enorme, prácticamente uno de los más grandes que había visto. Su agua se veía de color naranja, al igual que el cielo, con una manchita blanca colocada justo en el centro simulando la luna que se podía ver en esos momentos. Toda la orilla estaba cubierta por musgo, con algunos sauces repartidos por toda la orilla.
Mi forma de reptil se veía un poco distorsionada por las ondas del agua, pero aún se podía apreciar mi rostro. El color azulado invadía todo mi cuerpo, el cual, en lugar de estar cubierto de escamas como la gran mayoría de los dragones, era una muy delgada capa de pelo. Mis dos alas flexionadas se podían ver también en mi reflejo, las cuales eran muy parecidas a las de Bowsy, solo que las plumas de color azul. Mi ropa estaba conformada básicamente por un pantalón de mezclilla de un tono más oscuro que mi piel, y una camiseta blanca. En mi brazo derecho, aunque casi no se notara en el reflejo del agua, tenía una pulsera de color negro, elaborada por un plástico que nunca me había preguntado cual sería.
Algo en el fondo del lago me llamaba la atención, ya que parecían pequeños destellos que me encandilaban en muy pocas ocasiones.
-Los destellos del fondo del lago son mi imaginación, ¿verdad?- le pregunté a Wolfy quien era el que se encontraba más cerca de mi.
-No- respondió mientras veía a su vez el lago -, no es tu imaginación. Aunque no lo creas, esos destellos son formados por un gran diamante ahí abajo.
-¿Diamante?- pregunté exaltado –Debe ser enorme para que pueda ver su luz…- dije acercándome más a la orilla.
-Aunque nunca lo he visto, yo también opino lo mismo-
-¿Nadie se lo ha intentado llevar o sacar de ahí?- pregunté inclinándome hacia dentro del lago.
-Creo que una vez intentaron llevárselo- dijo mientras pensaba un poco –, pero no pudieron ni levantarlo siquiera un poco. Además fueron sorprendidos y castigados severamente-
-Entonces es imposible llevárselo-
-Creo que si. Y aunque fuera posible, no hay forma de que lo hagan. Dicen que ese diamante es sagrado, y aunque no lo parezca, tanto este lago como el bosque son altamente resguardados.- terminó Wolfy de explicar.
Me preguntaba también que hacía ese diamante en el fondo del lago, y, si el lago estaba en protección junto al bosque…
-¿Qué tiene de especial el bosque para que sea cuidado también?- aún observando el fondo del lago.
-Creo que también hay un diamante, pero nunca lo he visto- contestó Wolfen de nuevo –Creo que ya se lo robaron- diciendo esto último mientras se reía un poco.
Me reí un poco también a causa de la broma, y escuché otra risa la cual sonó como si no se riera por el chiste, si no por otra cosa. A Wolfy y a mí nos llamó la atención esa risa, y buscamos la fuente de ella llevándonos hasta Bowsy.
Bowsy estaba hincado a la orilla del lago, con sus alas caídas de tal forma que cubrían todo su cuerpo. Se estaba riendo como un villano, y después nos vio de reojo con una amplia sonrisa. Wolfy y yo dimos un paso atrás, y Bowsy se levantó escondiendo sus brazos detrás de sus alas.
-Por fin, cumpliré mi venganza- dijo aún con una sonrisa en su rostro.
-¡No Bowsy, no!- dijo Wolfen poniéndose atrás de mi -¡El juego terminó hace tiempo!-
-Vamos Wolfy, no te escondas, solo será una mojadita- dijo Bowsy dando un paso hacia delante mostrando ambos brazos.
En cada brazo tenía una enorme pistola de agua, las cuales no sabía de donde había sacado, pero ya sabía quienes eran los que jugaban con las pistolas de agua en el parque.
-¡Eso es trampa Bowsy, no estoy armado!- reclamó Wolfen.
-La trampa es usar a Ryo como escudo- dijo Bowsy quitando su sonrisa malvada y quejándose también.
-Mejor dejemos esto para otro día, mañana tal vez- el lobo rogando.
-Está bien…- respondió Bowsy realmente insatisfecho.
Cuando Bowsy bajó las pistolas de agua, Wolfen pasó de mis espaldas a un lado mío. Bowsy con una gran velocidad apuntó a Wolfen y le disparó, dándole a traición.
El lobo terminó totalmente empapado, y enojado con Bowsy. Estuvieron correteando por un largo tiempo hasta que se cansaron, fue realmente cómico el verlos.
Al final del día, ambos me invitaron a cenar. Fue algo sencillo y barato la verdad, pero muy bueno. Me acompañaron a mi apartamento, y ahí nos despedimos, quedándonos de ver el día siguiente para visitar el bosque.
Era mi primer día en ese lugar, prácticamente. Ya había conocido a unos cuantos de todos los que vivían en esa isla, incluyendo a dos Guardianes Espirituales. La verdad era que me había divertido mucho, y no esperaba para que el día siguiente llegara.
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Capitulo donde aparecen Wolfy
-Wolfen- y Bowsy
Regal-Bowser
El lobo y el dragón
Ya que todos se habían dispersado y me dejaron solo de nuevo, decidí volver a mi posición anterior, cuando Aoi Kuma aún no había llegado. Así que me volteé y volví a ver el ambiente. Realmente no había cambiado mucho en ese poco tiempo, siendo que la puesta de sol se hizo más notoria, y los que jugaban con las pistolas de agua ya no estaban.
Me intrigaba mucho visitar otros lugares, pero ya estaba atardeciendo, así que decidí volver a mi departamento para saber que iba a cenar y habituarme un poco más a ese pequeño hogar, así que me levanté para partir de regreso.
-Parece que ya se va- escuché una voz detrás de mi.
-¿Le hablamos o no le hablamos?- escuché otra voz.
Volteé despacio para ver de quien se trataba. La verdad no esperaba reconocerlos, así que no fue mucha mi impresión al verlos.
Un lobo y un dragón estaban del otro lado de la mesa, observándome. El lobo un poco mas bajo que yo, y comparándolo con Daoru, era muy diferente. Una chaqueta encima de una camiseta, junto con un pantalón de mezclilla traía puesto, y su peinado era algo curioso para mí ya que no acostumbraba ese estilo. Sus ojos eran de un tono púrpura, morado o lila… la verdad no se diferenciar esos colores. Su estatura era prácticamente igual a la mía, y su pelaje mostraba manchas blancas en su hocico y pecho, al igual que en sus manos y la punta de su cola, siendo el resto de un tono azulado.
A su derecha estaba el dragón, un poquito más bajo que yo también. Su vestimenta era muy parecida a la del lobo, solo tendrías que retirar la chaqueta y la camiseta debajo de color rojo. Dos bandas, una en cada brazo, guantes en ambas manos, y un cascabel en su cola formaban el conjunto de accesorios de este personaje. Su cuerpo cubierto de escamas, lo mostraban de un color naranja, con una franja blanca que se mostraba en su cuello, y al parecer continuaba hasta la punta de su cola pasando por su pecho. Dos alas en su espalda pude ver, ambas hechas con plumas blancas.
-Holap- me dijo el dragón con un tono amable, una sonrisa en su rostro y saludándome con una garra.
-Ah… hola- respondí saludando también con la garra.
El lobo extendió su garra en forma de saludo, la cual yo la estreché.
-Mi nombre es Wolfen- me dijo el lobo -, pero puedes llamarme Wolfy-
-A mi me puedes llamar como Bowsy- comentó el dragón.
-Pues… yo soy Ryo-
-Si, lo escuchamos de las preguntas que de hizo Aoi Kuma- dijo Wolfen, riéndose un poco.
-Ah, si… es verdad- respondí bajando un poco la mirada.
-No te preocupes- dijo Bowsy –Siempre hace lo mismo con todos los nuevos, incluso a mi y a Wolfy nos hizo lo mismo-
-Ya veo…- dije pensando un poco en cómo pudo hacerles la misma jugarreta a ellos dos.
-Veníamos a saludarte y conocerte un poco- dijo Bowsy -, pero al parecer ya te vas-
-Estaba por regresar a mi apartamento, pero si quieren me puedo quedar y platicar un poco- un poco nervioso, a la vez que sobaba mi cuello.
-¡Tengo una idea!- expresó Bowsy -¿Ya conoces toda la ciudad?-
-Ah… no del todo-
-Entonces, ¿qué te parece si caminamos por ahí mientras nos conocemos mejor- decía Bowsy mientras caminaba en círculos.
-Me parece bien- dije siendo optimista.
-¿Ya conoces el lago?- preguntó Wolfen.
-No, tenía pensado ir hasta mañana-
-¿Y por qué no ir en estos momentos?- preguntó Wolfy una vez más.
-Ah… pues…- me quedé pensando.
-¡Vamos de una vez!- dijo Bowsy emocionado, me tomó del brazo y me condujo a lo que sería un viaje por la ciudad.
El lago era realmente enorme, prácticamente uno de los más grandes que había visto. Su agua se veía de color naranja, al igual que el cielo, con una manchita blanca colocada justo en el centro simulando la luna que se podía ver en esos momentos. Toda la orilla estaba cubierta por musgo, con algunos sauces repartidos por toda la orilla.
Mi forma de reptil se veía un poco distorsionada por las ondas del agua, pero aún se podía apreciar mi rostro. El color azulado invadía todo mi cuerpo, el cual, en lugar de estar cubierto de escamas como la gran mayoría de los dragones, era una muy delgada capa de pelo. Mis dos alas flexionadas se podían ver también en mi reflejo, las cuales eran muy parecidas a las de Bowsy, solo que las plumas de color azul. Mi ropa estaba conformada básicamente por un pantalón de mezclilla de un tono más oscuro que mi piel, y una camiseta blanca. En mi brazo derecho, aunque casi no se notara en el reflejo del agua, tenía una pulsera de color negro, elaborada por un plástico que nunca me había preguntado cual sería.
Algo en el fondo del lago me llamaba la atención, ya que parecían pequeños destellos que me encandilaban en muy pocas ocasiones.
-Los destellos del fondo del lago son mi imaginación, ¿verdad?- le pregunté a Wolfy quien era el que se encontraba más cerca de mi.
-No- respondió mientras veía a su vez el lago -, no es tu imaginación. Aunque no lo creas, esos destellos son formados por un gran diamante ahí abajo.
-¿Diamante?- pregunté exaltado –Debe ser enorme para que pueda ver su luz…- dije acercándome más a la orilla.
-Aunque nunca lo he visto, yo también opino lo mismo-
-¿Nadie se lo ha intentado llevar o sacar de ahí?- pregunté inclinándome hacia dentro del lago.
-Creo que una vez intentaron llevárselo- dijo mientras pensaba un poco –, pero no pudieron ni levantarlo siquiera un poco. Además fueron sorprendidos y castigados severamente-
-Entonces es imposible llevárselo-
-Creo que si. Y aunque fuera posible, no hay forma de que lo hagan. Dicen que ese diamante es sagrado, y aunque no lo parezca, tanto este lago como el bosque son altamente resguardados.- terminó Wolfy de explicar.
Me preguntaba también que hacía ese diamante en el fondo del lago, y, si el lago estaba en protección junto al bosque…
-¿Qué tiene de especial el bosque para que sea cuidado también?- aún observando el fondo del lago.
-Creo que también hay un diamante, pero nunca lo he visto- contestó Wolfen de nuevo –Creo que ya se lo robaron- diciendo esto último mientras se reía un poco.
Me reí un poco también a causa de la broma, y escuché otra risa la cual sonó como si no se riera por el chiste, si no por otra cosa. A Wolfy y a mí nos llamó la atención esa risa, y buscamos la fuente de ella llevándonos hasta Bowsy.
Bowsy estaba hincado a la orilla del lago, con sus alas caídas de tal forma que cubrían todo su cuerpo. Se estaba riendo como un villano, y después nos vio de reojo con una amplia sonrisa. Wolfy y yo dimos un paso atrás, y Bowsy se levantó escondiendo sus brazos detrás de sus alas.
-Por fin, cumpliré mi venganza- dijo aún con una sonrisa en su rostro.
-¡No Bowsy, no!- dijo Wolfen poniéndose atrás de mi -¡El juego terminó hace tiempo!-
-Vamos Wolfy, no te escondas, solo será una mojadita- dijo Bowsy dando un paso hacia delante mostrando ambos brazos.
En cada brazo tenía una enorme pistola de agua, las cuales no sabía de donde había sacado, pero ya sabía quienes eran los que jugaban con las pistolas de agua en el parque.
-¡Eso es trampa Bowsy, no estoy armado!- reclamó Wolfen.
-La trampa es usar a Ryo como escudo- dijo Bowsy quitando su sonrisa malvada y quejándose también.
-Mejor dejemos esto para otro día, mañana tal vez- el lobo rogando.
-Está bien…- respondió Bowsy realmente insatisfecho.
Cuando Bowsy bajó las pistolas de agua, Wolfen pasó de mis espaldas a un lado mío. Bowsy con una gran velocidad apuntó a Wolfen y le disparó, dándole a traición.
El lobo terminó totalmente empapado, y enojado con Bowsy. Estuvieron correteando por un largo tiempo hasta que se cansaron, fue realmente cómico el verlos.
Al final del día, ambos me invitaron a cenar. Fue algo sencillo y barato la verdad, pero muy bueno. Me acompañaron a mi apartamento, y ahí nos despedimos, quedándonos de ver el día siguiente para visitar el bosque.
Era mi primer día en ese lugar, prácticamente. Ya había conocido a unos cuantos de todos los que vivían en esa isla, incluyendo a dos Guardianes Espirituales. La verdad era que me había divertido mucho, y no esperaba para que el día siguiente llegara.
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Capitulo donde aparecen Wolfy


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